Herpes zóster oftálmico

Herpes zóster oftálmico
Herpes zóster oftálmico

El herpes zóster, causado por la reactivación del virus varicela-zóster (VZV), afecta principalmente a los adultos mayores y a las personas con sistemas inmunológicos debilitados. El nervio trigémino es responsable de la sensación en la cara y es el nervio craneal más grande. Se divide en tres ramas principales: oftálmica, maxilar y mandibular. La división oftálmica del nervio trigémino, en particular, innerva la frente, la parte superior de la nariz y el ojo. Aquí es donde entra en juego la relación entre el herpes zóster y la división oftálmica del nervio trigémino.

Cuando el virus varicela-zóster se reactiva, generalmente se produce una erupción cutánea dolorosa y vesiculosa que sigue el patrón de un dermatoma específico, que es el área de la piel inervada por una sola raíz nerviosa. En el caso del herpes zóster oftálmico, la erupción afecta el área del dermatoma inervado por la división oftálmica del nervio trigémino. Esto puede resultar en la aparición de lesiones en la frente, el cuero cabelludo, la nariz e incluso en la córnea y la conjuntiva del ojo.

La relación entre el herpes zóster oftálmico y el VIH como factor de riesgo se debe a la naturaleza inmunosupresora del VIH. Las personas con VIH tienen un sistema inmunológico debilitado, lo que las hace más susceptibles a las infecciones oportunistas, como la reactivación del virus varicela-zóster. Además, el herpes zóster oftálmico en personas con VIH tiende a ser más severo y prolongado, aumentando así el riesgo de complicaciones graves, como la afectación ocular.

Las complicaciones del herpes zóster oftálmico pueden incluir:

  • Neuralgia postherpética: Dolor crónico persistente en el área afectada que puede durar meses o incluso años después de la erupción cutánea.
  • Afecciones oculares: La erupción puede extenderse hasta la córnea y la conjuntiva, causando queratitis, uveítis, glaucoma e incluso pérdida de visión.
  • Infecciones secundarias: Las lesiones cutáneas pueden infectarse, especialmente en personas con sistemas inmunológicos comprometidos, lo que puede requerir tratamiento antibiótico.
  • Diseminación del virus: En casos graves, el virus puede diseminarse a otros órganos, lo que puede ser potencialmente mortal en personas inmunocomprometidas.

 

Manifestaciones clínicas

El herpes zóster oftálmico se manifiesta con malestar, fiebre, dolor de cabeza, ardor y picazón periorbital. Estos síntomas pueden preceder a la erupción cutánea en uno o más días. La erupción comienza como una serie de lesiones cutáneas vesiculares, que luego evolucionan rápidamente hacia el estado pustular, y finalmente forman costras a medida que sanan.

Una característica importante es que la implicación de la punta de la nariz o el margen del párpado puede predecir la afectación ocular. Los signos oculares pueden incluir conjuntivitis, queratitis, episcleritis y uveítis anterior, a menudo asociados con una presión intraocular elevada. Estas complicaciones pueden tener un impacto significativo en la salud ocular y requerir atención médica inmediata para prevenir daños a la visión.

 

Complicaciones

El herpes zóster oftálmico puede resultar en una serie de complicaciones a largo plazo que pueden afectar significativamente la salud ocular y la calidad de vida de los pacientes. Entre estas complicaciones se encuentran:

  • Inflamación recurrente del segmento anterior: Esta complicación involucra la inflamación crónica de las estructuras del ojo, como la iris y el cuerpo ciliar, lo que puede causar dolor ocular y afectar la función visual.
  • Queratitis neurotrófica: Esta condición se produce debido a la pérdida de sensibilidad corneal causada por la afectación del nervio trigémino. La falta de sensibilidad corneal puede llevar a la pérdida de la capacidad de lubricación y protección de la córnea, lo que aumenta el riesgo de úlceras corneales y cicatrices.
  • Catarata subcapsular posterior: La formación de cataratas, especialmente en la parte posterior del cristalino, es una complicación común del herpes zóster oftálmico. Esto puede provocar visión borrosa y, en casos graves, pérdida visual.
  • Neuropatía óptica y parálisis del nervio craneal: Aunque poco frecuentes, estas complicaciones pueden ocurrir como resultado de la inflamación o la afectación directa de los nervios ópticos y craneales.
  • Necrosis aguda de la retina y angiitis cerebral: Estas complicaciones son extremadamente raras pero pueden ocurrir como resultado de la diseminación del virus a través del sistema nervioso central, lo que puede tener consecuencias graves para la visión y la salud en general.

La queratitis neurotrófica, en particular, es una complicación importante y debilitante a largo plazo del herpes zóster oftálmico, ya que puede causar dolor crónico y pérdida de la función visual. Es crucial que los pacientes con herpes zóster oftálmico reciban un seguimiento continuo y tratamiento adecuado para prevenir o manejar estas complicaciones y mejorar su calidad de vida a largo plazo.

 

Tratamiento

El tratamiento temprano del herpes zóster oftálmico es crucial para reducir la incidencia de complicaciones oculares y para acelerar la recuperación. Se recomienda el uso de dosis altas de antivirales orales, como aciclovir a 800 mg cinco veces al día, valaciclovir a 1 g tres veces al día o famciclovir a 500 mg tres veces al día, durante 7-10 días. Es fundamental iniciar este tratamiento dentro de las 72 horas posteriores a la aparición de la erupción para obtener los mejores resultados.

Aunque estos antivirales pueden ayudar a prevenir complicaciones oculares, como la uveítis anterior, no reducen significativamente la incidencia de neuralgia postherpética, que es una complicación común y a menudo debilitante del herpes zóster.

En el caso de la uveítis anterior, que es una inflamación de la capa media del ojo, el tratamiento adicional puede ser necesario. Esto puede incluir el uso de corticosteroides tópicos y ciclopléjicos para reducir la inflamación y aliviar el dolor. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los corticosteroides tópicos pueden promover la replicación viral y, por lo tanto, pueden requerir un retraso en su uso hasta que la queratitis (inflamación de la córnea) se haya resuelto para evitar complicaciones adicionales.

El manejo adecuado del herpes zóster oftálmico y sus complicaciones requiere una evaluación cuidadosa por parte de un oftalmólogo y un tratamiento individualizado según la gravedad de la enfermedad y las necesidades del paciente.

 

 

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