Definiciones de sangrado uterino menstrual

La menstruación cíclica regular es el resultado de un complejo proceso fisiológico que implica una sincronización precisa entre el endometrio y una serie de factores reguladores. El endometrio es la capa interna del útero que experimenta cambios estructurales y funcionales bajo la influencia de hormonas circulantes, principalmente estrógeno y progesterona, durante el ciclo menstrual.
El ciclo menstrual se divide típicamente en dos fases principales: la fase folicular y la fase lútea. En la fase folicular, los niveles de estrógeno aumentan gradualmente, lo que estimula el crecimiento y la proliferación del endometrio. Esta fase prepara el endometrio para la posible implantación del óvulo fertilizado. La ovulación marca el inicio de la fase lútea, donde los niveles de progesterona se elevan para mantener y preparar aún más el endometrio para la implantación.
Si no se produce la fecundación y no hay implantación del embrión, los niveles de estrógeno y progesterona disminuyen, lo que lleva a la desintegración y descamación del endometrio. Esta descamación es lo que se conoce como menstruación, que consiste en la expulsión de sangre y tejido uterino a través del cuello uterino y la vagina.
Cualquier alteración en estos delicados equilibrios hormonales o en la respuesta del endometrio puede resultar en trastornos menstruales como la metrorragia (sangrado uterino anormal entre periodos menstruales) o la menorragia (sangrado menstrual excesivo o prolongado). Estos trastornos pueden tener diversas causas, como desequilibrios hormonales, problemas estructurales del útero, trastornos de la coagulación, o incluso ciertas condiciones médicas subyacentes.
Entre las causas principales de este trastorno se incluyen:
- Proliferación Neoplásica: La presencia de tumores benignos como los miomas uterinos o los pólipos endometriales puede llevar a sangrados anormales. Estos crecimientos pueden distorsionar la morfología del útero o del endometrio, causando hemorragias irregulares.
- Disfunción Hormonal: Alteraciones en la regulación hormonal, como desequilibrios en los niveles de estrógeno y progesterona, pueden provocar un engrosamiento excesivo del endometrio (hiperplasia endometrial), que a su vez puede resultar en sangrados irregulares.
- Traumatismos: Lesiones físicas en el útero o el cuello uterino, como aquellas causadas por procedimientos quirúrgicos previos, partos complicados o manipulaciones ginecológicas, pueden desencadenar hemorragias uterinas anormales.
- Infecciones: Las infecciones del tracto genital, como la enfermedad inflamatoria pélvica (EIP) o ciertas enfermedades de transmisión sexual (ETS), pueden causar inflamación y daño en el revestimiento uterino, contribuyendo así a episodios de metrorragia.
- Coagulopatías: Trastornos de la coagulación sanguínea, como la enfermedad de Von Willebrand o la trombocitopenia, pueden predisponer a sangrados anormales debido a una capacidad reducida para la formación de coágulos adecuados en el endometrio.
- Complicaciones del Embarazo: Condiciones como el embarazo ectópico, el aborto espontáneo o la placenta previa pueden presentarse con sangrados uterinos anormales, debido a la interrupción prematura de la gestación o a la implantación anómala del embrión.
La menstruación normal surge por lo general cada 28 días y dura ± 7 días.
La expulsión anormal de sangre uterina puede presentar una variedad de patrones que reflejan diferentes condiciones subyacentes y mecanismos fisiopatológicos. Uno de los términos utilizados para describir estos patrones es la menorragia, que se refiere a la menstruación cíclica que es prolongada o profusa. Se considera menorragia cuando la menstruación dura más de siete días consecutivos o cuando la cantidad de sangre expulsada supera los 80 ml durante todo el período menstrual. Este trastorno puede ser indicativo de desequilibrios hormonales, como la falta de ovulación regular, o de problemas estructurales en el útero, como los fibromas uterinos, que afectan la capacidad normal del útero para regular el flujo menstrual.
Por otro lado, el término metrorragia se utiliza para describir la pérdida sanguínea intermenstrual, es decir, el sangrado que ocurre fuera del período menstrual esperado. Este tipo de sangrado puede estar asociado con una variedad de condiciones subyacentes, como alteraciones hormonales, pólipos endometriales, o incluso cánceres uterinos. La expresión «goteo intermenstrual» es un término más informal utilizado para describir la metrorragia que puede ocurrir en mujeres que están bajo tratamiento hormonal, como anticonceptivos o terapia hormonal sustitutiva. Este tipo de sangrado intermenstrual puede ser un efecto secundario de los cambios hormonales inducidos por estas terapias.
En algunos casos, las pacientes pueden experimentar ambos patrones de sangrado de manera simultánea, lo cual se conoce como menometrorragia. Esta combinación de menstruación prolongada o abundante junto con pérdida sanguínea intermenstrual puede ser especialmente disruptiva para la calidad de vida de las mujeres afectadas. Es importante que cualquier cambio significativo en el patrón menstrual sea evaluado por un profesional de la salud, ya que puede ser indicativo de condiciones subyacentes que requieren diagnóstico y tratamiento adecuados.
La hipomenorrea se refiere a la disminución del volumen o la duración del flujo menstrual en comparación con lo que se considera normal para una persona en particular. Esta condición puede estar asociada con diversos factores, como desequilibrios hormonales, pérdida de peso significativa, ejercicio extenuante o incluso ciertas condiciones médicas subyacentes que afectan la función ovárica o el endometrio.
Por otro lado, la oligomenorrea es otro término utilizado para describir ciclos menstruales con intervalos intercíclicos prolongados, es decir, que exceden los 35 días. Esto puede indicar irregularidades en la ovulación o en la producción de hormonas sexuales, como estrógeno y progesterona, que son esenciales para mantener un ciclo menstrual regular y saludable. Las causas pueden variar desde el síndrome de ovario poliquístico hasta trastornos de la glándula tiroides o incluso estrés emocional crónico.
El término hemorragia por supresión se refiere específicamente a la expulsión predecible de sangre como resultado de una disminución abrupta en los niveles de progesterona. Esto puede ocurrir cuando una mujer deja de tomar anticonceptivos hormonales que contienen progesterona, como la píldora anticonceptiva, o durante la fase lútea del ciclo menstrual cuando la progesterona naturalmente cae si no hay embarazo. Esta caída repentina puede desencadenar un sangrado similar al menstrual aunque no coincida con el período menstrual habitual.
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Originally posted on 2 de agosto de 2024 @ 1:10 PM