¿Quién inventó la ligadura quirúrgica?

¿Quién inventó la ligadura quirúrgica?
¿Quién inventó la ligadura quirúrgica?

Ambroise Paré (1510-1590), un destacado cirujano francés del Renacimiento, es conocido por sus numerosas contribuciones a la medicina y la cirugía. Una de sus innovaciones más significativas fue la propuesta de un método para controlar la hemorragia durante intervenciones quirúrgicas, que representó un avance crucial en el campo de la cirugía.

En un contexto histórico en el que los métodos para detener la hemorragia durante la cirugía eran rudimentarios y a menudo ineficaces, Paré desarrolló una técnica revolucionaria que implicaba el uso de ligaduras y vendajes para cerrar los vasos sanguíneos y detener el sangrado. Antes de su método, los cirujanos a menudo recurrían a prácticas como la cauterización con fuego o aceites calientes para detener la hemorragia, lo que era doloroso, peligroso y a menudo resultaba en infecciones y complicaciones adicionales para el paciente.

La técnica de Paré, que se basaba en la observación y el razonamiento científico, consistía en atar los vasos sanguíneos con ligaduras y luego aplicar vendajes firmes para mantener la presión y detener el flujo de sangre. Este enfoque más seguro y menos invasivo no solo era más efectivo para controlar la hemorragia, sino que también reducía el riesgo de infección y aceleraba la recuperación del paciente.

La propuesta de Paré para controlar la hemorragia durante las intervenciones quirúrgicas marcó un avance significativo en la cirugía, sentando las bases para prácticas más seguras y efectivas en el manejo de la hemorragia durante procedimientos quirúrgicos. Su contribución a este campo ayudó a mejorar los resultados de las cirugías y a reducir la mortalidad asociada con la pérdida de sangre durante los procedimientos quirúrgicos, lo que lo convierte en una figura influyente en la historia de la medicina y la cirugía.

 

Ambroise Paré

Ambroise Paré nació en Francia y comenzó su carrera como aprendiz trabajando con una serie de barberos-cirujanos itinerantes. Este era un camino común hacia la práctica de la cirugía en esa época, ya que la cirugía no estaba formalmente reconocida como una disciplina médica separada y muchos cirujanos adquirían habilidades a través de la experiencia práctica en lugar de la educación formal.

Después de completar su contrato de aprendizaje en París, Paré continuó su formación como asistente y curador de heridas de un cirujano en el famoso Hôtel Dieu de París. Esta experiencia le proporcionó una base sólida en el tratamiento de heridas y lesiones, así como una exposición invaluable a una amplia variedad de casos médicos y quirúrgicos.

A partir de 1536, Paré comenzó a trabajar como cirujano del ejército francés, acompañando a las fuerzas militares en sus expediciones. Durante este tiempo, también mantuvo una práctica civil en París, lo que le permitió continuar desarrollando sus habilidades y experiencia en la cirugía. Su reputación como cirujano hábil y competente creció rápidamente, lo que lo llevó a ser seleccionado como cirujano principal por cuatro reyes franceses sucesivos: Enrique II, Francisco II, Carlos IX y Enrique III.

A pesar de sus orígenes como barbero-cirujano, Paré eventualmente fue aceptado como miembro del Colegio de St. Côme de París, una prestigiosa fraternidad de médicos y cirujanos con educación universitaria. Este reconocimiento fue el resultado de su destacada habilidad clínica y sus numerosos logros en el campo de la cirugía, lo que demostró que la experiencia práctica podía ser igualmente valiosa que la educación formal en medicina.

La fuerza de la personalidad de Paré y el éxito de sus tratamientos clínicos llevaron a un acercamiento entre los barberos-cirujanos y los médicos con educación universitaria, que tradicionalmente habían mantenido una separación rígida entre ellos. Este acercamiento resultó en la creación de un curso para el desarrollo de la cirugía en Francia, que combinaba la experiencia práctica con la educación formal y sentó las bases para el avance de la cirugía como disciplina médica en el país.

 

Aportaciones

En la época de Ambroise Paré, los métodos convencionales para tratar heridas y controlar la hemorragia involucraban técnicas que reflejaban una creencia arraigada en la medicina de la época. Se basaban en un antiguo adagio médico, que se remontaba a la era de Hipócrates, que sugería que las enfermedades que no podían ser curadas por remedios medicinales debían ser tratadas con instrumentos de metal, y si estos tampoco funcionaban, entonces se recurría al fuego como último recurso. Esta creencia reflejaba una comprensión limitada de las prácticas médicas y una dependencia en métodos que podían resultar brutales y dolorosos para los pacientes.

Sin embargo, Paré desafió esta noción arraigada durante una situación crítica en un campo de batalla cerca de Turín. Cuando se agotaron los suministros de aceite hirviendo, que era una práctica común para cauterizar heridas y controlar la hemorragia, Paré se encontró sin una opción convencional para tratar a los heridos restantes. En un acto de ingenio y desesperación, decidió probar una nueva mezcla compuesta por yema de huevo, aceite de rosas (una combinación de pétalos de rosa machacados y aceite de oliva) y trementina.

Lo que Paré observó en los días siguientes fue sorprendente: las heridas de los soldados tratados con esta nueva mezcla no solo mostraban una menor inflamación, sino que también eran menos dolorosas al tacto en comparación con las heridas tratadas con aceite caliente. Este descubrimiento marcó un punto de inflexión en la práctica médica de Paré. A partir de ese momento, abandonó el uso del aceite hirviendo y adoptó la nueva mezcla como un método más efectivo y menos traumático para tratar heridas y controlar la hemorragia.

La ligadura de los vasos sanguíneos implicaba atar los vasos afectados con un material adecuado para detener el flujo de sangre, en contraste con métodos más brutales como la cauterización con fuego o el uso de aceite hirviendo. Esta técnica representó un punto de inflexión en la evolución de la cirugía, ya que ofrecía una forma más segura y efectiva de detener la hemorragia sin causar tanto trauma al paciente.

Aunque la historia inicial de la ligadura de vasos sanguíneos está envuelta en incertidumbre, Paré la adoptó como un método fundamental en su práctica quirúrgica. Si bien su origen exacto es tema de conjetura histórica, Paré consideraba su método de ligadura durante una amputación como algo original y, según él, inspirado por la divinidad. Su enfoque innovador no solo demostró ser efectivo, sino que también marcó un retorno a prácticas antiguas que habían sido olvidadas durante mucho tiempo.

Paré no solo implementó la ligadura de vasos sanguíneos, sino que también diseñó un instrumento precursor de la pinza hemostática moderna, conocido como bec de corbin o “pico de cuervo”. Este instrumento permitía a los cirujanos manipular los vasos sanguíneos con mayor precisión y control mientras aplicaban la ligadura, lo que mejoraba aún más la eficacia y la seguridad de la técnica.

 

 

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