¿Cómo se conforman los nervios periféricos?
Los nervios son estructuras del sistema nervioso que desempeñan un papel fundamental en la transmisión de señales eléctricas y químicas entre diferentes partes del cuerpo. Están compuestos principalmente por fibras nerviosas, que son extensiones de las células nerviosas llamadas neuronas.
Vaina de mielina
El tejido nervioso está compuesto por unidades básicas llamadas neuronas, y los nervios son estructuras formadas por fibras nerviosas. Estas fibras pueden clasificarse en dos tipos principales según la presencia o ausencia de la vaina de mielina: fibras mielínicas y fibras amielínicas.
- Fibras Mielínicas:
- Las fibras mielínicas están rodeadas por una capa aislante llamada vaina de mielina. Esta vaina está formada por células especializadas llamadas células de Schwann en el sistema nervioso periférico y por células de oligodendrocitos en el sistema nervioso central. La vaina de mielina actúa como un aislante eléctrico, mejorando la velocidad de transmisión del impulso nervioso a lo largo de la fibra. Las fibras mielínicas se encuentran tanto en el sistema nervioso somático como en el autónomo.
- Fibras Amielínicas:
- Las fibras amielínicas, en cambio, carecen de la vaina de mielina y están rodeadas solo por tejido conectivo. Estas fibras son más lentas en la conducción de impulsos nerviosos en comparación con las fibras mielínicas. Una característica destacada es que son típicas del sistema nervioso autónomo, el cual controla funciones involuntarias del cuerpo, como la actividad cardíaca, la digestión y la respiración.
La presencia o ausencia de la vaina de mielina tiene importantes implicaciones para la velocidad de conducción del impulso nervioso. Las fibras mielínicas permiten una transmisión más rápida y eficiente de la señal, mientras que las fibras amielínicas tienen una velocidad de conducción más lenta.
Perineuro
Los nervios periféricos, a pesar de estar formados principalmente por fibras nerviosas, no son simplemente haces homogéneos de estas fibras. En cambio, están organizados y mantenidos por un tejido conectivo especializado conocido como perineuro. El perineuro rodea y envuelve cada fascículo de fibras nerviosas, contribuyendo a la estructura general del nervio.
La característica distintiva del perineuro es su capacidad para emitir tabiques interfasciculares. Estos tabiques son divisiones del tejido conectivo que se extienden entre los fascículos de fibras nerviosas, separándolos en grupos o haces más pequeños dentro del nervio. Este arreglo permite una organización ordenada de las fibras nerviosas, manteniendo su integridad estructural y funcional.
Terminación
Cada fibra nerviosa, al llegar a la periferia, culmina o se origina mediante un dispositivo altamente complejo y diferenciado, específico para el órgano o tejido que inerva. En el caso de las fibras nerviosas que controlan los músculos, este dispositivo especializado es conocido como placa motora, el sitio de conexión entre la fibra nerviosa y la fibra muscular. Aquí, las señales nerviosas desencadenan la liberación de neurotransmisores, iniciando la contracción muscular.
Cuando se trata de fibras nerviosas vinculadas al sentido del tacto, su terminación periférica se manifiesta en forma de corpúsculos del tacto. Estos receptores sensoriales especializados responden a estímulos táctiles, permitiendo la percepción de la presión, vibración, textura y otras sensaciones táctiles.
En el ámbito de la audición, las fibras nerviosas relevantes pueden terminar en manchas acústicas, estructuras especializadas que contribuyen a la transducción de las ondas sonoras en señales eléctricas interpretables por el sistema nervioso como sonido.
La presencia de estos dispositivos altamente específicos y diferenciados en la periferia subraya la adaptación precisa de las fibras nerviosas a los diversos tejidos y órganos que inervan. Esta especialización es esencial para la transmisión eficiente de señales y para la ejecución exitosa de las funciones sensoriales y motoras del sistema nervioso en el cuerpo.
Vascularización
El nervio, al igual que cualquier otro órgano, posee su propia vascularización e inervación. Las arterias de pequeño calibre, denominadas vasa nervorum, se originan en las arterias cercanas y se distribuyen escalonadamente a lo largo del trayecto del nervio. Estas arterias forman ramificaciones que se conectan entre sí para crear una red continua de amplias mallas, proporcionando así el suministro sanguíneo necesario al nervio. De manera similar, las venas presentan una disposición análoga y actúan como afluentes sanguíneos que drenan en las venas de la vecindad.
Los linfáticos circulan en los espacios interfasciculares del nervio, participando en la recogida y transporte de la linfa, contribuyendo así a la función del sistema linfático en la eliminación de desechos y la respuesta inmunológica.
Adicionalmente, los nervios en sí mismos, denominados nervi nervorum, son nervios simpáticos que acompañan a los vasos sanguíneos dentro del nervio. Estos nervios simpáticos participan en la regulación de la función vascular y también incluyen ramificaciones sensitivas pertenecientes al propio nervio, contribuyendo a la sensación y percepción sensorial asociada con el órgano o tejido inervado por el nervio.
Esta compleja red de vascularización, inervación y presencia de nervios simpáticos y sensitivos asegura un suministro sanguíneo adecuado, la respuesta nerviosa y la regulación autonómica necesarios para el correcto funcionamiento y la integridad del nervio como parte del sistema nervioso periférico.
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