¿Cómo se transmite la parotiditis?
La paperas, también conocida como parotiditis, es una enfermedad viral causada por el virus de las paperas, que es un virus de la familia Paramyxoviridae. Se transmite principalmente a través de gotas respiratorias, lo que significa que se propaga cuando una persona infectada tose, estornuda o habla, y las gotas respiratorias entran en contacto con las membranas mucosas de otra persona, como la boca o la nariz. Esto puede ocurrir directamente de persona a persona o indirectamente a través del contacto con superficies contaminadas por el virus.
La población más afectada por parotiditis suelen ser los niños, pero en brotes, la infección puede afectar a personas en sus segundas o terceras décadas de vida. Esto se debe a que la vacunación contra las paperas es una medida importante para prevenir la enfermedad y reducir su propagación.
La parotiditis puede propagarse rápidamente en entornos congregados, como colegios y universidades, donde la interacción cercana entre individuos aumenta las oportunidades de transmisión. Además, la naturaleza altamente contagiosa de la enfermedad, combinada con un período de incubación relativamente largo de 12 a 25 días (con un promedio de 16 a 18 días), puede facilitar su difusión antes de que los síntomas se manifiesten en los pacientes infectados.
Es importante destacar que hasta un tercio de las personas infectadas pueden experimentar una infección subclínica, lo que significa que no muestran síntomas evidentes de la enfermedad. Sin embargo, incluso en estos casos asintomáticos, las personas aún pueden transmitir el virus a otros, lo que contribuye a la propagación de la enfermedad.
¿Cómo se transmite la parotiditis?
Desde la introducción de la vacuna triple viral (sarampión, parotiditis y rubéola, conocida como MMR por sus siglas en inglés) en 1989, la tasa de casos de paperas ha disminuido significativamente. Se estima que la tasa de casos ha disminuido en más del 99%, con solo unos pocos cientos de casos reportados la mayoría de los años. Esto destaca la efectividad de la vacunación en la prevención de la enfermedad y en la reducción de su incidencia y propagación. Sin embargo, es importante seguir promoviendo la vacunación para mantener altos niveles de inmunidad en la población y prevenir brotes futuros de esta enfermedad altamente contagiosa.
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