¿Qué estudia la semiología médica?
¿Qué estudia la semiología médica?

¿Qué estudia la semiología médica?

La semiología, del griego sēmeîon (signo) y lógos (tratado), también denominada semiótica, constituye una disciplina fundamental dentro del campo de la patología general. Su objeto de estudio es el análisis minucioso de los signos y síntomas que acompañan a las enfermedades, así como la interpretación de las consecuencias clínicas que de ellos se derivan. Esta ciencia, en esencia, permite al médico establecer una comunicación profunda con la enfermedad a través de sus manifestaciones, entendidas como expresiones del desequilibrio biológico subyacente.

Los signos son manifestaciones objetivas, perceptibles mediante los sentidos o instrumentos del examinador. Pueden ser de naturaleza física, como los exantemas (erupciones cutáneas visibles), la dilatación cardíaca o las variaciones en el ritmo y amplitud del pulso, y también pueden tener carácter químico, como es el caso de la presencia de albúmina en la orina (albuminuria) o el aumento de la glucosa en sangre (hiperglucemia). Estos signos son evidencias directas de alteraciones fisiopatológicas, y constituyen herramientas esenciales para el diagnóstico, ya que no dependen de la interpretación del paciente, sino de la observación médica.

Por otro lado, los síntomas son manifestaciones subjetivas, es decir, percepciones internas que el paciente experimenta como consecuencia de la enfermedad. Estas incluyen sensaciones como el dolor, la astenia (debilidad), las náuseas o los mareos. Debido a su naturaleza interna y no visible, los síntomas requieren ser investigados mediante la anamnesis o interrogatorio clínico, donde el médico accede al relato del paciente para intentar objetivarlos o relacionarlos con posibles signos observables.

La unión de signos y síntomas da lugar a lo que se denomina síndrome, que es un conjunto coherente de manifestaciones clínicas que se presentan simultáneamente y caracterizan un estado morboso determinado. Un síndrome no necesariamente implica una etiología específica, pero sí constituye un patrón clínico reconocible. Ejemplos de síndromes incluyen el síndrome esofágico, el síndrome cerebeloso o el síndrome de Millard-Gubler, cada uno de ellos caracterizado por una constelación particular de signos y síntomas que se interrelacionan genéticamente, etiológicamente o desde una perspectiva fisiopatológica.

Dentro de esta estructura diagnóstica, destaca el signo patognomónico o patognóstico, que es aquel cuya presencia confirma de manera inequívoca la existencia de una enfermedad específica. Este tipo de signo tiene un valor diagnóstico absoluto y es de gran utilidad clínica, aunque en la práctica médica cotidiana no siempre está presente.

El proceso de recolección sistemática de signos y síntomas se denomina semiotecnia o propedéutica clínica. Esta disciplina comprende el conjunto ordenado de métodos y procedimientos —como la inspección, palpación, percusión y auscultación— mediante los cuales el clínico obtiene la información necesaria para formular un diagnóstico. Su valor reside en que proporciona el primer paso en el abordaje del paciente enfermo, sirviendo de base para la interpretación clínica posterior.

El diagnóstico, como actividad médica central, consiste en identificar con precisión una enfermedad a partir del análisis de signos, síntomas, síndromes y hallazgos complementarios. Su finalidad no es solo nombrar la enfermedad, sino también inferir su curso probable (pronóstico) y establecer el tratamiento más adecuado (indicación terapéutica).

El estado clínico inicial del paciente se recoge en el denominado status praesens, que es la descripción objetiva y detallada de la situación del enfermo en el momento de su primera evaluación. Esta evaluación representa una fotografía médica inicial que guía las decisiones clínicas inmediatas.

Una vez que el proceso diagnóstico y terapéutico ha concluido, se realiza la catamnesis, que es el seguimiento retrospectivo del caso. Este incluye datos sobre la evolución del paciente, posibles recaídas, secuelas o curación definitiva, y permite una evaluación más integral de la eficacia del abordaje médico.

 

 

 

 

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Fuente y lecturas recomendadas:
  1. Goldman, L., & Schafer, A. I. (Eds.). (2020). Goldman-Cecil Medicine (26th ed.). Elsevier.
  2. Loscalzo, J., Fauci, A. S., Kasper, D. L., Hauser, S. L., Longo, D. L., & Jameson, J. L. (Eds.). (2022). Harrison. Principios de medicina interna (21.ª ed.). McGraw-Hill Education.
  3. Papadakis, M. A., McPhee, S. J., Rabow, M. W., & McQuaid, K. R. (Eds.). (2024). Diagnóstico clínico y tratamiento 2025. McGraw Hill.
  4. Rozman, C., & Cardellach López, F. (Eds.). (2024). Medicina interna (20.ª ed.). Elsevier España.
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