Picaduras de araña y de escorpión
Picaduras de araña y de escorpión

Picaduras de araña y de escorpión

Las picaduras de arañas y las picaduras de escorpiones constituyen eventos tóxicos que, dependiendo de la especie involucrada, pueden desencadenar una variedad de respuestas fisiopatológicas en el organismo humano. La mayoría de las especies arácnidas producen un efecto local limitado, manifestado principalmente por dolor, eritema e inflamación en el sitio de la picadura. Este cuadro clínico refleja la respuesta inflamatoria aguda mediada por la liberación de mediadores químicos, que inducen vasodilatación, aumento de la permeabilidad vascular y activación de nociceptores periféricos.

En contraste, las arañas consideradas altamente venenosas, como la viuda negra (Latrodectus mactans), sintetizan un veneno neurotóxico que tras su inoculación se distribuye sistémicamente, afectando principalmente el sistema neuromuscular. Este veneno contiene proteínas que alteran la liberación de neurotransmisores en las terminaciones nerviosas, provocando dolor muscular generalizado, espasmos involuntarios y rigidez. Dichas manifestaciones reflejan una hiperestimulación de las fibras nerviosas motoras, generando contracciones musculares sostenidas que pueden comprometer la función motora y respiratoria.

Por su parte, la araña reclusa marrón (Loxosceles reclusa) induce un cuadro diferente debido a la acción de enzimas citotóxicas y hemolíticas presentes en su veneno. A nivel local, este veneno provoca necrosis progresiva de los tejidos afectados, caracterizada por la destrucción celular y la pérdida de integridad del tejido cutáneo y subcutáneo. En casos menos frecuentes, puede desencadenar reacciones hemolíticas sistémicas, ocasionando la destrucción de glóbulos rojos y complicaciones hematológicas adicionales.

En cuanto a los escorpiones, la mayoría de las especies producen picaduras que ocasionan dolor local moderado debido a la acción de toxinas que estimulan los receptores nerviosos periféricos. Sin embargo, algunas especies del género Centruroides poseen venenos más potentes con efectos neurotóxicos sistémicos. La toxina puede provocar espasmos musculares, contracciones involuntarias y movimientos tónico-clónicos, reflejando una alteración en la conducción nerviosa y la excitabilidad muscular. En situaciones severas, estos efectos pueden extenderse hasta producir hipertensión arterial, convulsiones y edema pulmonar, consecuencias que evidencian una disfunción multisistémica derivada de la intoxicación.

Tratamiento

 

Tratamiento de las Picaduras de Araña Viuda Negra (Latrodectus mactans)

El tratamiento de las picaduras de la araña viuda negra se centra principalmente en el alivio de los síntomas, ya que el veneno de esta especie actúa a nivel neuromuscular y puede provocar dolor intenso, espasmos musculares involuntarios y rigidez generalizada. Estos síntomas se deben a una neurotoxina llamada alfa-latrotoxina, que induce la liberación masiva de neurotransmisores como la acetilcolina, la norepinefrina y el ácido gamma-aminobutírico, lo que altera el equilibrio del sistema nervioso autónomo y somático.

Para aliviar el dolor, que puede ser severo y generalizado, se recomienda el uso de analgésicos opioides administrados por vía parenteral. Estos fármacos actúan directamente sobre el sistema nervioso central para bloquear la percepción del dolor, proporcionando un alivio significativo en los casos moderados o graves.

Además del control del dolor, es común el uso de relajantes musculares, como el metocarbamol, en una dosis aproximada de quince miligramos por kilogramo de peso corporal. Este fármaco actúa deprimendo la actividad del sistema nervioso central, lo que reduce los espasmos musculares y la rigidez, mejorando la funcionalidad del paciente y su nivel de confort.

Otra opción terapéutica que se ha explorado es la administración intravenosa de gluconato de calcio al diez por ciento, en una dosis de cero punto uno a cero punto dos mililitros por kilogramo. Este compuesto puede proporcionar un alivio transitorio de la rigidez muscular al estabilizar la excitabilidad de las membranas celulares. No obstante, su eficacia en este contexto sigue siendo cuestionada, ya que la evidencia científica disponible no ha demostrado de manera concluyente beneficios consistentes en comparación con placebo u otras intervenciones.

