Tratamiento de la tiña de pies y manos

Tratamiento de la tiña de pies y manos
Tratamiento de la tiña de pies y manos

El tratamiento de la tiña en pies y manos, conocida como tinea pedis y tinea manuum respectivamente, implica una estrategia terapéutica dirigida a eliminar la infección fúngica y aliviar los síntomas asociados. Estas infecciones son causadas comúnmente por hongos dermatofitos, que prosperan en ambientes cálidos y húmedos, como los espacios entre los dedos de los pies y las palmas de las manos. Para comprender adecuadamente el tratamiento de estas condiciones, es crucial abordar tanto las medidas locales como las sistémicas.

 

Medidas locales

La tiña, una infección fúngica de la piel también conocida como dermatofitosis, puede presentar diferentes etapas clínicas que requieren enfoques terapéuticos específicos para su manejo efectivo. Aquí se detallan las medidas recomendadas para cada etapa:

  • Etapa macerada: En esta fase, la piel afectada suele presentar una apariencia húmeda y blanda debido a la proliferación del hongo dermatofito. Para tratar esta etapa, se recomienda el uso de una solución de subacetato de aluminio en remojo durante 20 minutos, dos veces al día. Esta solución tiene propiedades astringentes y secantes que ayudan a reducir la humedad en la piel, creando un ambiente menos propicio para el crecimiento del hongo. Además, se sugiere el uso de cremas y soluciones antifúngicas de amplio espectro que contienen ingredientes como imidazoles o ciclopirox. Estos agentes antifúngicos son efectivos contra una variedad de hongos, incluidos los difteroides y otros organismos grampositivos que pueden estar presentes en esta etapa de la infección. En casos en que los imidazoles tópicos no sean efectivos, se puede considerar un tratamiento alternativo con alilaminas tópicas, como terbinafina o butenafina, administradas una vez al día durante una semana. Estos agentes actúan interfiriendo con la síntesis de los componentes celulares del hongo, lo que lleva a su destrucción y a la resolución de la infección.
  • Etapa seca y escamosa: En esta fase, la piel afectada tiende a volverse seca y escamosa, con posible engrosamiento en áreas específicas como las plantas de los pies (tinea “mocasín”). Para tratar esta etapa, se pueden utilizar diferentes agentes antifúngicos tópicos. Estos agentes pueden incluir imidazoles, alilaminas u otros antifúngicos tópicos que sean efectivos contra el hongo causante de la infección. Además, se puede considerar la adición de una loción o crema con urea al 10-20%. La urea tiene propiedades queratolíticas, lo que significa que ayuda a eliminar las células muertas de la piel y a suavizar el área afectada, lo que puede aumentar la eficacia de los tratamientos tópicos antifúngicos, especialmente en casos de tinea gruesa en las plantas de los pies.

 

Medidas sistémicas

El tratamiento de la tiña, una infección fúngica de la piel causada por dermatofitos, puede requerir en algunos casos el uso de medicamentos antifúngicos administrados por vía oral, especialmente cuando la infección es resistente a los tratamientos tópicos o cuando afecta áreas extensas de la piel. Dos de los medicamentos antifúngicos más comúnmente utilizados en estos casos son el itraconazol y la terbinafina.

El itraconazol es un antifúngico triazólico que actúa inhibiendo la síntesis del ergosterol, un componente esencial de la membrana celular de los hongos. Se puede administrar en dosis de 200 mg por vía oral una vez al día durante 2 semanas, o en dosis de 400 mg una vez al día durante 1 semana. Esta dosificación y duración del tratamiento pueden variar según la gravedad de la infección y la respuesta del paciente al medicamento.

La terbinafina es otro antifúngico oral que actúa inhibiendo una enzima crucial en la síntesis del ergosterol en los hongos, lo que conduce a su muerte. Se administra típicamente en dosis de 250 mg por vía oral una vez al día durante un período de 2 a 4 semanas. Al igual que con el itraconazol, la duración del tratamiento con terbinafina puede ajustarse según la gravedad de la infección y la respuesta del paciente.

Estos medicamentos antifúngicos sistémicos son especialmente útiles en casos refractarios, es decir, aquellos en los que la infección no responde adecuadamente a los tratamientos tópicos o se propaga extensamente por la piel. Sin embargo, su uso puede asociarse con riesgos y efectos secundarios, por lo que deben ser administrados bajo supervisión médica adecuada.

