Trastorno por consumo de alcohol

Trastorno por consumo de alcohol
Trastorno por consumo de alcohol

Se ha utilizado una diversidad de términos para describir la amplia gama de problemas médicos, psicológicos, conductuales y sociales asociados con el consumo excesivo de alcohol, comúnmente denominados “problemas con el alcohol”. Esta expresión abarca desde situaciones menos graves, como el consumo riesgoso, hasta trastornos más severos y crónicos como el alcoholismo.

Estos problemas pueden manifestarse en diversas áreas de la vida de una persona, afectando su salud física y mental, relaciones interpersonales, desempeño laboral y bienestar social.

El término “alcoholismo” es quizás uno de los más comúnmente utilizados para referirse a personas que tienen problemas con el alcohol. Este término implica una dependencia física o psicológica del alcohol y a menudo se asocia con la pérdida de control sobre el consumo.

Las personas con alcoholismo pueden experimentar síntomas de abstinencia cuando intentan dejar de beber y pueden tener una tolerancia aumentada, lo que significa que necesitan consumir cantidades cada vez mayores para lograr los mismos efectos. Aunque es un término ampliamente reconocido, también ha sido criticado por su falta de especificidad y por no captar toda la diversidad de problemas relacionados con el alcohol.

Dado que el término “alcoholismo” es bastante amplio, también puede ser poco preciso para definir el espectro completo de problemas relacionados con el alcohol. No todos los individuos con problemas de alcohol cumplen con los criterios clínicos específicos asociados con la dependencia del alcohol.

Además, el uso del término puede estigmatizar a las personas con problemas de alcohol y no reflejar la complejidad de los factores biológicos, psicológicos y sociales que contribuyen a estos problemas. Como resultado, en contextos clínicos y académicos, se han adoptado términos más específicos y descriptivos para abordar de manera más precisa la diversidad de situaciones relacionadas con el consumo de alcohol.


Grados de consumo de alcohol

Los abstemios son personas que eligen no consumir alcohol en absoluto. Esta decisión puede deberse a razones de salud, creencias personales, religiosas o simplemente a preferencias individuales. La abstinencia total de alcohol es una elección válida y puede ser adoptada por diversos motivos, formando parte de estilos de vida que promueven la salud y el bienestar sin la inclusión de bebidas alcohólicas.

El consumo moderado de alcohol se define como ingerir un número promedio de bebidas al día que sitúan al adulto en bajo riesgo de problemas relacionados con el alcohol. Esta cantidad varía según las pautas y recomendaciones de salud pública, pero generalmente implica un consumo que no supera ciertos límites diarios. La moderación busca evitar los riesgos asociados con el consumo excesivo de alcohol, como la dependencia y los problemas de salud.

Existen datos epidemiológicos que sugieren que el consumo moderado de alcohol puede aportar algunos beneficios para la salud, especialmente en términos de reducción del riesgo de enfermedad cardiovascular. Sin embargo, es importante destacar que estos beneficios son específicos y están vinculados a ciertos contextos. El grado de consumo que produce tales beneficios, si es que existe, se estima en general como muy bajo, por ejemplo, consumir menos de una bebida al día.

Recientemente, un estudio epidemiológico señaló que el consumo de alcohol que minimiza los riesgos para la salud es cero, contradiciendo la noción de que incluso un consumo moderado pueda ser beneficioso. Estos hallazgos sugieren que, en términos de riesgos para la salud, abstenerse por completo del consumo de alcohol puede ser la opción más segura.

El consumo de riesgo se refiere a un nivel de consumo de alcohol que lleva consigo un riesgo significativo para la salud. Esta categoría se ha identificado a través de datos epidemiológicos que indican que ciertos niveles específicos de consumo de alcohol están asociados con un mayor riesgo de problemas de salud. Estos problemas pueden abarcar desde trastornos relacionados con el alcohol hasta complicaciones médicas, como enfermedades hepáticas, cardiovasculares y neuropsiquiátricas.

Es importante destacar que el consumo de riesgo se define de manera diferente en hombres menores de 65 años en comparación con mujeres de todas las edades. Esta distinción se basa en consideraciones fisiológicas y metabólicas. Las mujeres generalmente tienen un peso corporal menor y tasas de metabolismo del alcohol más bajas en comparación con los hombres. Esto significa que, en términos proporcionales, la misma cantidad de alcohol puede tener un impacto mayor en las mujeres. Por lo tanto, las pautas de consumo seguro se adaptan para reflejar estas diferencias, reconociendo que las mujeres pueden experimentar riesgos para la salud con niveles de consumo más bajos en comparación con los hombres.


Términos y criterios sobre las pautas de consumo

La definición de consumo de riesgo en hombres mayores de 65 años es la misma que en mujeres, y esto se debe al aumento del riesgo de problemas relacionados con el alcohol asociados con la edad. Los cambios en el metabolismo del alcohol en personas mayores pueden contribuir a un mayor riesgo de complicaciones de salud. Por lo tanto, las pautas de consumo seguro se equiparan en estos dos grupos demográficos, reconociendo que ambos enfrentan riesgos similares con respecto al consumo de alcohol.

El consumo compulsivo, también conocido como consumo intensivo, se refiere a la práctica de consumir grandes cantidades de alcohol en episodios específicos. Se define típicamente como el consumo de cinco o más bebidas en una sola ocasión para hombres y de cuatro o más para mujeres. Esta forma de consumo episódico, también llamada “binge drinking” en inglés, puede tener graves implicaciones para la salud y está asociada con un mayor riesgo de problemas de salud física y mental, así como con el riesgo de lesiones y accidentes.

Una bebida estándar se define como una unidad de medida que contiene una cantidad específica de alcohol puro. Comúnmente, una bebida estándar contiene alrededor de 12 gramos de alcohol puro. Esta cantidad es equivalente a la que se encuentra en aproximadamente 150 ml de vino, 350 ml de cerveza o 45 ml de una bebida alcohólica de 80 grados de prueba. Establecer una medida estándar facilita la comparación y comprensión del contenido de alcohol en diferentes tipos de bebidas, independientemente de su presentación o graduación alcohólica.

La más reciente edición (5.ª) del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5) ha reemplazado los términos abuso del alcohol y dependencia del alcohol por el de trastorno por consumo de alcohol para describir más claramente el espectro de síntomas experimentados por los pacientes. Se considera que los que cumplen 2 o 3 criterios de los 11 para el trastorno por consumo de alcohol presentan un trastorno leve; si cumplen 4 o 5 corresponden a un trastorno moderado, y si cumplen de 6 a 11, a un trastorno grave.

Términos y criterios sobre las pautas de consumo de alcohol

Términos y criterios sobre las pautas de consumo de alcohol

 

 

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