Problemas médicos por consumir drogas

por Homo medicus · 27 de abril de 2024

Los trastornos por consumo de drogas representan un problema de salud significativo, con consecuencias médicas que a menudo incluyen morbilidad y, en casos extremos, mortalidad. Las complicaciones médicas asociadas a estos trastornos suelen estar directamente vinculadas a la farmacología de las sustancias que se consumen. Por ejemplo, la cocaína, con sus propiedades vasoconstrictoras, puede dar lugar a problemas cardiovasculares.

Sin embargo, es crucial destacar que no todas las complicaciones médicas derivan exclusivamente de la acción farmacológica de la droga en sí. Existen factores adicionales que contribuyen a la morbilidad en individuos con trastornos por consumo de drogas. Uno de estos factores es la parafernalia asociada al consumo, especialmente las agujas no estériles, que pueden dar lugar a infecciones graves, como el VIH o la hepatitis. Además, los adulterantes presentes en las drogas también pueden causar complicaciones inesperadas y peligrosas.

Otro aspecto importante es el estilo de vida de quienes tienen estos trastornos, ya que puede llevar a problemas de salud adicionales. Estos problemas pueden incluir negligencia en la atención médica, desnutrición, falta de sueño y otros comportamientos perjudiciales para la salud que pueden agravar aún más las complicaciones médicas.

Riesgo en la administración de drogas

La vía de administración de drogas en personas con trastornos por consumo puede tener consecuencias médicas graves, y en algunos casos, estos problemas están más relacionados con la forma de administración que con la droga en sí. Una de las prácticas de riesgo asociadas es el uso de agujas no estériles, especialmente cuando se comparten con otros consumidores de drogas. Esta práctica puede dar lugar a diversas infecciones, tanto locales como sistémicas, algunas de las cuales pueden ser mortales.

Las infecciones cutáneas y la celulitis son problemas médicos relativamente comunes entre los consumidores de drogas que optan por la vía de administración mediante inyección. Estas infecciones pueden surgir como resultado de la introducción de bacterias a través de agujas no estériles o por daño en la piel durante el proceso de inyección.

Además de las infecciones locales, el uso de agujas no estériles también aumenta el riesgo de infecciones sistémicas, que pueden afectar a todo el cuerpo. Un ejemplo significativo es el desarrollo de endocarditis infecciosa, una infección potencialmente grave que afecta las válvulas cardíacas y puede tener consecuencias mortales.

Adicionalmente, las personas que se inyectan drogas enfrentan un mayor riesgo de contraer infecciones virales, como la hepatitis B, la hepatitis C y la infección por el VIH. Estas infecciones pueden tener consecuencias a largo plazo para la salud y requerir intervenciones médicas específicas.

Drogas adulteradas

Las drogas ilícitas a menudo se adulteran o se “cortan” con otras sustancias con el objetivo de aumentar los márgenes de beneficio para los traficantes. Este proceso de adulteración es común en sustancias como la cocaína y la heroína, donde se añaden otras sustancias blancas en polvo durante la distribución para reducir la pureza del producto.

Estos adulterantes pueden tener consecuencias médicas significativas. En algunos casos, las complicaciones médicas resultan de la toxicidad combinada del adulterante y la vía de administración de la droga. Por ejemplo, el talco, que se agrega comúnmente a la heroína distribuida en las calles, puede causar problemas como granulomas en el pulmón o el hígado. Además, los consumidores que trituran y se inyectan comprimidos farmacéuticos que contienen talco, como algunos opioides, también pueden experimentar complicaciones médicas relacionadas con este adulterante.

Otros adulterantes comunes incluyen quinina (usada frecuentemente con la heroína) y lidocaína o levamisol (añadidos a menudo a la cocaína). Sin embargo, se han encontrado casos de drogas adulteradas con sustancias extremadamente tóxicas como estricnina y polvo de vidrio, lo que puede resultar en graves secuelas médicas para los consumidores.

En años recientes, el fentanilo, un opioide extremadamente potente, se ha utilizado como adulterante, añadiéndose a la heroína o incluso como sustituto de otros opioides como la oxicodona. Esta práctica ha llevado a un aumento significativo en las sobredosis y representa un riesgo adicional para la salud de quienes consumen estas sustancias adulteradas.

Estilo de vida riesgoso

Las personas con trastornos por consumo de drogas enfrentan múltiples riesgos derivados de su condición, que abarcan desde la intoxicación hasta la participación en actividades ilegales y la asociación con individuos potencialmente violentos. Estos factores contribuyen a una elevada tasa de lesiones traumáticas y aumentan el riesgo de ser víctimas de agresión, homicidio o suicidio.

El suicidio es una preocupación particularmente pronunciada en esta población. La prevalencia de suicidio es significativamente más alta entre las personas con trastornos por consumo de drogas en comparación con la población en general. Este aumento en el riesgo puede atribuirse a varios factores, incluyendo los efectos de la intoxicación aguda, la frecuente presencia de depresión en estos individuos y la mayor incidencia de trastorno de personalidad antisocial, que se asocia con impulsividad, temeridad y violencia.

La intoxicación, además de representar un riesgo para la conducción y aumentar la posibilidad de accidentes de vehículos a motor, también puede convertirse en un factor de riesgo para que la persona se convierta en víctima de otros. Estudios han demostrado que una proporción significativa de peatones que murieron atropellados tenían alcohol en su sangre, lo que puede reflejar la combinación de temeridad, mal juicio y deterioro en la coordinación motriz que puede ocurrir durante períodos de intoxicación.