El ejercicio ayuda a mantener la función cognitiva

El ejercicio ayuda a mantener la función cognitiva
El ejercicio ayuda a mantener la función cognitiva

La relación entre el ejercicio, específicamente las actividades aeróbicas y de fortalecimiento muscular, y la salud cognitiva es un campo de estudio en constante crecimiento que ha revelado una serie de beneficios notables, especialmente en personas de edad avanzada y adultos mayores de 50 años.

Las actividades aeróbicas, como correr, nadar o andar en bicicleta, aumentan la frecuencia cardíaca y la circulación sanguínea, mejorando así el flujo de sangre y oxígeno hacia el cerebro. Dado que el cerebro es altamente dependiente de un suministro constante de sangre rica en oxígeno, esta mejora en la circulación sanguínea cerebral contribuye a mantener las células cerebrales saludables y funcionando adecuadamente, lo que, a su vez, favorece la función cognitiva.

Además, el ejercicio aeróbico incrementa la liberación de neuroquímicos beneficiosos, como las endorfinas y el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF). Estos compuestos están asociados con la mejora del estado de ánimo, la reducción del estrés y la promoción del crecimiento y la supervivencia de las neuronas. El BDNF, en particular, desempeña un papel crucial en la plasticidad cerebral, que es la capacidad del cerebro para adaptarse y aprender.

Asimismo, el ejercicio contribuye a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión y la arteriosclerosis, que pueden afectar negativamente el flujo sanguíneo al cerebro y aumentar el riesgo de deterioro cognitivo. Al mejorar la salud cardiovascular, el ejercicio protege la función cognitiva.

Las actividades de fortalecimiento muscular también son fundamentales. Contribuyen al control del peso, la regulación de los niveles de azúcar en sangre y la mejora de la sensibilidad a la insulina, factores que son críticos en la prevención o retraso de la diabetes tipo 2, una condición relacionada con un mayor riesgo de deterioro cognitivo.

Además, el ejercicio puede proporcionar estimulación cognitiva. Al realizar actividades físicas que requieren coordinación, planificación y toma de decisiones, como el baile o deportes que implican estrategia, se estimula el cerebro y se lo mantiene activo.

El ejercicio regular también reduce los niveles de estrés y ansiedad, estados emocionales que pueden afectar negativamente la función cognitiva. La reducción del estrés a través del ejercicio contribuye a un mejor funcionamiento cognitivo.

La depresión, que está vinculada a la alteración cognitiva y al deterioro de la salud mental, también puede ser prevenida gracias al ejercicio aeróbico, que es conocido por sus efectos antidepresivos. Esto, a su vez, puede tener un impacto positivo en la función cognitiva.

✳️ Las actividades aeróbicas y de fortalecimiento muscular mejoran la salud cognitiva y reducen el riesgo de alteración cognitiva en personas de edad avanzada y adultos mayores de 50 años al abordar varios mecanismos clave, como el aumento del flujo sanguíneo cerebral, la liberación de neuroquímicos beneficiosos, la reducción de factores de riesgo cardiovasculares y la estimulación cognitiva. Estos beneficios subrayan la importancia de incorporar el ejercicio en la rutina diaria para mantener una mente sana a medida que envejecemos.

 

 

 

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