La «transición epidemiológica» es un concepto clave para entender los cambios en los patrones de morbilidad y mortalidad a lo largo del tiempo y cómo estos han influido en la prevalencia global de las enfermedades cardiovasculares (ECV). Este modelo teórico, formulado inicialmente por Abdel Omran en 1971, describe el proceso por el cual las sociedades experimentan transformaciones en sus perfiles de salud y enfermedades a medida que se desarrollan económica y socialmente.
La transición epidemiológica se puede descomponer en cuatro estadios que reflejan diferentes eras de salud pública y enfermedades predominantes. Estos estadios son:
- Plagas y Hambrunas: En este primer estadio, las sociedades estaban marcadas por altos niveles de mortalidad debido a plagas, hambrunas y enfermedades infecciosas. Durante esta era, que predominó hasta finales del siglo XIX, la salud humana estaba gravemente comprometida por epidemias recurrentes de enfermedades infecciosas como la tuberculosis, la neumonía y las diarreas, así como por la malnutrición generalizada. Las condiciones sanitarias precarias y la falta de acceso a alimentos adecuados eran comunes, lo que llevaba a una alta tasa de mortalidad y baja esperanza de vida.
- Pandemias en Disminución: A partir de la Revolución Industrial y con el avance en la medicina y la mejora de las condiciones sanitarias, las sociedades comenzaron a experimentar una disminución en la mortalidad por enfermedades infecciosas. El desarrollo de vacunas, antibióticos y mejoras en la higiene pública contribuyeron a un control más efectivo de las pandemias. Este cambio permitió un aumento en la esperanza de vida y en la calidad de vida general, moviendo el foco de las enfermedades infecciosas hacia otras formas de morbilidad.
- Enfermedades Degenerativas y Causadas por el Hombre: En esta etapa, que comenzó a mediados del siglo XX, las enfermedades degenerativas y crónicas se volvieron predominantes. Las enfermedades cardiovasculares, junto con cánceres y enfermedades respiratorias crónicas, empezaron a aparecer como las principales causas de muerte. Este cambio está estrechamente relacionado con los estilos de vida modernos, incluyendo dietas ricas en grasas saturadas y azúcares, sedentarismo, y otros factores de riesgo como el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol. A medida que las sociedades se industrializan y urbanizan, los patrones de comportamiento y los factores de riesgo asociados con las enfermedades cardiovasculares se vuelven más prevalentes.
- Enfermedades Degenerativas Demoradas: En el cuarto estadio, las sociedades avanzadas y en desarrollo están viendo una prolongación de la vida útil acompañada de una mayor prevalencia de enfermedades degenerativas asociadas con la edad avanzada. La prolongación de la vida ha llevado a un aumento en la incidencia de enfermedades crónicas como las enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, y diversas formas de demencia. La longevidad extendida permite que estas enfermedades crónicas se manifiesten en etapas tardías de la vida, lo que plantea nuevos desafíos para los sistemas de salud pública.
El incremento en la prevalencia global de las enfermedades cardiovasculares puede entenderse como una consecuencia de esta transición epidemiológica. A medida que las sociedades han avanzado desde las plagas y hambrunas hacia un predominio de enfermedades crónicas, la prevalencia de las enfermedades cardiovasculares ha aumentado debido a cambios en el estilo de vida, urbanización, y el envejecimiento de la población.
Este marco de la transición epidemiológica no solo ayuda a explicar el aumento en las enfermedades cardiovasculares, sino que también subraya la necesidad de estrategias de salud pública que aborden tanto la prevención como el manejo de estas condiciones crónicas, con un enfoque en la promoción de estilos de vida saludables y la mejora continua de los sistemas de atención médica para enfrentar los desafíos de una población envejecida.
