Hipertensión en pacientes que se van a operar

Hipertensión en pacientes que se van a operar
Hipertensión en pacientes que se van a operar

La hipertensión en pacientes que se van a someter a una operación es una preocupación importante debido a su potencial impacto en el manejo perioperatorio y en los resultados del procedimiento. La hipertensión arterial, definida como una presión arterial elevada, es un factor de riesgo bien establecido para una variedad de complicaciones cardiovasculares y perioperatorias.

La decisión de retrasar una cirugía para controlar mejor la hipertensión leve a moderada (presión arterial sistólica por debajo de 180 mm Hg y presión arterial diastólica por debajo de 110 mm Hg) carece de evidencia sólida que respalde esta práctica. Por el contrario, la hipertensión grave (presión sistólica superior a 180 mm Hg o presión diastólica superior a 110 mm Hg) se asocia con un mayor riesgo de complicaciones cardíacas perioperatorias, como infarto de miocardio e insuficiencia cardíaca.

La decisión de retrasar una cirugía electiva en pacientes con hipertensión grave puede ser razonable, con el objetivo de controlar la presión arterial antes del procedimiento quirúrgico. Sin embargo, aún no está claro si este enfoque reduce efectivamente el riesgo de complicaciones cardíacas perioperatorias.

La mayoría de los medicamentos para la hipertensión crónica deben continuar hasta el día de la cirugía, ya que suspenderlos puede aumentar el riesgo de hipertensión intra y postoperatoria, así como el riesgo de complicaciones cardiovasculares. Sin embargo, hay discrepancias en las recomendaciones sobre si suspender o continuar medicamentos específicos, como los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) y los antagonistas de los receptores de angiotensina II (ARA-II), debido a su potencial efecto sobre la presión arterial y la perfusión tisular.

Los diuréticos suelen suspenderse el día de la cirugía para evitar la hipovolemia y los trastornos electrolíticos, a menos que sean necesarios para controlar la insuficiencia cardíaca. Sin embargo, la evidencia sobre el beneficio de esta práctica es incierta y debe sopesarse individualmente en cada caso.

Es importante tener en cuenta que los pacientes sin hipertensión crónica pueden experimentar hipertensión después de la cirugía, mientras que aquellos en tratamiento para la hipertensión pueden experimentar una disminución en el control de su presión arterial debido a varios factores, como el dolor, la retención de líquidos y la suspensión de medicamentos. Antes de iniciar el tratamiento médico postoperatorio de la hipertensión, se deben abordar los factores reversibles que contribuyen a la hipertensión, como el dolor, la ansiedad y la retención de líquidos. Esto puede incluir el manejo adecuado del dolor, la optimización del volumen intravascular y la consideración de la reintroducción de medicamentos antihipertensivos.

 

 

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