Osteopenia
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La osteopenia y la osteoporosis son condiciones relacionadas con la densidad mineral ósea (DMO) que afectan la salud del esqueleto, pero varían en términos de severidad y riesgo de fracturas. La osteopenia es considerada menos grave que la osteoporosis debido a las diferencias en los valores de densidad mineral ósea y el riesgo asociado de fracturas.

La DMO se mide mediante una puntuación T, que compara la densidad ósea del individuo con la de un adulto joven sano de referencia. Esta puntuación es crucial para diagnosticar tanto la osteopenia como la osteoporosis. Para ser diagnosticado con osteoporosis, la puntuación T debe ser de -2.5 o menos, lo que indica una densidad ósea significativamente reducida. En contraste, la osteopenia se diagnostica cuando la puntuación T está entre -1.0 y -2.4. Esto sugiere una disminución de la densidad ósea que, aunque inferior a la de una persona con osteoporosis, aún está por debajo del rango óptimo.

La razón por la cual la osteopenia es menos grave en comparación con la osteoporosis radica en el nivel de pérdida ósea y su impacto en la resistencia ósea. La osteoporosis se caracteriza por una disminución mucho más pronunciada en la densidad mineral ósea, lo que lleva a una estructura ósea más porosa y frágil. Esto aumenta significativamente el riesgo de fracturas incluso con traumas mínimos. En comparación, la osteopenia implica una reducción en la densidad ósea, pero no al grado que comprometa de manera tan severa la integridad estructural del hueso.

Además, no existe un umbral absoluto de fractura para la DMO; es decir, la densidad ósea no es el único factor determinante para las fracturas. Las fracturas pueden ocurrir en personas con osteopenia, pero son más comunes y tienen un mayor riesgo en aquellas con osteoporosis. La relación entre la densidad ósea y el riesgo de fractura no es lineal, y otras variables, como la calidad ósea, la fuerza del hueso y factores mecánicos, también juegan un papel importante.

Los pacientes con osteopenia requieren una evaluación exhaustiva para identificar posibles causas subyacentes de osteoporosis u osteomalacia, ya que estas condiciones pueden contribuir a una mayor pérdida de densidad ósea y aumentar el riesgo de fracturas. La osteomalacia, por ejemplo, se caracteriza por una mineralización inadecuada del hueso, lo cual puede presentar síntomas similares a los de la osteoporosis. Además, se debe realizar un seguimiento continuo para detectar un posible empeoramiento de la DMO, ya que una progresión de la osteopenia a la osteoporosis puede incrementar el riesgo de fracturas.


Manifestaciones clínicas

La osteopenia, caracterizada por una densidad mineral ósea (DMO) reducida pero no al nivel crítico de la osteoporosis, a menudo se presenta sin síntomas evidentes. Esta asintomática naturaleza se debe a que la pérdida de densidad ósea en la osteopenia, aunque significativa, no afecta de manera inmediata la integridad estructural del hueso en la misma medida que en la osteoporosis. La mayoría de las personas con osteopenia no experimentan síntomas hasta que la reducción en la densidad ósea se vuelve más pronunciada, o hasta que se presenta un evento que pone a prueba la resistencia ósea, como una fractura.

El dolor óseo, sin embargo, puede presentarse en algunos casos, especialmente cuando la osteopenia se complica con osteomalacia. La osteomalacia es una condición en la cual la mineralización ósea es inadecuada, lo que puede resultar en un debilitamiento adicional de los huesos y en dolor óseo difuso. La osteomalacia a menudo se manifiesta con síntomas como dolor óseo generalizado y debilidad muscular, que pueden ser más evidentes en comparación con la osteopenia simple.

La osteopenia, aunque en su forma inicial puede ser asintomática, aumenta la susceptibilidad a fracturas de bajo impacto. Estas fracturas pueden ocurrir con traumas menores que no serían suficientes para causar una fractura en huesos normales. Las áreas comúnmente afectadas incluyen las vértebras, caderas, muñecas, metatarsianos y costillas. Las fracturas en estas regiones pueden ser particularmente problemáticas debido a la presión constante que soportan estas estructuras óseas en la vida diaria y el impacto funcional que pueden tener en la movilidad y la calidad de vida del paciente.

Las vértebras son especialmente vulnerables en pacientes con osteopenia, ya que la columna vertebral soporta una gran parte del peso corporal y las vértebras comprimidas pueden causar dolor y deformidades. Las fracturas en las caderas, por otro lado, son notoriamente graves debido a las complicaciones asociadas con la movilidad y la capacidad para llevar a cabo actividades diarias. Las fracturas en muñecas y metatarsianos también pueden ser debilitantes, afectando la capacidad del individuo para realizar movimientos esenciales. Por último, las fracturas en las costillas pueden resultar en dolor significativo y problemas respiratorios, complicando aún más la condición general del paciente.


