¿Qué es el nacimiento prematuro?
El nacimiento prematuro, una condición médica de suma importancia, se define como aquel que ocurre entre las 20 semanas y 0 días y las 36 semanas y 6 días de gestación. Esta definición se basa en criterios obstétricos y se considera fundamental debido a las implicaciones significativas que tiene para la salud tanto del neonato como de la madre. El trabajo de parto prematuro, ya sea con o sin rotura prematura de las membranas fetales, es responsable de al menos dos tercios de todos los nacimientos prematuros.
El trabajo de parto prematuro espontáneo, en el cual el parto comienza antes de la semana 37 de gestación, puede ocurrir por diversas razones, incluyendo infecciones intrauterinas, condiciones médicas preexistentes de la madre, factores genéticos y ambientales, así como situaciones de estrés extremo. La rotura prematura de las membranas fetales, en la cual las membranas que rodean al feto se rompen antes del inicio del trabajo de parto, también puede desencadenar un parto prematuro.
La prematuridad representa un desafío significativo en el ámbito de la salud pública, ya que es el mayor contribuyente individual a la mortalidad infantil en muchas partes del mundo. Los bebés nacidos prematuramente enfrentan un mayor riesgo de complicaciones de salud a corto y largo plazo, que pueden incluir problemas respiratorios, trastornos neurológicos, trastornos metabólicos, dificultades de alimentación y crecimiento, así como trastornos del desarrollo cognitivo y motor.
Además, la prematuridad es una causa común de hospitalización anteparto, lo que genera una carga significativa en los sistemas de salud y en las familias afectadas. Las tasas de mortalidad infantil y de deterioro neurológico a largo plazo están inversamente relacionadas con la edad gestacional en el momento del nacimiento, lo que significa que cuanto más prematuro sea el nacimiento, mayor será el riesgo de complicaciones graves y de resultados adversos para el neonato.
El umbral de viabilidad en la práctica contemporánea, que se refiere al punto en el embarazo en el cual un feto tiene la capacidad de sobrevivir fuera del útero con la ayuda de cuidados médicos intensivos, se sitúa generalmente entre las 23 y 25 semanas de gestación. Más allá de este umbral, hay una mayor probabilidad de que los bebés prematuros sobrevivan debido a los avances en la atención neonatal y en el cuidado médico intensivo en las unidades de cuidados intensivos neonatales (UCIN).
Es importante destacar que los bebés nacidos antes de las 23 semanas de gestación rara vez sobreviven debido a la inmadurez de sus órganos y sistemas vitales, así como a la falta de desarrollo de sus funciones pulmonares y cerebrales. Por lo tanto, en la práctica clínica, es poco común que se realice un intento de reanimación en bebés nacidos antes de este umbral de viabilidad debido a las probabilidades extremadamente bajas de supervivencia sin secuelas graves.
Alrededor de dos tercios de los nacimientos prematuros ocurren entre las 34 semanas y las 36 semanas y 6 días, lo que se conoce como “nacimiento prematuro tardío”. En esta etapa gestacional, se esperan resultados más favorables en términos de supervivencia y salud comparados con los bebés nacidos más prematuramente. Sin embargo, es fundamental reconocer que incluso estos bebés prematuros tardíos tienen un riesgo significativamente mayor de morbilidad y mortalidad en comparación con aquellos nacidos a término. Las complicaciones pueden incluir problemas respiratorios, trastornos neurológicos, dificultades de alimentación, trastornos metabólicos y otras condiciones médicas que requieren cuidados especiales.
Los principales factores de riesgo para el trabajo de parto prematuro espontáneo incluyen un historial previo de parto prematuro y una longitud cervical corta medida por ecografía transvaginal. Otros factores de riesgo conocidos abarcan la raza negra, embarazos múltiples, infecciones intrauterinas, consumo de sustancias, tabaquismo, enfermedad periodontal y privación socioeconómica. Además, numerosos nacimientos prematuros están precedidos por la rotura prematura de las membranas, lo que aumenta el riesgo de trabajo de parto prematuro y de complicaciones para el bebé y la madre.
Anatomía del hígado
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