¿Qué es el acné?

¿Qué es el acné?
¿Qué es el acné?

El acné es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que se caracteriza por la aparición de granos, espinillas, puntos negros y lesiones inflamatorias en diferentes partes del cuerpo, como la cara, el cuello, el pecho y la espalda.

 

Etiología

El acné se produce cuando los folículos pilosos se obstruyen con sebo y células muertas de la piel, lo que permite que las bacterias se acumulen y provoquen inflamación. Los factores que contribuyen al acné incluyen cambios hormonales, especialmente durante la pubertad y la adolescencia, la predisposición genética, la dieta, el estrés y los cambios en el equilibrio hormonal debido al uso de ciertos medicamentos.

El acné es una inflamación crónica de la unidad pilosebácea, que se produce cuando se obstruyen los poros de la piel por la acumulación de sebo y células muertas. La unidad pilosebácea se compone del folículo piloso, la glándula sebácea y el músculo erector del pelo.

La glándula sebácea es la responsable de producir el sebo, una sustancia grasa que lubrica y protege la piel. Cuando la producción de sebo se ve alterada, se puede producir una acumulación de sebo en la glándula sebácea, lo que contribuye a la formación de lesiones de acné.

La obstrucción del folículo piloso y la acumulación de sebo pueden provocar la proliferación de bacterias, especialmente Propionibacterium acnes, que se encuentran normalmente en la piel. Las bacterias descomponen el sebo y producen productos químicos que irritan y dañan la pared del folículo piloso, lo que provoca una respuesta inflamatoria del sistema inmunitario.

La inflamación crónica del acné es causada por la liberación de mediadores inflamatorios en la piel, como las interleucinas y los factores de necrosis tumoral, que provocan la inflamación de los folículos pilosos y los tejidos circundantes. La inflamación crónica puede causar daño tisular y cicatrices permanentes en la piel si no se trata adecuadamente.

Además, la inflamación crónica del acné también puede ser causada por cambios hormonales, que aumentan la producción de sebo y la inflamación en la piel. Durante la pubertad, la producción de hormonas andrógenas aumenta, lo que puede provocar una mayor producción de sebo y una mayor incidencia de acné.

 

Clasificación

Existen diferentes tipos de acné, que se clasifican según la gravedad y el tipo de lesiones que se presentan. Los tipos más comunes incluyen:

  • Acné comedónico: Este tipo de acné se caracteriza por la presencia de comedones, que son lesiones no inflamatorias que se forman cuando el sebo y las células muertas obstruyen los poros de la piel. Los comedones pueden ser abiertos (puntos negros) o cerrados (puntos blancos).
  • Acné papulopustular: Este tipo de acné se caracteriza por la presencia de lesiones inflamatorias, como las pápulas y las pústulas. Las pápulas son protuberancias rosadas y elevadas en la piel, mientras que las pústulas son lesiones llenas de pus con una cabeza blanca o amarilla en el centro.
  • Acné nodular: Este tipo de acné se caracteriza por la presencia de nódulos profundos y dolorosos en la piel. Los nódulos son lesiones inflamatorias grandes y firmes que pueden persistir durante semanas o meses y pueden dejar cicatrices.
  • Acné quístico: Este tipo de acné se caracteriza por la presencia de quistes profundos y dolorosos en la piel. Los quistes son lesiones inflamatorias grandes y llenas de pus que pueden ser muy dolorosas y pueden dejar cicatrices.
  • Acné hormonal: Este tipo de acné está relacionado con cambios hormonales, como los que ocurren durante la pubertad, el embarazo o el ciclo menstrual. El acné hormonal puede presentarse en forma de comedones, pápulas y pústulas en la mandíbula y la línea de la mandíbula.
  • Acné fulminante: Este tipo de acné es raro y se caracteriza por la presencia de lesiones inflamatorias graves y dolorosas en la piel, como nódulos y quistes, que pueden aparecer repentinamente en personas previamente sanas. El acné fulminante puede estar asociado con fiebre, pérdida de peso y síntomas de enfermedad sistémica.

 

Tratamiento

El tratamiento del acné depende de la gravedad y el tipo de lesiones que se presentan. Las opciones de tratamiento pueden incluir el uso de productos tópicos, como cremas y geles que contienen peróxido de benzoilo y ácido salicílico, así como el uso de antibióticos tópicos o por vía oral para tratar la inflamación y las infecciones bacterianas. En casos graves de acné nodular, se pueden utilizar medicamentos orales, como isotretinoína, que puede tener efectos secundarios graves y debe ser administrado bajo supervisión médica.

Es importante tratar el acné temprano para prevenir cicatrices y otros daños permanentes en la piel. Además, es importante seguir una buena rutina de cuidado de la piel, que incluya la limpieza diaria y el uso de productos que no obstruyan los poros para prevenir la obstrucción de los folículos pilosos y la formación de nuevas lesiones de acné.

 

 

 

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