Exámenes complementarios

La osteopenia, particularmente en su forma moderada a severa, representada por puntuaciones T entre -1.5 y -2.4 en la densitometría ósea DXA, indica una disminución significativa en la densidad mineral ósea, aunque no al nivel crítico de la osteoporosis. Sin embargo, esta reducción en la densidad ósea plantea un riesgo considerable de fracturas y puede ser indicativa de condiciones subyacentes más serias que requieren atención clínica detallada. Por ello, es crucial realizar una evaluación exhaustiva para identificar y tratar posibles causas subyacentes de osteoporosis u osteomalacia.

La osteopenia moderada a severa puede ser un signo de trastornos metabólicos o enfermedades óseas que necesitan diagnóstico y manejo adecuados. La evaluación inicial debe incluir una serie de pruebas para investigar las causas potenciales:

  1. BUN y Creatinina en Suero: Estas pruebas evalúan la función renal, dado que los trastornos renales pueden afectar el metabolismo óseo y contribuir a la pérdida ósea. La insuficiencia renal crónica, por ejemplo, puede llevar a un desequilibrio en los niveles de calcio y fósforo, exacerbando la pérdida ósea.
  2. Albúmina, Calcio, Fosfato, y Fosfatasa Alcalina: Estos análisis proporcionan información sobre el equilibrio mineral y el metabolismo óseo. La albúmina es una proteína que puede influir en los niveles de calcio en suero, mientras que el calcio y el fosfato son esenciales para la mineralización ósea. La fosfatasa alcalina, por su parte, es un marcador de la formación ósea y puede estar elevada en condiciones de osteomalacia.
  3. Vitamina D 25-OH: La vitamina D es crucial para la absorción del calcio y la mineralización ósea. La deficiencia de vitamina D puede llevar a osteomalacia, que se manifiesta con dolor óseo y debilidad muscular, y puede contribuir a la progresión de la osteopenia a osteoporosis.
  4. Hemograma Completo (CBC): Un hemograma completo es importante para descartar anemia y otros trastornos hematológicos que podrían influir en la salud ósea.
  5. Paratohormona (PTH): Si los niveles de calcio en suero son anormales, es necesario medir la PTH. La hiperparatiroidismo, que se manifiesta como un aumento en los niveles de PTH, puede causar una pérdida ósea significativa al promover la resorción ósea y alterar el equilibrio de calcio.

La densitometría ósea DXA es fundamental para el diagnóstico de osteopenia, con puntuaciones T entre -1.0 y -2.4. La frecuencia de las pruebas de vigilancia DXA debe adaptarse a la severidad de la osteopenia:

  • Cada 5 años para puntuaciones T de -1.0 a -1.5.
  • Cada 3–5 años para puntuaciones T de -1.5 a -2.0.
  • Cada 1–2 años para puntuaciones T inferiores a -2.0.

Para pacientes que requieren terapia prolongada con dosis altas de prednisona, se recomienda una vigilancia DXA más frecuente (cada 1–2 años), debido al impacto conocido de los glucocorticoides en la densidad ósea.

La puntuación FRAX debe determinarse con cada evaluación DXA para estimar el riesgo de fractura a 10 años, considerando factores como la edad, el sexo, el historial de fracturas y la densidad ósea. Esto ayuda a orientar las decisiones terapéuticas y la necesidad de intervenciones adicionales para prevenir fracturas.

FRAX combina información sobre la densidad mineral ósea (DMO) con factores de riesgo clínicos adicionales para calcular el riesgo de fractura a 10 años. Entre los factores considerados por el modelo FRAX se incluyen:

  1. Edad y Sexo: Estos factores son fundamentales ya que la densidad ósea tiende a disminuir con la edad y las mujeres postmenopáusicas tienen un mayor riesgo de fractura debido a la disminución de estrógenos.
  2. Densidad Mineral Ósea (DMO): FRAX utiliza la densidad ósea medida en el cuello femoral para estimar el riesgo de fractura. La DMO en el cuello femoral es un predictor reconocido de fractura debido a su rol crucial en la estructura y resistencia ósea.
  3. Factores de Riesgo Clínicos: Además de la DMO, FRAX considera factores de riesgo adicionales como el historial de fracturas previas, la presencia de antecedentes familiares de fractura de cadera, el uso prolongado de glucocorticoides, el consumo excesivo de alcohol, y el hábito de fumar. Estos factores influyen significativamente en el riesgo de fractura y ayudan a refinar la predicción del riesgo.


Tratamiento y prevención

Una parte crucial del manejo de la osteopenia es asegurar una ingesta adecuada de vitamina D. La vitamina D juega un papel fundamental en la salud ósea al promover la absorción eficiente de calcio en el intestino y mantener los niveles de calcio en suero necesarios para la mineralización ósea adecuada.

