El paro cardiaco es una de las principales causas de muerte
El paro cardíaco o cardiorrespiratorio (PCR) súbito es una condición en la cual el corazón deja de latir de manera repentina e inesperada. Es una de las principales causas de muerte en todo el mundo debido a su naturaleza abrupta y la rápida desestabilización del organismo que provoca.
El PCR súbito generalmente ocurre como resultado de una alteración en el sistema eléctrico del corazón. Esto puede ser causado por trastornos del ritmo cardíaco, como la fibrilación ventricular, en la cual los impulsos eléctricos del corazón se vuelven caóticos e ineficientes. Como resultado, el corazón deja de bombear sangre de manera efectiva, lo que lleva a una falta de oxígeno en los órganos vitales.
El PCR súbito se caracteriza por una pérdida repentina de la conciencia. Esto significa que la persona afectada deja de respirar y su corazón deja de latir, lo que resulta en la interrupción inmediata del suministro de oxígeno al cerebro y a otros órganos vitales. Sin una intervención rápida y efectiva, la falta de oxígeno puede ocasionar daño cerebral irreversible en cuestión de minutos.
El tiempo es un factor crucial en el PCR súbito. Cada minuto que pasa sin una reanimación cardiopulmonar (RCP) adecuada y una desfibrilación temprana reduce las posibilidades de supervivencia. Por cada minuto de retraso en la desfibrilación, las probabilidades de supervivencia disminuyen aproximadamente un 7% a 10%. Esto se debe a que la desfibrilación temprana puede restablecer el ritmo cardíaco normal y permitir que el corazón vuelva a bombear sangre de manera efectiva.
El PCR súbito a menudo ocurre fuera del entorno hospitalario, en lugares como hogares, lugares públicos o en la vía pública. En muchos casos, las personas que presencian un PCR súbito pueden no tener experiencia médica o acceso inmediato a servicios de emergencia. Esto retrasa la respuesta y la administración de RCP y desfibrilación, lo que disminuye las posibilidades de supervivencia.
El PCR súbito puede ser causado por diversas afecciones cardíacas subyacentes, como enfermedad coronaria, miocardiopatía, malformaciones cardíacas congénitas, trastornos del ritmo cardíaco y otras condiciones. Estas afecciones pueden aumentar el riesgo de PCR súbito y, a menudo, pueden no ser diagnosticadas o tratadas previamente, lo que contribuye a la gravedad de la situación.
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