Demencia en pacientes geriátricos

Demencia en pacientes geriátricos
Demencia en pacientes geriátricos

La demencia en pacientes geriátricos es un fenómeno de gran relevancia tanto clínica como socialmente, dado el envejecimiento de la población en muchas partes del mundo. La demencia, un término que abarca diversas condiciones patológicas, presenta un conjunto de síntomas característicos que afectan los procesos cognitivos y funcionales de quienes la padecen.

Es esencial comprender que la demencia se define como un trastorno neurocognitivo mayor, lo que implica una alteración adquirida, persistente y progresiva en los procesos mentales. Esta descripción enfatiza la naturaleza evolutiva de la enfermedad, que tiende a empeorar con el tiempo.

En la clasificación diagnóstica, el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, quinta edición) identifica seis dominios cognitivos afectados por la demencia. Estos incluyen:

  1. Atención compleja: La atención compleja se refiere a la capacidad de mantener la concentración en tareas que requieren procesamiento cognitivo avanzado. Los déficits en este dominio pueden manifestarse como una dificultad para enfocarse en actividades que requieren atención sostenida o para cambiar de una tarea a otra de manera fluida. Por ejemplo, una persona con demencia puede ser fácilmente distraída o tener problemas para realizar cálculos simples.
  2. Función ejecutiva: La función ejecutiva engloba habilidades cognitivas de alto nivel necesarias para planificar, organizar, solucionar problemas, tomar decisiones y regular el comportamiento. Los déficits en este dominio pueden manifestarse como una incapacidad para planificar actividades diarias, dificultad para tomar decisiones o una disminución en la flexibilidad mental. Por ejemplo, un individuo con demencia puede tener problemas para abstraerse o para cambiar de estrategia cuando se enfrenta a un problema.
  3. Aprendizaje y memoria: Este dominio se refiere a la capacidad de adquirir nueva información y retenerla en la memoria a corto y largo plazo. Los déficits en este ámbito pueden incluir dificultades para recordar eventos recientes, olvido de información recién aprendida o una disminución en la capacidad para recordar detalles específicos. Por ejemplo, una persona con demencia puede tener dificultades para recordar elementos de una lista o para recordar conversaciones recientes.
  4. Lenguaje: El dominio del lenguaje implica la capacidad de comprender y expresar ideas mediante el uso de palabras. Los déficits en este dominio pueden manifestarse como dificultades para encontrar palabras adecuadas (afasia), dificultades para comprender el lenguaje hablado o escrito (comprensión del lenguaje) o dificultades para seguir instrucciones verbales. Por ejemplo, una persona con demencia puede tener dificultades para nombrar objetos o para comprender el significado de las palabras.
  5. Función perceptivo-motora: Este dominio se refiere a la capacidad de percibir el entorno y realizar movimientos coordinados en respuesta a estímulos sensoriales. Los déficits en este ámbito pueden manifestarse como dificultades para realizar tareas que requieren coordinación motora fina, como escribir o vestirse, o dificultades para reconocer objetos o personas familiares. Por ejemplo, una persona con demencia puede tener dificultades para copiar un dibujo o para navegar en entornos conocidos.
  6. Cognición social: La cognición social se refiere a la capacidad de interpretar y responder adecuadamente a las señales sociales en el entorno. Los déficits en este dominio pueden manifestarse como cambios en la personalidad, dificultades para reconocer las emociones de los demás o dificultades para comprender las normas sociales. Por ejemplo, una persona con demencia puede experimentar cambios en su comportamiento social, como volverse más retraída o mostrar una falta de empatía hacia los demás.

Es importante destacar que el diagnóstico de demencia no solo se basa en la presencia de déficits cognitivos, sino también en el impacto significativo que estos tienen en la vida diaria del paciente. Este deterioro funcional puede resultar en la pérdida de independencia en actividades básicas, como el autocuidado o la gestión de las finanzas personales, lo que afecta profundamente la calidad de vida del individuo y su capacidad para funcionar de manera autónoma en la sociedad.

En el contexto geriátrico, la demencia presenta desafíos adicionales debido a la interacción con otras condiciones médicas comunes en la vejez, como enfermedades cardiovasculares o diabetes. Estas comorbilidades pueden complicar el manejo de la demencia y afectar su progresión. Además, el cuidado de pacientes con demencia puede ser especialmente exigente para los familiares y cuidadores, lo que puede tener un impacto significativo en su bienestar emocional y físico.

La demencia es un trastorno neurodegenerativo que afecta a una parte significativa de la población mayor, y su prevalencia es motivo de preocupación tanto a nivel individual como a nivel de salud pública. Sin embargo, es interesante notar que, a pesar de esta tendencia preocupante, la prevalencia de demencia entre adultos mayores de 65 años ha mostrado una disminución en algunos estudios. Esta tendencia a la baja contrasta con el aumento constante de la prevalencia con la edad, donde la demencia se duplica cada cinco años, alcanzando niveles significativos entre las personas mayores de 85 años.

Una posible explicación de esta mejora en la prevalencia entre los adultos mayores de 65 años se ha relacionado con factores como los niveles más altos de educación y un mejor control de los factores de riesgo cardiovascular. La educación puede desempeñar un papel importante en la reducción del riesgo de demencia al promover estilos de vida saludables, fomentar el ejercicio cognitivo y mejorar la conciencia sobre los factores de riesgo. Además, el control de los factores de riesgo cardiovascular, como la hipertensión arterial, la diabetes y el colesterol alto, puede ayudar a prevenir o retrasar la aparición de la demencia, ya que estos factores están relacionados con el deterioro cognitivo y la enfermedad vascular cerebral.

En cuanto a la distribución de los subtipos de demencia, la enfermedad de Alzheimer es la causa más común, representando aproximadamente dos tercios de todos los casos. La demencia vascular, ya sea sola o combinada con la enfermedad de Alzheimer, y la demencia con cuerpos de Lewy también son importantes subtipos de demencia que contribuyen a la carga global de la enfermedad.

Además de la demencia, la depresión y el delirio son problemas de salud mental comunes en adultos mayores. Estos trastornos pueden coexistir con la demencia y presentar síntomas similares, lo que dificulta su diagnóstico diferencial. Por ejemplo, el trastorno depresivo mayor puede ocurrir en una proporción significativa de pacientes con demencia, lo que complica la distinción entre los dos trastornos. Por otro lado, el delirio, caracterizado por confusión aguda y cambios en la cognición, es mucho más común en personas con demencia subyacente y puede presentarse como una exacerbación aguda de los síntomas cognitivos en estos pacientes.

 

Homo medicus

 


 

¡Gracias por visitarnos!

 
Anatomía del hígado

Anatomía del hígado

Síguenos en X: @el_homomedicus  y @enarm_intensivo    

🟥     🟪     🟨     🟧     🟩     🟦

APRENDER CIRUGÍA

¿De cuánta utilidad te ha parecido este contenido?

¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!

Promedio de puntuación 0 / 5. Recuento de votos: 0

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.

Ya que has encontrado útil este contenido...

¡Sígueme en los medios sociales!

Avatar del usuario

Homo medicus

Conocimiento médico en evolución...

También te podría gustar...