Absceso mamario

El absceso mamario es una acumulación de pus dentro del tejido mamario, generalmente provocada por una infección bacteriana. Este tipo de infección se presenta con mayor frecuencia durante la lactancia, cuando el conducto mamario se obstruye o se irrita, lo que favorece la proliferación bacteriana. En estos casos, se observa una zona localizada de enrojecimiento, aumento de la temperatura (calor), dolor e induración en la mama afectada. Sin embargo, el absceso mamario no se limita exclusivamente a mujeres en periodo de lactancia. Aunque mucho más raro, también puede desarrollarse en mujeres que no están lactando, siendo más frecuente en aquellas jóvenes o de mediana edad. En estos casos, la formación del absceso tiende a localizarse en la región subareolar, es decir, en la zona justo debajo de la areola, sin la presencia de otros factores como la lactancia.
El microorganismo más comúnmente implicado en la génesis de un absceso mamario es Staphylococcus aureus, una bacteria grampositiva que puede penetrar en el tejido mamario a través de pequeñas fisuras o heridas en la piel o el pezón. Esta infección bacteriana puede originarse a partir de una mastitis, una inflamación de la glándula mamaria que se presenta comúnmente en mujeres lactantes, o de una celulitis, una infección más difusa en los tejidos blandos de la mama. La bacteria produce una respuesta inflamatoria local, que puede evolucionar hacia la formación de pus y un absceso.
El tratamiento de los abscesos mamarios generalmente incluye el drenaje del pus acumulado. En muchos casos, se puede realizar un drenaje adecuado mediante el uso de una aguja o un catéter, lo que permite vaciar el absceso de manera efectiva y aliviar los síntomas. Sin embargo, en situaciones más complejas o cuando el drenaje con aguja no es suficiente, se puede requerir una incisión quirúrgica para permitir la evacuación del pus de manera más completa. Aunque este tipo de drenaje puede ser efectivo para resolver el absceso de manera inmediata, existe una tendencia a la recurrencia de la infección después de la incisión, especialmente si no se lleva a cabo una exploración exhaustiva del área afectada. En tales casos, es recomendable realizar una intervención más profunda durante un periodo de calma de la infección, lo que incluye la excisión del conducto lactífero o los conductos involucrados en la base del pezón, para evitar que la infección regrese.
Es importante resaltar que en mujeres no lactantes, un absceso mamario debe diferenciarse de otras afecciones, como el carcinoma inflamatorio de mama. Esta es una forma rara pero agresiva de cáncer mamario que puede presentar síntomas similares, como enrojecimiento, dolor e inflamación, lo que hace esencial una evaluación clínica cuidadosa. En estos casos, cuando se sospecha de un absceso o de celulitis mamaria que no responde adecuadamente al tratamiento con antibióticos, se debe proceder a una incisión y biopsia de cualquier tejido indurado y de un pequeño segmento de piel eritematosa. Esta biopsia es crucial para obtener un diagnóstico definitivo y descartar la presencia de malignidad, lo que garantiza un tratamiento adecuado y oportuno.
Fuente y lecturas recomendadas:
- Ammann AM et al. Breast infections: a review of current literature. Am J Surg. 2024;228:78. [PMID: 37949727]
- Bartolomé-Álvarez J et al. Microbiology of breast abscesses. Enferm Infecc Microbiol Clin (Engl Ed). 2021 Feb 24. [Epub ahead of print] [PMID: 33640150]
- Sugawara C et al. Factors associated with surgical treatment in postpartum women with mastitis or breast abscess: a retrospective cohort study. Breastfeed Med. 2022;17:233. [PMID: 34936486]
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