Claves para el diagnóstico de diabetes mellitus tipo 1 y 2

Claves para el diagnóstico de diabetes mellitus tipo 1 y 2
Claves para el diagnóstico de diabetes mellitus tipo 1 y 2

La diabetes es una enfermedad crónica que afecta la forma en que el cuerpo procesa la glucosa (azúcar) en la sangre. La glucosa es una fuente importante de energía para el cuerpo y proviene de los alimentos que consumimos. Para que la glucosa ingrese a las células y se utilice como energía, se necesita una hormona llamada insulina, que es producida por el páncreas.

En las personas con diabetes, el cuerpo tiene dificultades para producir suficiente insulina o para utilizarla de manera efectiva. Como resultado, la glucosa se acumula en la sangre en lugar de ingresar a las células, lo que lleva a niveles elevados de azúcar en la sangre, conocidos como hiperglucemia.

La diabetes tipo 1 es una enfermedad crónica caracterizada por la destrucción autoinmune de las células beta pancreáticas, lo que conduce a una deficiencia absoluta de insulina. Esta falta de insulina resulta en un desequilibrio en los niveles de glucosa en sangre, lo que puede causar una variedad de síntomas y complicaciones si no se controla adecuadamente. A continuación, explicaré ampliamente cada uno de los puntos mencionados:

  1. Poliuria, polidipsia y pérdida de peso con glucosa plasmática aleatoria de ≥ 200 mg/dL (11.1 mmol/L):
    • La poliuria se refiere a la producción excesiva de orina, mientras que la polidipsia se refiere a la sed excesiva. Ambos síntomas están estrechamente relacionados con los altos niveles de glucosa en sangre, ya que el cuerpo trata de eliminar el exceso de glucosa a través de la orina, lo que provoca deshidratación y sed excesiva.
    • La pérdida de peso puede ser un síntoma inicial de diabetes tipo 1 debido a la incapacidad del cuerpo para utilizar la glucosa como fuente de energía. En lugar de utilizar la glucosa, el cuerpo recurre a la descomposición de las reservas de grasa y proteínas, lo que resulta en pérdida de peso involuntaria.
  2. Glucosa plasmática de ≥ 126 mg/dL (7.0 mmol/L) después de un ayuno nocturno, documentado en más de una ocasión:
    • Este criterio se refiere al diagnóstico de diabetes tipo 1 basado en los niveles de glucosa en ayunas. Un nivel de glucosa en sangre en ayunas igual o superior a 126 mg/dL en más de una ocasión se considera un indicador de diabetes.
    • La confirmación en más de una ocasión es importante para descartar posibles errores de medición y confirmar el diagnóstico.
  3. Cetonemia, cetonuria o ambas:
    • Las cetonas son compuestos químicos producidos por el hígado cuando el cuerpo descompone las grasas en lugar de utilizar glucosa como fuente de energía. En la diabetes tipo 1, la falta de insulina impide que las células utilicen glucosa, lo que lleva a la producción de cetonas como fuente alternativa de energía.
    • La presencia de cetonemia (cetonas en la sangre) y cetonuria (cetonas en la orina) es un signo de cetosis, que puede ser peligroso si no se trata adecuadamente. La cetosis puede conducir a una acidosis metabólica potencialmente mortal, conocida como cetoacidosis diabética (CAD).
  4. Los autoanticuerpos de islotes pancreáticos están frecuentemente presentes:
    • La diabetes tipo 1 es considerada una enfermedad autoinmune, lo que significa que el sistema inmunitario ataca por error y destruye las células beta productoras de insulina en el páncreas. La presencia de autoanticuerpos dirigidos contra los islotes pancreáticos es un marcador característico de esta forma de diabetes.
    • Los autoanticuerpos comúnmente asociados con la diabetes tipo 1 incluyen anticuerpos contra la glutamato descarboxilasa (GAD), la tirosina fosfatasa IA-2 y la insulina. La detección de estos autoanticuerpos es importante para confirmar el diagnóstico de diabetes tipo 1 y distinguirla de otros tipos de diabetes.

 

La diabetes tipo 2 es una enfermedad crónica que se caracteriza por la resistencia a la insulina y la disminución en la producción de insulina por parte del páncreas. A continuación, explicaré ampliamente cada uno de los puntos mencionados:

  1. Muchos pacientes tienen más de 40 años y presentan obesidad:
    • La edad avanzada y la obesidad son dos factores de riesgo importantes para el desarrollo de diabetes tipo 2. Con el envejecimiento, el cuerpo tiende a volverse menos sensible a la insulina, lo que puede llevar a la resistencia a la insulina. Además, el exceso de grasa corporal, especialmente en la región abdominal, puede desempeñar un papel clave en el desarrollo de resistencia a la insulina y la diabetes tipo 2.
  2. Poliuria y polidipsia. La cetonuria y la pérdida de peso son poco comunes en el momento del diagnóstico. La vaginitis candidiásica puede ser una manifestación inicial:
    • La poliuria (producción excesiva de orina) y la polidipsia (sed excesiva) son síntomas clásicos de diabetes tipo 2 debido a los altos niveles de glucosa en sangre. Sin embargo, a diferencia de la diabetes tipo 1, la cetonuria (presencia de cetonas en la orina) y la pérdida de peso no son tan comunes en el momento del diagnóstico de diabetes tipo 2. En cambio, la vaginitis candidiásica (infección vaginal por hongos) puede ser una manifestación inicial de la enfermedad, especialmente en mujeres.
  3. Glucosa plasmática de ≥ 126 mg/dL después de un ayuno nocturno en más de una ocasión. Dos horas después de 75 g de glucosa oral, los valores diagnósticos son ≥ 200 mg/dL (11.1 mmol):
    • Estos son los criterios diagnósticos utilizados para confirmar la presencia de diabetes tipo 2. Un nivel de glucosa en ayunas igual o superior a 126 mg/dL en más de una ocasión, o un nivel de glucosa igual o superior a 200 mg/dL dos horas después de un test de tolerancia oral a la glucosa, confirma el diagnóstico de diabetes.
  4. HbA1c ≥ 6.5%:
    • La hemoglobina glucosilada (HbA1c) es una medida del control glucémico a largo plazo. Un nivel de HbA1c igual o superior al 6.5% se considera un indicador de diabetes tipo 2, ya que refleja los niveles promedio de glucosa en sangre durante los últimos 2-3 meses.
  5. La hipertensión, la dislipidemia y la aterosclerosis suelen estar asociadas:
    • La diabetes tipo 2 está estrechamente relacionada con otras enfermedades metabólicas, como la hipertensión (presión arterial alta), la dislipidemia (niveles anormales de lípidos en sangre) y la aterosclerosis (acumulación de placa en las arterias). Estas condiciones aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares y complicaciones asociadas con la diabetes tipo 2.

 

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