En 1817, el biólogo alemán Heinrich Christian von Pander introdujo un concepto fundamental en la embriología que marcó un hito en la comprensión del desarrollo embrionario. Von Pander fue el primero en identificar y describir las tres capas germinativas que se forman en el embrión durante su desarrollo temprano. Estas capas, que él denominó «blastodermo», son ahora conocidas como el ectodermo, el mesodermo y el endodermo. Cada una de estas capas tiene un papel crucial en la formación de los diferentes tejidos y órganos del cuerpo del organismo en desarrollo.
El término «blastodermo» se refiere a una capa celular que se forma en el embrión durante las primeras etapas del desarrollo. Este tejido celular se origina a partir de la segmentación del huevo fertilizado y juega un papel fundamental en el establecimiento de la organización del embrión. A medida que el embrión avanza en su desarrollo, el blastodermo se diferencia en las tres capas germinativas mencionadas, cada una de las cuales dará lugar a diferentes tipos de tejidos y órganos.
El ectodermo, que es la capa más externa, se desarrolla en una variedad de tejidos, incluidos los epitelios que recubren el cuerpo, el sistema nervioso central y periférico, y las estructuras sensoriales, como los ojos y los oídos. Esta capa también es responsable de la formación de la epidermis de la piel.
El mesodermo, que se encuentra entre el ectodermo y el endodermo, es la capa intermedia y da lugar a una amplia variedad de estructuras, como los músculos, los huesos, el sistema circulatorio (incluyendo el corazón y los vasos sanguíneos), y otros tejidos conectivos como los riñones y los gonadales. El mesénquima, una forma de tejido embrionario que se origina del mesodermo, es esencial para el desarrollo de muchos órganos internos y estructuras del cuerpo.
El endodermo, que es la capa más interna, da origen a los tejidos que recubren las cavidades internas del cuerpo, como el tracto digestivo, los pulmones y las glándulas asociadas, incluyendo el hígado y el páncreas. Esta capa también contribuye a la formación de los revestimientos internos de órganos como la vejiga urinaria.
El descubrimiento de estas tres capas germinativas permitió a los científicos comprender mejor el proceso de organogénesis, es decir, el proceso mediante el cual los órganos y tejidos del cuerpo se desarrollan a partir de células precursoras. La identificación de las tres capas germinativas se convirtió en un principio fundamental de la embriología moderna y proporcionó la base para estudiar el desarrollo del organismo de una manera sistemática.
Hoy en día, sabemos que estas tres capas germinativas no solo son fundamentales para la formación de todos los órganos y tejidos del cuerpo, sino que también son esenciales para comprender muchas enfermedades genéticas y el origen de los tejidos en el contexto de la medicina regenerativa y la terapia celular. La obra de Pander sigue siendo uno de los pilares en la biología del desarrollo, pues abrió el camino para una mayor exploración de los mecanismos celulares y moleculares que guían la formación del organismo multicelular a partir de una única célula fertilizada.
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Fuente y lecturas recomendadas:
- Arteaga Martínez, S. M., & García Peláez, M. I. (Eds.). (2021). Embriología humana y biología del desarrollo (3.ª ed.). Editorial Médica Panamericana.