Después de que la infección haya sido eliminada con éxito mediante el tratamiento sistémico, es importante que el paciente continúe con la terapia tópica como medida de mantenimiento. Esto se debe a que las recurrencias de la tiña son comunes, especialmente si no se sigue un régimen continuo de cuidado de la piel. La terapia tópica puede ayudar a prevenir la reaparición de la infección y mantener la piel sana y libre de hongos.

 

Pronóstico

Para muchos individuos, esta enfermedad se convierte en una aflicción crónica, lo que significa que persiste a lo largo del tiempo y puede reaparecer incluso después de períodos de tratamiento exitoso.

Una de las razones principales por las cuales la tiña pedis tiende a ser una aflicción crónica es debido a la naturaleza persistente de los hongos dermatofitos y a los factores predisponentes que favorecen su crecimiento y propagación. Estos hongos pueden sobrevivir en ambientes cálidos y húmedos, como el interior de los zapatos, las piscinas públicas o los vestuarios, donde las condiciones son propicias para su crecimiento. Además, las personas con sudoración excesiva, pies mal ventilados o compromiso inmunológico tienen un mayor riesgo de desarrollar tiña pedis crónica.

El tratamiento de la tiña pedis a menudo logra eliminar temporalmente la infección y aliviar los síntomas, pero la recurrencia es común debido a varios factores. Uno de los principales desafíos en el tratamiento exitoso de la tiña pedis es la presencia concurrente de infecciones fúngicas en las uñas, conocidas como onicomicosis. Estas infecciones pueden actuar como reservorios persistentes de hongos y pueden reinfectar la piel circundante incluso después de que la infección cutánea haya sido eliminada temporalmente por el tratamiento.

Por lo tanto, es crucial abordar tanto las infecciones cutáneas como las ungueales para prevenir la recurrencia de la tiña pedis. Esto implica el uso de tratamientos sistémicos, como medicamentos antifúngicos orales (por ejemplo, itraconazol o terbinafina), que pueden alcanzar y eliminar los hongos en las uñas, así como en la piel circundante. La falta de tratamiento sistémico de las uñas afectadas puede resultar en la persistencia de la infección y la recurrencia de la enfermedad cutánea, incluso después de un tratamiento exitoso.

 

Prevención

La prevención de la tiña pedis, o pie de atleta, es fundamentalmente un asunto de higiene personal. Esta afección fúngica de la piel se desarrolla en ambientes cálidos y húmedos, lo que significa que la prevención se centra en mantener los pies limpios, secos y en un entorno poco propicio para el crecimiento de hongos dermatofitos. Algunas prácticas preventivas recomendadas:

  • Higiene personal: Mantener una buena higiene personal es esencial para prevenir la tiña pedis. Esto incluye lavar regularmente los pies con agua y jabón, asegurándose de limpiar bien entre los dedos de los pies donde los hongos tienden a prosperar. Después del lavado, es importante secar cuidadosamente los pies, especialmente entre los dedos, ya que la humedad puede favorecer el crecimiento de hongos.
  • Uso de calzado adecuado: Se recomienda el uso de sandalias de dedo si es posible, ya que proporcionan una ventilación adecuada para los pies y reducen la acumulación de humedad. En lugares como duchas comunitarias o lugares de baño, usar sandalias puede ayudar a evitar el contacto directo con superficies contaminadas donde los hongos pueden estar presentes.
  • Cambio frecuente de calcetines: Los calcetines deben cambiarse con regularidad, especialmente si se humedecen debido a la transpiración. Se prefieren los calcetines absorbentes y no sintéticos, ya que ayudan a absorber la humedad y mantienen los pies secos.
  • Uso de polvos absorbentes: Se pueden aplicar polvos secantes y absorbentes, como talco o almidón de maíz, para mantener los pies secos y reducir la humedad. Además, se pueden utilizar polvos que contienen agentes antifúngicos, como el Zeasorb-AF, para ayudar a prevenir la proliferación de hongos y reducir el riesgo de infección por tiña pedis.
  • Secado adicional con secador de pelo: Después de la ducha, utilizar un secador de pelo en un ajuste de temperatura más fresco puede ayudar a secar completamente los pies, especialmente entre los dedos, donde la humedad puede quedar atrapada.

 

 

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