Principales causas de regurgitación aórtica

La regurgitación aórtica es una condición médica caracterizada por el flujo retrógrado de sangre desde la aorta hacia el ventrículo izquierdo del corazón durante la diástole, debido a la incapacidad de la válvula aórtica para cerrarse adecuadamente. Esta válvula, situada entre el ventrículo izquierdo y la aorta, normalmente se cierra herméticamente después de cada contracción del corazón para evitar que la sangre fluya de vuelta hacia el ventrículo izquierdo.
En pacientes con enfermedad de la válvula aórtica aislada, alrededor del 13 % presentan predominantemente regurgitación aórtica. Esto significa que en este subgrupo específico de pacientes con problemas en la válvula aórtica, la principal anomalía es la incapacidad de la válvula para cerrarse completamente, permitiendo así que la sangre se filtre de nuevo hacia el ventrículo izquierdo.
Antes de la era de los antibióticos, la regurgitación aórtica reumática era más prevalente debido a la fiebre reumática, una enfermedad inflamatoria causada por infecciones estreptocócicas no tratadas que afectan principalmente a las válvulas cardíacas. Sin embargo, con la disponibilidad generalizada de antibióticos para tratar las infecciones estreptocócicas, la incidencia de fiebre reumática y por ende de la regurgitación aórtica reumática ha disminuido significativamente.
En la actualidad, las causas no reumáticas son más predominantes en la aparición de regurgitación aórtica. Estas incluyen anomalías congénitas como las válvulas bicúspides, que son válvulas aórticas con solo dos valvas en lugar de tres, lo cual puede predisponer a un mal funcionamiento valvular a lo largo de la vida. Otra causa importante es la endocarditis infecciosa, una infección bacteriana de la válvula del corazón que puede dañar la válvula aórtica y llevar a la regurgitación.
Además, la hipertensión crónica puede provocar remodelación de la aorta y la válvula aórtica, contribuyendo al desarrollo de regurgitación aórtica. Asimismo, las enfermedades de la raíz aórtica, como las asociadas con el síndrome de Marfan o la disección aórtica, pueden causar regurgitación aórtica secundaria debido a la dilatación o la disfunción de la raíz aórtica y la válvula aórtica.
En circunstancias menos frecuentes, las enfermedades inflamatorias como la espondilitis anquilosante, una forma de artritis que afecta principalmente a la columna vertebral, pueden estar implicadas en la aparición de regurgitación aórtica debido a sus efectos inflamatorios sobre las válvulas del corazón.

Principales causas de regurgitación aórtica
Los síntomas de la regurgitación aórtica pueden variar desde ninguno hasta fatiga, disnea (dificultad para respirar), palpitaciones y eventualmente síntomas de insuficiencia cardíaca si la condición progresa. El diagnóstico se realiza típicamente mediante ecocardiografía, que puede evaluar el grado de regurgitación y la función del corazón.
El manejo de la regurgitación aórtica depende de la severidad de los síntomas y del grado de regurgitación. En casos leves, se pueden seguir de cerca sin intervención médica inmediata, mientras que en casos más severos, puede ser necesaria la reparación o reemplazo de la válvula aórtica para prevenir complicaciones a largo plazo.
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