Acumulación de fármacos en el tejido adiposo
La capacidad de muchos fármacos liposolubles para almacenarse en la grasa se debe a su afinidad por los lípidos y su capacidad de disolverse en la grasa neutra. Los lípidos son moléculas orgánicas que son insolubles en agua pero solubles en solventes orgánicos, como los compuestos liposolubles. La grasa neutra, también conocida como triglicéridos, es el principal tipo de lípido presente en el tejido adiposo.
En el organismo, el tejido adiposo es el principal sitio de almacenamiento de grasa y se encuentra en diferentes partes del cuerpo, como el abdomen, las nalgas, los muslos y los senos. En personas obesas, el contenido de grasa del cuerpo puede ser significativamente alto, llegando hasta un 50% de la masa corporal total. Incluso en individuos delgados, la grasa constituye aproximadamente el 10% del peso corporal. Esto significa que hay una cantidad considerable de tejido adiposo disponible como un reservorio potencial para fármacos liposolubles.
Cuando un fármaco liposoluble se ingiere o se administra, puede ser absorbido en el tracto gastrointestinal o entrar en la circulación sanguínea a través de la administración parenteral. Una vez en la sangre, los fármacos liposolubles pueden distribuirse a través del organismo y acumularse en diferentes tejidos, incluido el tejido adiposo.
La grasa se considera un reservorio estable para los fármacos debido a su baja tasa de flujo sanguíneo en comparación con otros tejidos, como los músculos o los órganos internos. Esto significa que el suministro de sangre al tejido adiposo es relativamente bajo, lo que reduce la velocidad de eliminación de los fármacos almacenados en la grasa. Esto permite que los fármacos liposolubles se mantengan en la grasa durante períodos más prolongados, lo que puede ser beneficioso para mantener una acción prolongada del fármaco o para una liberación gradual en el tiempo.
El almacenamiento de fármacos liposolubles en la grasa puede tener implicaciones clínicas importantes. Por un lado, puede prolongar la vida media de eliminación del fármaco, lo que puede ser beneficioso para mantener una concentración terapéutica adecuada en el organismo. Por otro lado, también puede resultar en una liberación lenta y prolongada del fármaco a medida que se moviliza desde el tejido adiposo, lo que puede tener efectos indeseables o prolongados, especialmente en casos de toxicidad o efectos secundarios.
Síguenos en X: @el_homomedicus y @enarm_intensivo APRENDER CIRUGÍA