En los casos más graves o en pacientes que no responden de forma adecuada a las medidas sintomáticas anteriores, puede considerarse el uso de un antiveneno específico contra Latrodectus. Este antiveneno, elaborado a partir de suero equino, tiene la capacidad de neutralizar directamente la toxina circulante, revirtiendo con mayor rapidez los síntomas sistémicos. Sin embargo, su uso no es rutinario, ya que está asociado con un riesgo significativo de reacciones de hipersensibilidad aguda, incluyendo anafilaxia y enfermedad del suero. Por esta razón, su administración se reserva generalmente para grupos de alto riesgo, como los lactantes, los adultos mayores o aquellos pacientes que presentan una evolución clínica desfavorable. En todos los casos, se debe realizar previamente una prueba de sensibilidad al suero equino para minimizar el riesgo de reacciones adversas graves.

Tratamiento de las Picaduras de Araña Reclusa Marrón (Loxosceles reclusa)

La picadura de la araña reclusa marrón presenta un mecanismo de acción diferente, ya que su veneno tiene propiedades citotóxicas y necrosantes, lo que puede ocasionar destrucción progresiva de los tejidos blandos en la zona de la picadura. Esta necrosis se produce por la acción de enzimas como la esfingomielinasa D, que altera las membranas celulares y desencadena una cascada inflamatoria local severa.

Ante esta posibilidad de evolución a una lesión ulcerativa extensa, algunos especialistas proponen la escisión quirúrgica precoz del tejido afectado. Esta intervención busca eliminar el área necrótica antes de que el proceso inflamatorio se extienda a los tejidos circundantes. Sin embargo, esta práctica es controvertida, ya que el daño tisular inducido por el veneno puede estar en curso en tejidos aparentemente sanos, lo que complica la delimitación precisa del área a resecar.

En un enfoque alternativo, algunos clínicos optan por la administración de corticosteroides por vía oral, con el objetivo de reducir la inflamación y modular la respuesta inmunitaria del organismo ante la lesión. No obstante, la evidencia que respalda esta estrategia es limitada, y los resultados clínicos son variables.

Además, existen informes anecdóticos que mencionan el uso de medicamentos como la dapsona, un agente antiinflamatorio que inhibe la actividad de los neutrófilos, y la colchicina, que interfiere con los procesos inflamatorios intracelulares. Estos tratamientos han mostrado cierta eficacia en casos aislados, pero no cuentan con validación científica suficiente para ser considerados terapias estándar. En consecuencia, todas estas opciones deben considerarse experimentales y utilizadas con cautela, teniendo en cuenta el balance entre riesgos y beneficios.

Tratamiento de las Picaduras de Escorpiones

La mayoría de las especies de escorpiones producen un veneno cuya acción clínica es limitada al sitio de la picadura, generando dolor local, hinchazón y, en algunos casos, sensación de adormecimiento o parestesias. En estos casos, no se requiere un tratamiento específico más allá de medidas de soporte, como el uso de analgésicos convencionales para el control del dolor.

Sin embargo, existen especies de escorpiones cuya toxicidad es considerablemente mayor, especialmente aquellas pertenecientes al género Centruroides. El veneno de estos escorpiones tiene una acción neurotóxica que puede inducir síntomas sistémicos severos, como fasciculaciones musculares, convulsiones, hipertensión arterial y edema pulmonar. En estos casos, la administración de un antiveneno específico constituye la intervención terapéutica más efectiva.

Este antiveneno ha sido diseñado para neutralizar las toxinas del género Centruroides y revertir rápidamente las manifestaciones clínicas potencialmente letales. Su uso está indicado en pacientes que presentan signos de envenenamiento severo o en aquellos con condiciones médicas preexistentes que podrían agravarse con la acción del veneno.

 

 

Homo medicus

 


 

Guías de estudio. Homo medicus.
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Fuente y lecturas recomendadas:
  1. Klotz SA et al. Scorpion stings and antivenom use in Arizona. Am J Med. 2021;134:1034. [PMID: 33631163]
  2. Lopes PH et al. Clinical aspects, diagnosis and management of Loxosceles spider envenomation: literature and case review. Arch Toxicol. 2020;94:1461. [PMID: 32232511]
  3. Trave I et al. Cutaneous loxoscelism. JAMA Dermatol. 2020;156:203. [PMID: 31721992]
  4. Warpinski GP et al. North American envenomation syndromes. Emerg Med Clin North Am. 2022;40:313. [PMID: 35461625]
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