Los pacientes con osteopenia deben mantener niveles adecuados de vitamina D en suero, idealmente superiores a 30 ng/mL (75 nmol/L). Esta concentración es crucial porque la vitamina D contribuye a la regulación del metabolismo del calcio y del fósforo, dos minerales esenciales para la formación y la salud ósea. La insuficiencia de vitamina D puede llevar a una disminución en la absorción de calcio y, en consecuencia, a una pérdida ósea adicional, exacerbando la osteopenia. Por lo tanto, asegurar niveles óptimos de vitamina D puede ayudar a ralentizar la progresión de la pérdida ósea y reducir el riesgo de fracturas.

En cuanto al calcio, la suplementación generalmente no es necesaria en pacientes con osteopenia a menos que haya una ingesta dietética inusualmente baja de este mineral. La mayoría de los pacientes con osteopenia pueden obtener el calcio suficiente a través de una dieta equilibrada que incluya alimentos ricos en calcio, como productos lácteos, vegetales de hojas verdes y alimentos fortificados. Sin embargo, en casos donde la ingesta dietética es inadecuada o no es posible obtener suficiente calcio de la dieta, la suplementación puede ser considerada para alcanzar las recomendaciones diarias de calcio y apoyar la salud ósea.


Modificaciones en el Estilo de Vida

Las modificaciones en el estilo de vida juegan un papel importante en la gestión de la osteopenia y en la prevención de fracturas. Las recomendaciones incluyen:

  1. Cesación del Tabaco y Moderación del Alcohol: El tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol están asociados con un mayor riesgo de pérdida ósea y fracturas. Dejar de fumar y moderar el consumo de alcohol pueden tener un impacto positivo en la salud ósea y en la reducción del riesgo de fracturas.
  2. Ejercicio y Entrenamiento de Fuerza: La actividad física regular, especialmente el entrenamiento de fuerza y los ejercicios con soporte de peso, es beneficiosa para mantener la densidad ósea y fortalecer los músculos que sostienen el esqueleto. Los ejercicios de soporte de peso, como caminar, correr o subir escaleras, ayudan a estimular la formación ósea, mientras que el entrenamiento de fuerza mejora la masa muscular y la estabilidad.
  3. Ejercicios de Equilibrio: Actividades como el tai chi pueden ser útiles para mejorar el equilibrio y la coordinación, reduciendo el riesgo de caídas que podrían resultar en fracturas. Los ejercicios que mejoran el equilibrio pueden ser particularmente beneficiosos para los adultos mayores, quienes son más susceptibles a caídas.

Prevención de Caídas

La prevención de caídas es una estrategia clave para reducir el riesgo de fracturas en pacientes con osteopenia. Algunas medidas prácticas incluyen:

  1. Reducción del Uso de Tranquilizantes y Alcohol: La sedación excesiva y el consumo de alcohol pueden afectar la coordinación y el equilibrio, aumentando el riesgo de caídas. Reducir el uso de estos agentes puede ayudar a mejorar la estabilidad y la prevención de caídas.
  2. Uso de Ayudas Visuales y para Caminar: El uso adecuado de ayudas visuales, como gafas, y ayudas para caminar, como bastones o andadores, puede ayudar a prevenir caídas al mejorar la movilidad y la estabilidad.
  3. Eliminación de Peligros de Tropiezos y Adecuada Iluminación Nocturna: Mantener el hogar libre de obstáculos y asegurar una iluminación adecuada durante la noche son medidas simples pero efectivas para reducir el riesgo de tropiezos y caídas.

Tratamiento Farmacológico

En general, la terapia farmacológica no es necesaria para la mayoría de los pacientes con osteopenia que no presentan factores de riesgo elevados. No obstante, se deben considerar tratamientos farmacológicos en ciertos casos:

  1. Uso Prolongado de Prednisona: Los pacientes que requieren dosis altas de prednisona a largo plazo pueden necesitar tratamiento para proteger sus huesos, ya que los glucocorticoides son conocidos por causar pérdida ósea significativa.
  2. Fracturas por Fragilidad: Aquellos que han experimentado fracturas por fragilidad, a pesar de tener osteopenia, pueden beneficiarse de la terapia farmacológica para fortalecer los huesos y prevenir nuevas fracturas.
  3. Riesgo Elevado según el Modelo FRAX: Si la puntuación FRAX indica un riesgo de fractura a 10 años superior al 20% o un riesgo de fractura de cadera superior al 3%, se debe considerar la terapia farmacológica para reducir este riesgo.

 

 

 

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Fuente y lecturas recomendadas
  1. Carey JJ, et al. Risk assessment tools for osteoporosis and fractures. Best Pract Res Clin Rheumatol. 2022;36:101775. [PMID: 36050210]
  2. Ott SM. In osteoporosis or osteopenia, exercise interventions improve BMD; effects vary by exercise type and BMD site. Ann Intern Med. 2022;175. [PMID: 35377720]
  3. Williams S, et al. DXA and clinical challenges of fracture risk assessment in primary care. Cleve Clin J Med. 2021;88:615. [PMID: 34728487]
  4. FRAX ®Fracture Risk Assessment Tool https://frax.shef.ac.uk/FRAX/tool.aspx?country=24
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Originally posted on 9 de septiembre de 2024 @ 11:47 AM

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