Tratamiento médico del glaucoma crónico

El tratamiento médico del glaucoma crónico, incluido el glaucoma de tensión normal, tiene como objetivo principal reducir la presión intraocular para prevenir o retrasar la progresión de la enfermedad y preservar la función visual del paciente. Existen varias opciones terapéuticas disponibles, cada una con sus propios mecanismos de acción y consideraciones de seguridad.
Las gotas para los ojos análogas a la prostaglandina se utilizan comúnmente como terapia de primera línea debido a su alta eficacia para reducir la presión intraocular, su conveniente dosificación una vez al día y su falta de efectos secundarios sistémicos significativos. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estas gotas pueden producir efectos secundarios oculares como hiperemia conjuntival, oscurecimiento permanente del iris y del color de las cejas, aumento del crecimiento de las pestañas y reducción de la grasa periorbital.
Latanoprostene bunod es una opción más reciente que se ha demostrado que aumenta el flujo de salida trabecular a través de la liberación de óxido nítrico, lo que contribuye a reducir la presión intraocular.
Los bloqueadores beta-adrenérgicos tópicos, como el betaxolol, pueden usarse solos o en combinación con análogos de prostaglandinas. Sin embargo, su uso puede estar contraindicado en pacientes con enfermedad reactiva de las vías respiratorias o insuficiencia cardíaca, y se prefiere el betaxolol cardioselectivo en pacientes con estas condiciones debido a su teórica mayor seguridad respiratoria.
La brimonidina al 0,2 % y los inhibidores tópicos de la anhidrasa carbónica son otras opciones terapéuticas que se pueden utilizar junto con análogos de prostaglandinas o bloqueadores beta-adrenérgicos, o como terapia inicial en casos donde estos últimos están contraindicados. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estas opciones pueden estar asociadas con reacciones alérgicas y otros efectos adversos como la uveítis en el caso de la brimonidina.
El agente tópico netarsudil solución oftálmica 0,02% es otro inhibidor de la Rho quinasa que aumenta el flujo de salida de líquido acuoso a través de la malla trabecular.
En casos donde la terapia tópica no es suficiente o no es adecuada, se pueden considerar inhibidores orales de la anhidrasa carbónica como acetazolamida, metazolamida y diclorfenamida a largo plazo. Estos se reservan para situaciones en las que la terapia tópica no es efectiva y la terapia quirúrgica o con láser no es una opción.
Es importante destacar que existen preparaciones de gotas para los ojos que combinan dos o más agentes terapéuticos para mejorar el cumplimiento del paciente cuando se requieren múltiples medicamentos. Además, se prefieren las formulaciones sin conservantes o con conservantes alternativos para reducir los efectos oculares adversos, especialmente en pacientes con alergias o sequedad ocular severa.
Originally posted on 28 de marzo de 2024 @ 1:35 AM
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