Píldoras de progestina como anticonceptivos
Píldoras de progestina como anticonceptivos

Píldoras de progestina como anticonceptivos

Las píldoras de progestina, también conocidas como minipíldoras, son un método anticonceptivo basado exclusivamente en la administración de una forma sintética de progesterona, sin la combinación con estrógenos, como ocurre en las píldoras anticonceptivas convencionales. La progestina se emplea en diferentes formulaciones y se presenta en varias variantes, como la noretindrona, drospirenona, desogestrel y norgestrel, entre otras. Cada una de estas formulaciones tiene sus particularidades en cuanto a eficacia, tiempo de acción y métodos de uso.

Mecanismos de Acción

La principal acción anticonceptiva de las píldoras de progestina se produce a través de varios mecanismos que afectan la fertilización y la implantación del óvulo en el útero. El efecto más destacado es la alteración del moco cervical, que se vuelve más espeso y denso, creando una barrera física que dificulta el paso de los espermatozoides hacia el útero y las trompas de Falopio. De esta forma, se reduce la probabilidad de que los espermatozoides lleguen a fecundar el óvulo.

Además, las píldoras de progestina pueden alterar el transporte del óvulo a través de las trompas de Falopio, lo que puede generar una tasa ligeramente más alta de embarazos ectópicos, pues el óvulo fecundado podría quedar atrapado en las trompas en lugar de llegar al útero. En menor medida, estas píldoras también pueden inhibir la implantación del óvulo fertilizado en el útero, dificultando su anidación en la mucosa endometrial.

La inhibición de la ovulación, que es uno de los mecanismos más eficaces de los anticonceptivos hormonales combinados, no siempre se presenta de manera consistente con las píldoras de progestina, ya que este efecto puede no ocurrir en todos los ciclos. Esto se debe a que la progestina sola no tiene la misma capacidad para inhibir de manera efectiva la liberación del óvulo desde el ovario como lo hacen los anticonceptivos combinados que incluyen estrógenos. Sin embargo, en la mayoría de los casos, el primer mecanismo (la alteración del moco cervical) es suficientemente eficaz para evitar la concepción.

Eficacia y Métodos de Uso

La eficacia de las píldoras de progestina, al igual que la de otros anticonceptivos hormonales, depende en gran medida de su uso correcto y consistente. Se ha demostrado que las píldoras de progestina tienen una eficacia similar a la de los anticonceptivos orales combinados cuando se toman de acuerdo con las indicaciones. La eficacia se ve comprometida si no se toma la píldora a la misma hora cada día, ya que el efecto anticonceptivo depende de la acción continua de la progestina en el cuerpo. De hecho, se recomienda que las píldoras de progestina sean tomadas dentro de una ventana de tres horas cada día, de modo que se garantice su efectividad.

Una característica importante de la minipíldora es que no se incluye una semana de descanso o placebo, como ocurre con los anticonceptivos combinados. Esto significa que se debe tomar la píldora de manera continua durante todo el mes, comenzando el primer día del ciclo menstrual. No hay un intervalo libre de píldoras y se continúa con la toma diaria mientras se desee anticoncepción. Esta característica hace que las píldoras de progestina sean una opción conveniente para algunas mujeres, ya que evita las fluctuaciones hormonales que pueden ocurrir con los anticonceptivos que incluyen estrógenos.

La minipíldora debe tomarse de forma rigurosa, lo cual también implica que las mujeres que deseen usar este anticonceptivo deben tener la disciplina de tomar la píldora cada día sin interrupciones. Si se olvida tomar una píldora o se retrasa más allá de la ventana de tres horas, la eficacia puede verse comprometida y el riesgo de embarazo aumenta. En tales casos, se recomienda utilizar otro método anticonceptivo, como los preservativos, durante el ciclo restante.

Variantes de la Píldora de Progestina

Además de la noretindrona, que es la formulación clásica utilizada en las minipíldoras, existen otras opciones disponibles en el mercado que contienen diferentes tipos de progestinas, como la drospirenona, el desogestrel y el norgestrel. Estas variantes presentan algunas diferencias en cuanto a su farmacocinética, es decir, cómo son absorbidas, distribuidas y eliminadas por el cuerpo.

Por ejemplo, la drospirenona, el desogestrel y el norgestrel tienen vidas medias más largas que la noretindrona, lo que significa que permanecen activas en el organismo durante un periodo más extenso. Esto permite una mayor flexibilidad en cuanto al momento de la toma diaria, pues el margen de tiempo para la administración de estas píldoras es más amplio. Sin embargo, el mecanismo principal de acción de estas formulaciones sigue siendo la supresión de la ovulación, aunque en menor grado en comparación con los anticonceptivos combinados.

