Linfadenopatía cervical reactiva
La linfadenopatía cervical reactiva es una condición caracterizada por el agrandamiento de los ganglios linfáticos en el cuello, los cuales normalmente tienen una longitud menor a 1 cm. Este agrandamiento suele ser una respuesta a infecciones que afectan áreas como la faringe, las glándulas salivales y el cuero cabelludo. Los ganglios afectados pueden presentar dolor debido a la inflamación que acompaña esta respuesta inmunitaria.
Este tipo de linfadenopatía es especialmente frecuente en individuos con infección por VIH, donde el agrandamiento de los ganglios es común y puede ser uno de los primeros signos clínicos de la infección. La respuesta inflamatoria de los ganglios linfáticos es una manifestación del sistema inmunitario frente a la infección viral.
Es crucial distinguir la linfadenopatía reactiva de otras causas menos frecuentes de adenopatía cervical, como la enfermedad de Kikuchi (o linfadenitis necrotizante histiocítica). Esta última se caracteriza por la inflamación y necrosis de los ganglios linfáticos, aunque su incidencia es baja y suele presentarse en un contexto clínico diferente al de la linfadenopatía reactiva.
Otra causa menos común de agrandamiento de los ganglios linfáticos en el cuello es la adenopatía autoinmune, la cual está asociada a trastornos del sistema inmunitario que ocasionan una respuesta inapropiada contra los tejidos propios del cuerpo.
Tratamiento
Además del manejo de la linfadenopatía cervical reactiva, es importante considerar otras situaciones donde puede ser necesaria una intervención más específica. Si un ganglio linfático se supura, es decir, muestra signos de infección purulenta, podría requerir incisión y drenaje para aliviar la acumulación de pus y facilitar la recuperación.
En casos donde un ganglio está agrandado (superior a 1.5 cm) o presenta necrosis en su centro sin una infección evidente, es fundamental realizar una evaluación más exhaustiva. Esto es particularmente crucial si el paciente tiene antecedentes de factores de riesgo como tabaquismo, consumo de alcohol o cáncer previo. Estos factores pueden aumentar la sospecha de procesos malignos como carcinoma de células escamosas, linfoma u otras metástasis que podrían no estar relacionadas con el área de la cabeza y el cuello.
Una herramienta diagnóstica comúnmente utilizada en estos casos es la biopsia por aspiración con aguja fina (FNA, por sus siglas en inglés) del ganglio linfático. Esta técnica permite obtener muestras de células para un análisis más detallado y determinar la causa subyacente de la adenopatía. Se suele indicar FNA cuando los ganglios persisten agrandados o continúan creciendo a pesar del manejo inicial.
Las causas más comunes de adenopatía cervical pueden dividirse en cáncer e infección. Entre los cánceres posibles se incluyen carcinomas de células escamosas, linfomas y ocasionalmente metástasis de tumores ubicados en sitios no relacionados con el área de la cabeza y el cuello. En el caso de infecciones, además de los ganglios reactivos, pueden involucrar micobacterias y la enfermedad por arañazo de gato, entre otras.
Anatomía del hígado
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