Metas de manejo en la insuficiencia respiratoria

por Homo medicus · 12 de enero de 2024

Las metas de manejo en la insuficiencia respiratoria son fundamentales para garantizar un adecuado funcionamiento del sistema respiratorio y asegurar una oxigenación suficiente en los tejidos del organismo. A continuación, se explica cada una de estas metas y su importancia en el tratamiento de la insuficiencia respiratoria:

Oxigenación adecuada: La meta principal es mantener una oxigenación adecuada en el paciente. Esto se logra asegurando que la presión arterial de oxígeno (PaO2) sea superior a 60 mmHg y que la saturación arterial de oxígeno (SpO2) sea mayor al 92% en pacientes sin patología pulmonar previa. Estos valores garantizan un suministro suficiente de oxígeno a los tejidos del cuerpo. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la PaO2 adecuada no siempre refleja directamente la disponibilidad de oxígeno en los tejidos, ya que existen otros factores que pueden afectar la oxigenación tisular. A pesar de ello, se busca aumentar al menos la disponibilidad de oxígeno en la sangre, ya que no hay un marcador confiable para evaluar la oxigenación tisular. Además, es importante vigilar otros indicadores de daño tisular y de respiración anaeróbica, como el nivel de lactato.
Normocapnia (pH normal): El objetivo es mantener un nivel de dióxido de carbono (CO2) en la sangre que mantenga un pH normal en el organismo. No existe un consenso sobre un valor específico de PaCO2 como meta, ya que el impacto clínico parece depender más del pH en sí mismo que de la concentración absoluta de CO2. En el caso del síndrome de insuficiencia respiratoria aguda (SIRA), se recomienda una estrategia de ventilación mecánica con protección pulmonar, donde se limita el volumen corriente (Vt) a 4-6 ml/kg para reducir el riesgo de lesión pulmonar asociada a la ventilación. Esto puede llevar a hipercapnia, debido a la disminución del volumen alveolar. Sin embargo, se acepta este riesgo bajo el concepto de hipercapnia permisiva. Las guías de manejo del ARDSnet sugieren mantener un pH entre 7.35 y 7.45, independientemente de los niveles de PaCO2.
Tratar la patología desencadenante y los factores precipitantes o contribuyentes: Es esencial identificar y abordar la causa subyacente de la insuficiencia respiratoria. Por ejemplo, en el caso de una neumonía, se debe administrar un tratamiento antibiótico adecuado para combatir la infección. Si se trata de un embolismo pulmonar, puede ser necesario implementar anticoagulación para prevenir la formación de coágulos y mejorar el flujo sanguíneo en los pulmones. Al tratar la patología desencadenante, se contribuye a mejorar la función respiratoria y a reducir los síntomas de la insuficiencia respiratoria.
Reducir los requerimientos sistémicos de oxígeno: Se busca controlar los factores que aumentan la demanda de oxígeno por parte del organismo. Por ejemplo, controlar la fiebre, la agitación y el esfuerzo respiratorio excesivo puede ayudar a reducir la carga de trabajo del sistema respiratorio y disminuir los requerimientos de oxígeno. Además, evitar la sobrealimentación en pacientes con insuficiencia respiratoria puede prevenir la acumulación de dióxido de carbono y reducir la demanda metabólica.
Optimizar el transporte de oxígeno: Se deben realizar intervenciones destinadas a mejorar el gasto cardíaco y optimizar los niveles de hemoglobina en sangre. Un adecuado gasto cardíaco garantiza un flujo sanguíneo suficiente para transportar oxígeno a los tejidos del cuerpo. Por otro lado, niveles óptimos de hemoglobina, que es la molécula encargada de transportar el oxígeno en la sangre, aseguran una capacidad adecuada de transporte de oxígeno.
Disminuir y prevenir complicaciones iatrogénicas: Se deben implementar medidas para reducir el riesgo de complicaciones relacionadas con el tratamiento médico. Algunas de estas complicaciones incluyen la lesión pulmonar inducida por el ventilador, la toxicidad por oxígeno y la neumonía asociada a la ventilación mecánica. Estas complicaciones pueden surgir como resultado de las intervenciones terapéuticas y pueden empeorar la función respiratoria del paciente. Por lo tanto, se deben seguir protocolos de cuidado y medidas preventivas para minimizar estos riesgos.