El calcio es un elemento esencial en el organismo, desempeñando un papel crucial en numerosos procesos biológicos. En el plasma o suero, el calcio circula principalmente en dos formas: el calcio total y el calcio ionizado. La concentración normal de calcio total en plasma (o suero) varía entre 8.5 y 10.5 miligramos por decilitro (mg/dL), lo que corresponde a un rango de 2.1 a 2.6 milimoles por litro (mmol/L). Este valor abarca tanto el calcio que se encuentra en forma libre, es decir, el calcio ionizado, como el que está unido a proteínas, principalmente a la albúmina, o a otros compuestos como los fosfatos.
El calcio ionizado, cuya concentración normal varía entre 4.6 y 5.3 mg/dL (1.16 a 1.31 mmol/L), representa la fracción activa fisiológicamente del calcio en el organismo. Este calcio libre es la forma que interviene en los procesos fisiológicos más inmediatos, como la contracción muscular, la transmisión del impulso nervioso, la coagulación sanguínea y la liberación de neurotransmisores. La capacidad del calcio ionizado para interactuar con diversas proteínas y enzimas es fundamental para el adecuado funcionamiento de numerosos sistemas biológicos. Su concentración está estrictamente regulada por varios mecanismos homeostáticos, incluidos los sistemas endocrinos que implican a la paratohormona (PTH), la vitamina D y el calcitonina, los cuales ajustan la cantidad de calcio libre disponible en sangre, dependiendo de las necesidades del organismo.
En condiciones fisiológicas normales, la medición de la concentración total de calcio en plasma o suero suele ser suficiente para evaluar el estado del calcio en el organismo. Esto se debe a que la mayor parte del calcio plasmático está en equilibrio con el calcio ionizado, y las variaciones en la concentración total de calcio suelen reflejar cambios correspondientes en el calcio ionizado. Sin embargo, existen excepciones notables en las cuales la medición del calcio total puede no proporcionar una representación precisa del calcio bioactivo.
Un caso típico de este tipo de discrepancia se presenta en pacientes con hipoalbuminemia, una condición en la que los niveles de albúmina en sangre están bajos. Dado que una porción significativa del calcio plasmático se encuentra unida a esta proteína, en pacientes con niveles bajos de albúmina, la concentración total de calcio puede estar disminuida, aunque el calcio ionizado, que es el que ejerce efectos fisiológicos, se mantenga dentro de los rangos normales. En tales situaciones, el cálculo de una corrección basada en los niveles de albúmina puede ser necesario para obtener una evaluación precisa del estado del calcio.
Por otro lado, ciertas alteraciones en el equilibrio ácido-base también pueden afectar la relación entre el calcio total y el calcio ionizado. En condiciones de acidosis, por ejemplo, el calcio ionizado tiende a aumentar debido a la disminución de la unión del calcio a las proteínas plasmáticas, mientras que en la alcalosis, la concentración de calcio ionizado puede disminuir, ya que el calcio se une más fácilmente a las proteínas en condiciones de pH elevado. En estos casos, la medición del calcio ionizado resulta ser una evaluación más precisa del estado fisiológico del calcio, ya que refleja directamente la cantidad activa de este ión en circulación.

Fuente y lecturas recomendadas:
- Goldman, L., & Schafer, A. I. (Eds.). (2020). Goldman-Cecil Medicine (26th ed.). Elsevier.
- Loscalzo, J., Fauci, A. S., Kasper, D. L., Hauser, S. L., Longo, D. L., & Jameson, J. L. (Eds.). (2022). Harrison. Principios de medicina interna (21.ª ed.). McGraw-Hill Education.
- Papadakis, M. A., McPhee, S. J., Rabow, M. W., & McQuaid, K. R. (Eds.). (2024). Diagnóstico clínico y tratamiento 2025. McGraw Hill.
- Rozman, C., & Cardellach López, F. (Eds.). (2024). Medicina interna (20.ª ed.). Elsevier España.