¿Cuál es la función de las sales biliares en la digestión y absorción de las grasas?

Las sales biliares derivadas del catabolismo del colesterol son esteróles hidrosolubles saturados, con propiedades físico-químicas diferentes de los ácidos biliares. Como estructura tienen un núcleo esteroideo, compuesto por cuatro anillos de hidrocarburos fusionados y ligados con glicina o taurina. Son anfofílicas por tener superficies ionizadas hidrofílicas y superficies hidrofóbicas compuestas por los anillos.
Las células hepáticas sintetizan alrededor de 6 g de sales biliares al día. El precursor de estas sales es el colesterol procedente de la dieta o sintetizado por los hepatocitos durante el metabolismo de las grasas. El colesterol se convierte primero en ácido cólico o ácido quenodesoxicólico en cantidades casi iguales.
El ácido cólico o ácido quenodesoxicólico se combinan sobre todo con la glicina y, en menor medida, con la taurina y forman los ácidos biliares glucoconjugados y tauroconjugados. Las sales de estos ácidos, principalmente las sales sódicas, se excretan por la bilis.
Las sales biliares ejercen dos efectos importantes en el tubo digestivo:
- Tienen una acción detergente para las partículas de grasa de los alimentos. Esta acción, que disminuye la tensión superficial de las partículas y favorece la fragmentación de los glóbulos en otros de tamaño menor por efecto de la agitación del contenido intestinal, es la llamada función emulsificadora o detergente de las sales biliares.
- Las sales biliares ayudan a la absorción de los ácidos grasos, los monoglicéridos, el colesterol, y otros lípidos en el aparato digestivo. Ayudan a su absorción mediante la formación de complejos físicos diminutos llamados micelas con los lípidos que, debido a la carga eléctrica aportada por las sales biliares, son semisolubles en el quimo. Los lípidos intestinales son «transportados» de esta manera a la mucosa para su posterior absorción hacia la sangre.
En ausencia de sales biliares en el tubo digestivo, se excretarían con las heces hasta el 40% de los lípidos ingeridos, con el consiguiente déficit metabólico por la pérdida de estos nutrientes.