Ventajas

Uno de los principales beneficios de las píldoras de progestágeno único es que la ausencia de estrógenos las hace una opción segura para mujeres que no pueden usar anticonceptivos que contienen esta hormona. El estrógeno, aunque efectivo como parte de los anticonceptivos orales combinados, puede estar contraindicado en mujeres con ciertas condiciones de salud, como enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, antecedentes de tromboembolismo o problemas hepáticos. Estos riesgos se deben a que el estrógeno puede aumentar la coagulación sanguínea, lo que incrementa la posibilidad de sufrir eventos trombóticos, como trombosis venosa profunda o embolia pulmonar. En mujeres con estas condiciones preexistentes, el uso de píldoras de progestágeno único es una alternativa mucho más segura, ya que no está asociado con estos efectos adversos cardiovasculares.

Otro aspecto crucial de las píldoras de progestágeno único es su seguridad durante el periodo de lactancia. El estrógeno puede interferir con la producción de leche materna, ya que tiende a disminuir la secreción de prolactina, una hormona que es fundamental para la producción de leche. Por el contrario, las píldoras de progestágeno único no afectan negativamente la lactancia y no alteran la producción de leche, lo que las convierte en una opción ideal para las mujeres que están amamantando a sus hijos. Además, no existe evidencia de que estas píldoras presenten un riesgo para la salud del bebé en la lactancia, lo que las hace una alternativa confiable y segura para las mujeres en este periodo.

Las píldoras de progestágeno único son también una opción atractiva para aquellas mujeres que prefieren minimizar la cantidad de hormonas que reciben en su organismo. Los anticonceptivos combinados contienen tanto progestágeno como estrógeno, y en algunos casos, el estrógeno puede ser percibido como un factor que aumenta los efectos secundarios no deseados, como las náuseas, dolores de cabeza, o cambios de humor. Por lo tanto, las mujeres que buscan un enfoque más leve, con menos riesgo de estos efectos secundarios, pueden optar por las píldoras de progestágeno único, que tienen una formulación hormonal más simple y suave.

A medida que las mujeres envejecen, especialmente a partir de los 35 años, los riesgos asociados con el uso de anticonceptivos que contienen estrógenos tienden a aumentar. Las mujeres mayores de 35 años tienen un riesgo mayor de desarrollar problemas cardiovasculares, como hipertensión o trombosis, cuando utilizan anticonceptivos que contienen estrógenos. En este grupo, las píldoras de progestágeno único son una alternativa segura, ya que no conllevan los mismos riesgos cardiovasculares que los anticonceptivos combinados. Esto les permite a las mujeres en este grupo etario continuar utilizando anticonceptivos de manera efectiva sin exponerse a los riesgos adicionales asociados con los estrógenos.

Las píldoras de progestágeno único también tienen la ventaja de carecer de los efectos secundarios cardiovasculares que pueden estar asociados con las píldoras anticonceptivas combinadas. Los anticonceptivos que contienen estrógenos pueden incrementar el riesgo de hipertensión, formación de coágulos sanguíneos, accidentes cerebrovasculares y ataques al corazón, particularmente en mujeres que fuman o que tienen antecedentes de enfermedades cardiovasculares. Al no contener estrógenos, las píldoras de progestágeno único eliminan este riesgo y resultan ser una opción más segura para mujeres con antecedentes de afecciones cardiovasculares o para aquellas que deseen evitar el riesgo de desarrollar estos problemas.

Complicaciones y contraindicaciones

A pesar de que las píldoras de progestágeno único tienen un perfil de seguridad favorable en comparación con los anticonceptivos combinados, existen algunas condiciones en las que se deben evitar o utilizar con precaución.

Una de las contraindicaciones absolutas más relevantes es el cáncer de mama actual o previamente diagnosticado. El uso de progestágenos en mujeres con cáncer de mama activo puede interferir con los tratamientos oncológicos y aumentar el riesgo de efectos secundarios relacionados con el crecimiento de células cancerígenas. Aunque algunos estudios sugieren que el riesgo de recurrencia puede no estar directamente relacionado con el uso de progestágenos en mujeres con cáncer de mama, las pautas médicas generalmente recomiendan evitar los anticonceptivos hormonales en estos casos.

Las mujeres con enfermedades malabsortivas, como la enfermedad celíaca o condiciones que afectan la absorción de nutrientes en el tracto gastrointestinal, también deben tener precaución al considerar las píldoras de progestágeno único. Dado que la absorción adecuada de los progestágenos es crucial para la eficacia anticonceptiva, las alteraciones en la absorción pueden comprometer su efectividad. En estos casos, los anticonceptivos de progestágeno único pueden no ser la opción más confiable.

