Efectos del consumo de marihuana

Efectos del consumo de marihuana
Efectos del consumo de marihuana

La marihuana es una planta conocida científicamente como Cannabis sativa, y ha sido utilizada a lo largo de la historia por sus propiedades psicoactivas y medicinales. Uno de los componentes clave de la marihuana es el ∆9-tetrahidrocannabinol (THC), que es la sustancia psicoactiva responsable de los efectos característicos asociados con el consumo de esta planta.

El THC produce lo que comúnmente se conoce como un “subidón” o “colocón” al interactuar con los receptores de cannabinoides en el cuerpo humano. Estos receptores son parte de un sistema endocannabinoide, que desempeña un papel crucial en la regulación de varias funciones fisiológicas.

Hay dos tipos principales de receptores de cannabinoides identificados hasta ahora: CB1 y CB2. El receptor CB1 se encuentra principalmente en el cerebro, especialmente en áreas asociadas con la regulación del movimiento, la memoria, el placer y la percepción del tiempo. La unión del THC a estos receptores CB1 en el cerebro es lo que provoca los efectos psicoactivos, como la alteración del estado de ánimo y la percepción.

Por otro lado, el receptor CB2 se encuentra principalmente en células del sistema inmunitario y otros tejidos periféricos. Se cree que la activación de los receptores CB2 puede estar asociada con respuestas del sistema inmunitario, lo que sugiere un posible papel de los cannabinoides en la regulación de la respuesta inflamatoria y otras funciones inmunológicas.

Además del THC, hay otros cannabinoides presentes en la marihuana y sus derivados, como el hachís (resina seca de cannabis). Estos compuestos también pueden interactuar con los receptores de cannabinoides, contribuyendo a una variedad de efectos que van desde los psicoactivos hasta los potencialmente medicinales. La investigación continúa para comprender completamente el alcance de los efectos de la marihuana y sus cannabinoides en el cuerpo humano.

 

Manifestaciones clínicas del consumo de marihuana

Cuando se fuma marihuana, los efectos psicoactivos son rápidos y suelen ocurrir casi de inmediato, alcanzando su máxima intensidad aproximadamente 30 minutos después de la administración. Sin embargo, estos efectos tienden a disminuir en las siguientes 3 horas. Esto se debe a la rápida absorción del THC (tetrahidrocannabinol) y otros cannabinoides presentes en la marihuana a través de los pulmones y su llegada rápida al torrente sanguíneo.

En contraste, la administración oral de marihuana, como en comestibles o infusiones, resulta en un inicio más lento de los efectos debido al proceso de digestión y absorción gastrointestinal. Aunque hay un retraso en el inicio, los efectos de la droga pueden persistir durante un período de tiempo más largo en comparación con la inhalación.

Es importante destacar que el THC es altamente soluble en lípidos, lo que significa que puede almacenarse en los depósitos de grasa del cuerpo. En consumidores habituales, esto puede resultar en la detección de THC en pruebas de orina incluso semanas después del consumo, lo que tiene implicaciones en términos de rastreo de uso en situaciones como pruebas de drogas.

En términos de efectos fisiológicos, la intoxicación por marihuana puede llevar a un aumento en la frecuencia cardíaca y a la hiperemia conjuntival (enrojecimiento de los ojos). Estos son cambios que a menudo se observan durante el consumo de la droga.

Los efectos psicológicos de la marihuana son diversos y pueden incluir una sensación de euforia y bienestar, amabilidad, aumento del apetito, distorsión en el sentido del tiempo, deterioro de la memoria a corto plazo y, en ocasiones, un sentimiento de haber alcanzado un entendimiento especial. Es importante destacar que estos efectos pueden variar significativamente de una persona a otra y dependen de varios factores, como la dosis consumida, la frecuencia de uso y la sensibilidad individual de cada usuario.

Efectos del consumo de marihuana

Efectos del consumo de marihuana

El cannabis tiene la capacidad de provocar tolerancia en los consumidores habituales, lo que significa que con el tiempo pueden necesitar cantidades mayores para experimentar los mismos efectos. Además, algunos consumidores intensivos pueden experimentar síntomas de abstinencia cuando cesan el consumo, como irritabilidad, dificultades para dormir y ansiedad. Estos síntomas son indicativos de la dependencia psicológica que puede desarrollarse con el uso continuo y frecuente de la marihuana.

Uno de los sucesos adversos agudos más comunes en los fumadores de marihuana es la sensación de angustia aguda, especialmente en fumadores primerizos o cuando el nivel de intoxicación es mayor de lo esperado, lo que puede hacer que el consumidor se sienta fuera de control. En tales situaciones, es recomendable tranquilizar a la persona afectada asegurándole que los efectos desaparecerán con el tiempo a medida que la droga se metaboliza y se elimina del organismo. La ansiedad y la angustia suelen ser temporales y autolimitadas en estos casos.

El reciente aumento de la potencia del cannabis, con concentraciones de THC en la planta que han pasado de un promedio del 4% en 1995 al 12% en 2014, ha elevado la probabilidad de reacciones adversas. El THC es el principal compuesto psicoactivo de la marihuana, y concentraciones más altas pueden contribuir a efectos psicoactivos más intensos y potencialmente a un mayor riesgo de efectos secundarios no deseados.

Evidencias recientes indican que el consumo de cannabis, especialmente durante la adolescencia, puede aumentar la probabilidad de desarrollar déficits neuropsicológicos y, en algunos casos, trastornos psicóticos como la esquizofrenia en fases posteriores de la vida. Esto resalta la importancia de considerar los posibles efectos a largo plazo del consumo de cannabis, especialmente en etapas críticas del desarrollo cerebral.

A diferencia de otras sustancias como el alcohol, los opioides y los estimulantes, no es muy común que se solicite tratamiento para el trastorno por consumo de cannabis. Sin embargo, esta situación está cambiando gradualmente en los últimos años, y un número creciente de personas busca tratamiento debido a dificultades para abandonar el consumo de marihuana.

Aunque no existe ninguna medicación autorizada por la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU.) específicamente para el tratamiento del trastorno por consumo de cannabis, las estrategias psicosociales similares a las utilizadas en el tratamiento de los trastornos por consumo de otras sustancias son actualmente el tratamiento de elección. Estas estrategias incluyen intervenciones terapéuticas y de apoyo para ayudar a las personas a superar las dificultades asociadas con el consumo de cannabis y promover cambios positivos en el comportamiento.

 

 

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