La noción de que un número limitado de respuestas tisulares sustenta a todas las enfermedades se basa en la observación de que las células y los tejidos, frente a un amplio espectro de estímulos patológicos, reaccionan de formas fundamentalmente predecibles. Estas respuestas pueden ser comprendidas como mecanismos adaptativos y patológicos que surgen de la interacción entre las células y su entorno, y que, en última instancia, dictan el curso de diversas enfermedades.
La adaptación de las células a los cambios en su entorno es un proceso esencial para la supervivencia celular. Las células poseen la capacidad de ajustar su función y estructura ante variaciones en su ambiente, que pueden incluir cambios en la disponibilidad de nutrientes, alteraciones en la presión de oxígeno, o la presencia de agentes tóxicos. Este proceso adaptativo puede manifestarse de diversas maneras, como la hipertrofia, en la cual las células aumentan de tamaño en respuesta a un incremento en la demanda funcional, o la hiperplasia, donde el número de células se incrementa como respuesta a estímulos hormonales o de crecimiento. Sin embargo, estas adaptaciones tienen sus límites; si las agresiones son demasiado severas o persistentes, las células pueden no ser capaces de mantener su homeostasis.
Cuando las células no logran adaptarse a las condiciones adversas, pueden experimentar un proceso de muerte celular. Este fenómeno puede ocurrir a través de la necrosis, que es un tipo de muerte celular no programada que resulta de un daño severo e irreversible. La necrosis se caracteriza por la inflamación del tejido circundante, que puede llevar a la formación de cicatrices y, en algunos casos, a disfunciones permanentes en el órgano afectado. Por otro lado, la apoptosis es una forma de muerte celular programada que permite a las células eliminarse de manera controlada y sin inducir una respuesta inflamatoria significativa. La regulación adecuada de la apoptosis es crucial para mantener el equilibrio celular y la salud del organismo.
Otro aspecto importante a considerar son los trastornos debidos al crecimiento anormal de las células, como se observa en el cáncer. El cáncer se origina a partir de mutaciones genéticas que alteran el ciclo celular y la capacidad de las células para regular su crecimiento y diferenciación. Estas células tumorales pueden evadir los mecanismos normales de control del crecimiento, lo que les permite proliferar de manera descontrolada y formar masas que pueden invadir tejidos adyacentes. Este crecimiento anómalo representa una respuesta patológica fundamental que puede ser desencadenada por una combinación de factores genéticos, ambientales y epigenéticos.
La respuesta de los tejidos a la lesión es otro componente crucial en la comprensión de las enfermedades. Cuando un tejido es dañado, ya sea por trauma físico, infección o toxicidad, se inicia un proceso de reparación que involucra la inflamación y la regeneración. La inflamación es una respuesta esencial que permite la llegada de células inmunitarias al sitio de la lesión, facilitando la eliminación de agentes patógenos y el inicio del proceso de curación. Durante la reparación, las células mesenquimatosas pueden diferenciarse en fibroblastos, los cuales producen matriz extracelular que permite la formación de tejido cicatricial. Sin embargo, si la inflamación se torna crónica o si la capacidad de regeneración es superada, puede haber una transformación hacia fibrosis, lo que resulta en la pérdida de función del tejido afectado.
Además de las respuestas tisulares mencionadas, es importante considerar la influencia de factores genéticos e inmunitarios en la patogénesis de las enfermedades. Las variaciones genéticas pueden predisponer a ciertos individuos a desarrollar enfermedades específicas, mientras que un sistema inmunitario desregulado puede dar lugar a trastornos autoinmunitarios o aumentar la susceptibilidad a infecciones. Del mismo modo, factores ambientales adversos, como la exposición a toxinas, el estrés oxidativo, y estilos de vida poco saludables, pueden desencadenar procesos patológicos que alteran la función celular y contribuyen a la enfermedad.

Fuente y lecturas recomendadas:
- Goldman, L., & Schafer, A. I. (Eds.). (2020). Goldman-Cecil Medicine (26th ed.). Elsevier.
- Loscalzo, J., Fauci, A. S., Kasper, D. L., Hauser, S. L., Longo, D. L., & Jameson, J. L. (Eds.). (2022). Harrison. Principios de medicina interna (21.ª ed.). McGraw-Hill Education.
- Papadakis, M. A., McPhee, S. J., Rabow, M. W., & McQuaid, K. R. (Eds.). (2024). Diagnóstico clínico y tratamiento 2024. McGraw Hill.


Originally posted on 7 de octubre de 2024 @ 4:55 PM