Naloxona en pacientes que consumen opioides
Ofrecer naloxona a pacientes que consumen opioides, especialmente a aquellos con mayor riesgo de sobredosis, es una práctica respaldada por múltiples fundamentos clínicos y de salud pública.
La naloxona, un antagonista de los receptores opioides, revierte los efectos de los opioides en el sistema nervioso central, lo que puede prevenir sobredosis potencialmente mortales. Esta intervención rápida y efectiva puede salvar vidas y reducir la mortalidad asociada con los opioides.
La identificación de pacientes de alto riesgo es un aspecto crucial en la estrategia de prevención. Aquellos con antecedentes de sobredosis, trastorno por uso de sustancias, apnea del sueño/trastornos respiratorios del sueño, consumo de dosis altas de opioides (50 MME/día o más), uso concomitante de benzodiacepinas u otros depresores del sistema nervioso central, y aquellos que han perdido la tolerancia a los opioides y pueden volver a dosis más altas, son particularmente vulnerables. Ofrecer naloxona a estos pacientes ayuda a focalizar la prevención en grupos de mayor riesgo.
Además, el acceso a la naloxona promueve la educación sobre sobredosis, capacitando a los pacientes y sus cuidadores para reconocer los signos de una sobredosis de opioides y administrar naloxona de manera efectiva en caso de emergencia. Esta educación aumenta la conciencia sobre la importancia de la prevención de sobredosis y puede reducir el estigma asociado con el uso de naloxona.
A nivel de políticas de salud pública, la disponibilidad amplia de naloxona es respaldada por diversas organizaciones, como el CDC y la OMS, como una medida efectiva para prevenir muertes por sobredosis de opioides. Ofrecer naloxona a pacientes con factores de riesgo conocidos está alineado con estas recomendaciones y contribuye a la implementación de estrategias basadas en evidencia para abordar la crisis de opioides.
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