La hipoglucemia por tumor de células no insulares representa una causa poco común pero clínicamente significativa de hipoglucemia en adultos, particularmente en pacientes con neoplasias avanzadas. Esta entidad se caracteriza por la aparición de niveles bajos de glucosa en sangre en ausencia de una producción excesiva de insulina por los islotes pancreáticos, lo que diferencia esta condición de la hipoglucemia inducida por insulinomas u otras causas endocrinas más comunes.
En la mayoría de los casos, esta hipoglucemia está asociada a tumores de gran tamaño y origen no pancreático. Entre los tipos más frecuentemente implicados se encuentran los tumores mesenquimatosos, como los sarcomas retroperitoneales, así como carcinomas de origen epitelial, incluyendo carcinomas hepatocelulares, carcinomas adrenocorticales y otros tumores epiteliales diversos. Estos tumores tienden a alcanzar dimensiones considerables, lo cual facilita su identificación mediante estudios de imagen como la tomografía computarizada o la resonancia magnética, e incluso pueden ser palpables en la exploración física.
El mecanismo fisiopatológico principal responsable de la hipoglucemia en estos casos es la producción ectópica de una forma incompletamente procesada del factor de crecimiento similar a la insulina tipo 2 (IGF-2) por parte del tumor. Este péptido, en su forma inmadura y de mayor peso molecular, posee una afinidad aumentada por los receptores de insulina, lo que se traduce en una actividad biológica similar a la insulina, provocando una mayor captación periférica de glucosa, así como la inhibición de la gluconeogénesis y glucogenólisis hepáticas. El resultado es una disminución marcada de los niveles de glucosa en sangre, con las consecuencias clínicas correspondientes.
Desde el punto de vista diagnóstico, esta condición se caracteriza por la presencia de una glucosa plasmática igual o inferior a 45 miligramos por decilitro, acompañada de niveles de insulina sérica bajos (menores de 5 microunidades por mililitro). A su vez, se observa una disminución de los niveles de hormona del crecimiento y del factor de crecimiento similar a la insulina tipo 1 (IGF-1), como consecuencia del retrocontrol negativo ejercido por el IGF-2 circulante. Curiosamente, los niveles totales de IGF-2 pueden encontrarse dentro de rangos normales, ya que las técnicas de laboratorio convencionales no distinguen entre la forma madura e inmadura. Para confirmar la presencia de la variante de alto peso molecular de IGF-2 (también conocida como “big IGF-2”), se requieren métodos especializados de laboratorio, como la electroforesis en gel o inmunoblot.
No todos los pacientes con hipoglucemia por tumor de células no insulares presentan niveles elevados de pro-IGF-2, lo que sugiere la existencia de mecanismos fisiopatológicos adicionales. Entre estos, se ha descrito la producción ectópica de insulina en tumores como el carcinoma bronquial, el carcinoma de ovario y el carcinoma microcítico del cuello uterino. Asimismo, se ha documentado un caso de hipoglucemia mediada por IGF-1 en el contexto de un carcinoma metastásico de células grandes del pulmón, lo cual demuestra que diversos factores de crecimiento con actividad insulinomimética pueden participar en la génesis del cuadro clínico.
Por otro lado, algunos tumores, como los tumores secretores de péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1), incluyendo ciertos tumores neuroendocrinos pancreáticos y tumores ováricos, pueden inducir hipoglucemia de manera indirecta. En estos casos, el GLP-1 estimula la secreción de insulina por los islotes pancreáticos normales, lo que conduce a una hipoglucemia secundaria a hiperinsulinismo funcional.
Desde el punto de vista terapéutico, el pronóstico de estos tumores suele ser reservado, dada su naturaleza agresiva y el diagnóstico en etapas avanzadas. La resección quirúrgica del tumor primario, cuando es técnicamente viable, representa el tratamiento de elección y puede resolver de manera definitiva el cuadro hipoglucémico. En los casos no operables o metastásicos, el manejo dietético cobra especial relevancia y constituye la base del tratamiento médico. Este enfoque incluye la administración frecuente de comidas ricas en carbohidratos complejos, y en algunos casos el uso de fármacos como glucocorticoides o agentes anabólicos, que ayudan a contrarrestar los efectos hipoglucemiantes del IGF-2.

Fuente y lecturas recomendadas:
- Goldman, L., & Schafer, A. I. (Eds.). (2020). Goldman-Cecil Medicine (26th ed.). Elsevier.
- Loscalzo, J., Fauci, A. S., Kasper, D. L., Hauser, S. L., Longo, D. L., & Jameson, J. L. (Eds.). (2022). Harrison. Principios de medicina interna (21.ª ed.). McGraw-Hill Education.
- Papadakis, M. A., McPhee, S. J., Rabow, M. W., & McQuaid, K. R. (Eds.). (2024). Diagnóstico clínico y tratamiento 2025. McGraw Hill.
- Rozman, C., & Cardellach López, F. (Eds.). (2024). Medicina interna (20.ª ed.). Elsevier España.