Administración rectal de medicamentos

Administración rectal de medicamentos
Administración rectal de medicamentos

La administración de fármacos por vía rectal es una ruta alternativa a la administración oral o parenteral (como inyecciones) y ofrece algunas ventajas específicas. Una de las ventajas más significativas es que alrededor del 50% del fármaco administrado y absorbido por vía rectal evita el paso a través del hígado, lo que reduce el metabolismo de primer paso hepático.

El metabolismo de primer paso hepático ocurre cuando un fármaco se absorbe a través del tracto gastrointestinal y pasa por el hígado antes de ingresar a la circulación sistémica. Durante este proceso, el hígado puede modificar o eliminar parte del fármaco, lo que puede disminuir su concentración efectiva en el cuerpo. Al administrar un fármaco por vía rectal, se evita en gran medida el paso por el hígado, lo que permite que una mayor cantidad del fármaco alcance la circulación sistémica sin sufrir un metabolismo excesivo.

Sin embargo, la absorción rectal puede ser irregular e incompleta en comparación con otras vías de administración. La mucosa rectal es menos eficiente en la absorción de fármacos en comparación con el revestimiento del intestino delgado, que tiene una mayor superficie de absorción debido a sus pliegues y vellosidades. Esto puede resultar en una variabilidad en la cantidad de fármaco que se absorbe en cada administración rectal.

Además, algunos fármacos pueden causar irritación de la mucosa rectal, lo que puede provocar molestias, inflamación o incluso daño tisular. Es importante tener en cuenta la irritabilidad potencial de los fármacos y la condición de la mucosa rectal antes de administrarlos por vía rectal. En algunos casos, se pueden utilizar supositorios o enemas que contengan sustancias lubricantes o protectores para minimizar la irritación.

A pesar de estas limitaciones, la administración rectal puede ser deseable en ciertas situaciones clínicas. Por ejemplo, el uso de opiáceos en el cuidado hospitalario, como la morfina, puede ser administrado por vía rectal cuando el paciente no puede tomar medicamentos por vía oral o cuando se requiere una rápida acción analgésica. Los supositorios de opiáceos proporcionan una absorción relativamente rápida y pueden ser una opción eficaz para el alivio del dolor.

Además, los antipiréticos (medicamentos para reducir la fiebre) también se pueden administrar por vía rectal en casos en los que la administración oral no es posible o cuando se necesita una acción rápida. Los supositorios de antipiréticos, como el paracetamol, permiten una absorción adecuada y pueden reducir eficazmente la fiebre.

 

 

 

 

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Anatomía del hígado

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