Asimismo, las mujeres con antecedentes de enfermedad cardíaca isquémica o un episodio de accidente cerebrovascular (ACV) reciente deben evitar el uso de píldoras de progestágeno único, ya que el uso de cualquier anticonceptivo hormonal en mujeres con enfermedades cardiovasculares o cerebrovasculares puede aumentar el riesgo de eventos adversos, como infartos de miocardio o nuevos episodios de ACV. Aunque las píldoras de progestágeno único no están asociadas con el mismo nivel de riesgo que los anticonceptivos combinados, el riesgo general para las mujeres con estas afecciones no debe ser ignorado.

El uso de píldoras de progestágeno único puede estar asociado con ciertos efectos secundarios, siendo los más comunes los relacionados con el sangrado irregular. Muchas mujeres que utilizan este tipo de anticonceptivo experimentan alteraciones en su ciclo menstrual, que pueden incluir flujo prolongado, manchas entre periodos o la desaparición de la menstruación (amenorrea). Aunque estos efectos no suelen ser graves, pueden ser incómodos y preocupantes para algunas mujeres. Además, las irregularidades en el sangrado pueden dificultar la evaluación de la efectividad anticonceptiva, ya que el sangrado irregular puede generar incertidumbre sobre si el método sigue siendo eficaz. Por ello, en casos de sangrados irregulares persistentes o preocupaciones sobre la eficacia, puede ser necesario realizar pruebas regulares de embarazo.

Si bien los efectos secundarios son generalmente leves, algunas mujeres también pueden experimentar efectos menores similares a los de los anticonceptivos orales combinados, tales como dolores de cabeza leves o cambios de humor. Estos efectos suelen ser temporales y disminuyen con el tiempo a medida que el cuerpo se ajusta a la progestina, pero en casos raros, pueden persistir o volverse molestos.

Aunque las píldoras de progestágeno único presentan una menor cantidad de efectos secundarios graves en comparación con los anticonceptivos que contienen estrógenos, es importante considerar su uso en mujeres con ciertos factores de riesgo. Las mujeres que fuman, especialmente aquellas mayores de 35 años, deben ser monitoreadas de cerca si optan por este método anticonceptivo, aunque no están contraindicadas de manera absoluta. El riesgo aumenta en el caso de fumadoras que superan los 35 años, debido a los efectos combinados de la edad y el consumo de tabaco, que pueden incrementar el riesgo de eventos cardiovasculares. Sin embargo, en general, el uso de píldoras de progestágeno único sigue siendo más seguro que los anticonceptivos combinados en estas mujeres.

Por otro lado, en mujeres con antecedentes de trombosis venosa profunda, trombosis venosa superficial o trastornos tromboembólicos conocidos, el uso de anticonceptivos hormonales debe ser cuidadosamente evaluado. Aunque las píldoras de progestágeno único no están asociadas con un riesgo significativo de trombosis comparado con los anticonceptivos combinados, los trastornos tromboembólicos siguen siendo una preocupación, especialmente en mujeres con predisposición genética a la formación de coágulos sanguíneos. En estos casos, es esencial realizar un análisis exhaustivo de los riesgos y beneficios del tratamiento.

Además, las mujeres con diabetes mellitus que presentan complicaciones vasculares también deben considerar con cautela el uso de píldoras de progestágeno único. Si bien este tipo de anticonceptivo no está directamente relacionado con un aumento del riesgo de complicaciones en la diabetes, las mujeres con enfermedad vascular ya presente pueden experimentar un aumento en los riesgos de complicaciones cardiovasculares. Como con cualquier medicamento hormonal, las mujeres con diabetes deben ser monitoreadas de cerca por un profesional de la salud.

🌀Tarjeta de repaso: píldoras de progestina
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Fuente y lecturas recomendadas:
  1. Bastianelli C et al. Pharmacodynamics of combined estrogenprogestin oral contraceptives: 4. Effects on uterine and cervical epithelia. Expert Rev Clin Pharmacol. 2020;13:163. [PMID: 31975619]

  2. Bearak JM et al. Country-specific estimates of unintended pregnancy and abortion incidence: a global comparative analysis of levels in 2015-2019. BMJ Glob Health. 2022;7:e007151. [PMID: 35332057]

  3. Shufelt C et al. Hormonal contraception in women with hypertension. JAMA. 2020;324:1451. [PMID: 32955577]

  4. Teal S et al. Contraception selection, effectiveness, and adverse effects: a review. JAMA. 2021;326:2507. [PMID: 34962522]

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