El uso de agentes quimioterapéuticos y la irradiación son tratamientos comunes en diversas formas de cáncer y otras enfermedades hematológicas. Sin embargo, tanto la quimioterapia como la irradiación pueden inducir trombocitopenia, es decir, una disminución en el número de plaquetas en la sangre, debido a su toxicidad directa sobre las células clave de la médula ósea responsables de la producción de plaquetas, como los megacariocitos y las células progenitoras hematopoyéticas.
Los agentes quimioterapéuticos son diseñados para destruir células cancerígenas, pero, debido a su naturaleza citotóxica, también afectan a células normales, en especial a aquellas con alta tasa de replicación celular, como las células madre hematopoyéticas y los megacariocitos. Los megacariocitos son las células precursoras de las plaquetas, y su función principal es la producción y liberación de estas en la circulación. Cuando los agentes quimioterapéuticos atacan directamente a los megacariocitos, su capacidad para generar plaquetas se ve comprometida, lo que resulta en trombocitopenia.
Además, los progenitores hematopoyéticos son las células madre de la médula ósea que dan origen a todas las líneas celulares sanguíneas, incluidos los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas. La quimioterapia, especialmente cuando se administra a altas dosis o en ciclos repetidos, puede dañar estos progenitores, lo que afecta la producción de todas las líneas celulares, incluyendo las plaquetas. La irradiación también tiene un efecto similar, ya que daña tanto a los progenitores hematopoyéticos como a los megacariocitos, lo que resulta en una disminución global de la hematopoyesis.
La gravedad y la duración de la trombocitopenia inducida por quimioterapia dependen de varios factores, entre ellos, el agente quimioterapéutico específico utilizado, la dosis administrada, el régimen de tratamiento (si se administran múltiples ciclos o si el tratamiento es más intensivo) y las características individuales del paciente, como su edad y estado general de salud. En general, los tratamientos que afectan más intensamente a la médula ósea tienden a causar una trombocitopenia más pronunciada y duradera.
La trombocitopenia inducida por quimioterapia generalmente se resuelve de manera más lenta que otras alteraciones hematológicas comunes, como la neutropenia (disminución de los glóbulos blancos) o la anemia (disminución de los glóbulos rojos). Esto se debe a que la recuperación de los megacariocitos y la producción de plaquetas en la médula ósea requiere más tiempo, especialmente si se han administrado varios ciclos de tratamiento, ya que cada ciclo puede causar daño acumulativo a las células madre hematopoyéticas y los megacariocitos.
Hasta que se produzca la recuperación de la médula ósea, los pacientes pueden necesitar un apoyo transfusional de plaquetas, especialmente si presentan sangrados clínicamente significativos o si el riesgo de sangrado es alto. Las transfusiones de plaquetas pueden ser necesarias en momentos críticos, para controlar las hemorragias y evitar complicaciones graves, especialmente si los recuentos plaquetarios son muy bajos.
Además de las transfusiones, se han investigado estrategias para prevenir la trombocitopenia inducida por quimioterapia y para mejorar la recuperación de la médula ósea. Entre los enfoques más prometedores se encuentran los factores de crecimiento plaquetario, como eltrombopag y romiplostim. Estos medicamentos son agonistas de los receptores de trombopoyetina, una hormona que estimula la producción de plaquetas en la médula ósea. Estudios han demostrado que estos fármacos pueden prevenir o reducir la severidad de la trombocitopenia inducida por quimioterapia, lo que permite a los pacientes recibir las dosis completas de quimioterapia sin necesidad de retrasos o modificaciones en el tratamiento debido a la baja de plaquetas.
Además de la quimioterapia y la radioterapia, ciertos inhibidores de puntos de control inmunitarios utilizados en el tratamiento del cáncer también pueden causar trombocitopenia. Estos inhibidores, que actúan modulando el sistema inmune para mejorar la capacidad del cuerpo para reconocer y atacar las células tumorales, a veces inducen una respuesta inmunitaria aberrante que puede afectar las plaquetas. En algunos casos, la trombocitopenia inducida por inhibidores de puntos de control inmunitarios puede imitar la púrpura trombocitopénica inmune (una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmune destruye las plaquetas), lo que complica el diagnóstico y el manejo. Esta trombocitopenia inmunológica relacionada con los inhibidores de puntos de control se caracteriza por una destrucción acelerada de plaquetas, que puede requerir tratamiento inmunosupresor o la suspensión de los agentes inmunoterapéuticos.

Fuente y lecturas recomendadas:
- Kuter DJ. Treatment of chemotherapy-induced thrombocytopenia in patients with non-hematologic malignancies. Haematologica. 2022;107:1243. [PMID: 35642485]
- Soff GA et al. Romiplostim treatment of chemotherapy-induced thrombocytopenia. J Clin Oncol. 2019;37:2892. [PMID: 31545663]
Originally posted on 23 de noviembre de 2024 @ 12:15 AM