Durante la era de pandemias en disminución, que se extendió aproximadamente desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, las sociedades experimentaron una significativa mejora en las condiciones de vida y en la salud pública. Este periodo se caracterizó por una serie de avances fundamentales que condujeron a un aumento del ingreso per cápita y a una prolongación de la esperanza de vida. Estos cambios se produjeron en un contexto donde se estaba dando una reducción sustancial en la mortalidad por enfermedades infecciosas y malnutrición.
Uno de los factores clave en esta mejora fue la implementación de sistemas de salud pública más efectivos. La creación y expansión de servicios de salud pública, junto con la introducción de políticas sanitarias rigurosas, jugaron un papel crucial en la reducción de enfermedades infecciosas. La mejora en el suministro de agua potable y en las infraestructuras de saneamiento contribuyó de manera significativa a la disminución de enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera y la fiebre tifoidea. Además, la optimización en la producción y distribución de alimentos permitió un acceso más amplio a dietas balanceadas, lo que ayudó a mitigar la malnutrición y a fortalecer la salud general de las poblaciones.
El avance en la educación médica también fue fundamental durante este periodo. Los avances en el conocimiento científico y en la formación de profesionales de la salud llevaron a una mejor comprensión y tratamiento de las enfermedades infecciosas. Las campañas de vacunación, el desarrollo de antibióticos y otros tratamientos médicos efectivos contribuyeron a una disminución pronunciada en las tasas de mortalidad por estas enfermedades. En este contexto, las enfermedades cardiovasculares (ECV) empezaron a emerger como una preocupación creciente, con causas prevalentes como las valvulopatías reumáticas, la hipertensión y los accidentes cerebrovasculares.
Con la transición al estadio de enfermedades degenerativas y causadas por el hombre, las sociedades comenzaron a experimentar cambios drásticos en sus estilos de vida debido a mejoras económicas continuas y a un proceso de urbanización acelerado. Estos cambios incluyeron modificaciones significativas en la dieta y en los patrones de actividad física. La disponibilidad ampliada de alimentos procesados, ricos en calorías y grasas saturadas, junto con una disminución en la actividad física debido a trabajos más sedentarios y una vida más urbana, contribuyó al aumento de la ateroesclerosis y, por ende, a un incremento en la prevalencia de enfermedades cardiovasculares.
En el estadio de enfermedades degenerativas demoradas, que se caracteriza por una prolongación de la esperanza de vida y una mayor supervivencia con enfermedades crónicas, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer siguen siendo las principales causas de morbilidad y mortalidad. Sin embargo, las tasas de mortalidad ajustadas por edad debido a enfermedades cardiovasculares han mostrado una reducción significativa, cerca de un 50%, en comparación con las tasas de épocas anteriores. Esta disminución se debe a dos avances principales: el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas y la implementación de medidas preventivas eficaces.
Las innovaciones en el tratamiento, como la introducción de fármacos para controlar la hipertensión y el colesterol, así como el avance en técnicas quirúrgicas como la angioplastia y la colocación de stents, han mejorado significativamente el manejo de las enfermedades cardiovasculares. Además, las estrategias de prevención, que incluyen programas de educación sobre estilos de vida saludable, campañas de concienciación sobre los factores de riesgo y el fomento de prácticas preventivas, han sido cruciales en la reducción de la incidencia y la mortalidad asociadas con estas enfermedades. Estas medidas han permitido a las poblaciones mantener un mejor control de sus condiciones de salud y han contribuido al descenso en las tasas de mortalidad por ECV en la era contemporánea.

Fuente y lecturas recomendadas:
- Olshansky SJ, Ault AB. The fourth stage of the epidemiologic transition: the age of delayed degenerative diseases. Milbank Q. 1986;64(3):355-391.
- Omran AR. The epidemiologic transition: a theory of the epidemiology of population change. Milbank Mem Fund Q. 1971;49(4):509-538.
- Ford ES, Capewell S. Proportion of the decline in cardiovascular mortality disease due to prevention versus treatment: public health versus clinical care. Annu Rev Public Health. 2011;32(1):5-22.
Originally posted on 3 de septiembre de 2024 @ 9:23 PM