Manejo de la sepsis

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Manejo de la sepsis

El manejo de la sepsis implica una serie de intervenciones dirigidas a identificar y tratar rápidamente la infección subyacente, estabilizar al paciente y prevenir el deterioro de los órganos. A continuación, se explica ampliamente cada aspecto del manejo de la sepsis:

  • Identificación temprana de sepsis: La identificación temprana de la sepsis es crucial para iniciar rápidamente el tratamiento. Esto implica la evaluación de signos y síntomas de infección, como fiebre, taquipnea, taquicardia, hipotensión y alteración del estado mental. También se pueden utilizar herramientas como escalas de gravedad, como el Sistema de Puntuación de Falla Orgánica (SOFA) o el Sistema de Puntuación de Evaluación Rápida de Sepsis (qSOFA), para ayudar en la identificación temprana.
  • Terapia de líquidos temprana: La reanimación con líquidos es esencial en el manejo inicial de la sepsis. Se administra un bolo de cristaloides de 30 ml/kg de peso corporal en un período de tiempo corto (generalmente dentro de la primera hora) en pacientes con hipotensión o signos de hipoperfusión. Esto tiene como objetivo restaurar la volemia y mejorar la perfusión tisular.
  • Antibióticos tempranos: Los antibióticos de amplio espectro deben administrarse lo más pronto posible, idealmente dentro de la primera hora del reconocimiento de la sepsis. Se seleccionan los antibióticos en función del sitio probable de la infección y del perfil de sensibilidad local. La elección de los antibióticos se basa en las guías y políticas locales y puede ajustarse posteriormente según los resultados de los cultivos y pruebas de sensibilidad.
  • Identificación y control de la fuente de infección: Se debe realizar una evaluación rápida para identificar la fuente de la infección subyacente. Esto puede requerir la realización de pruebas de diagnóstico, como radiografías, cultivos, ecografías o tomografías computarizadas, según el caso. Una vez identificada, se deben tomar medidas para controlar la fuente, como el drenaje de abscesos, la eliminación de catéteres infectados o la realización de cirugía para tratar infecciones intraabdominales.
  • Valoraciones repetidas para medir la respuesta al volumen: Durante la reanimación con líquidos, se deben realizar evaluaciones repetidas para evaluar la respuesta del paciente al volumen administrado. Esto puede incluir el uso de ultrasonido cardiovascular en la cabecera del paciente para evaluar la función cardíaca y el estado del volumen intravascular. También se pueden realizar pruebas dinámicas, como la elevación pasiva de las piernas o un reto de líquidos, para evaluar la respuesta hemodinámica.
  • Administración de vasopresores: Una vez que se considere que el paciente está a volumen máximo y aún presenta hipotensión, se pueden administrar vasopresores para mantener una presión arterial media (PAM) igual o mayor a 65 mm Hg. La norepinefrina es el vasopresor de elección, y en algunoscasos puede agregarse vasopresina. Estos medicamentos ayudan a mantener una presión arterial adecuada y mejorar la perfusión tisular.
  • Objetivos de tratamiento según la terapia temprana dirigida por metas (TTDM): La TTDM es un enfoque de manejo de la sepsis que establece metas específicas para guiar la terapia. Algunos de los objetivos de tratamiento incluyen mantener una presión venosa central (PVC) de 8-12 mm Hg (o 12-15 mm Hg en pacientes con ventilación mecánica), una PAM igual o mayor a 65 mm Hg, un gasto urinario igual o mayor a 0.5 ml/kg/h, una saturación venosa central de oxígeno (ScVO2) igual o mayor al 70% o un consumo de oxígeno miocárdico (MVO2) igual o mayor al 65%. Estos objetivos se utilizan como guía para ajustar la terapia y evaluar la respuesta del paciente.
  • Terapia inotrópica: En casos de disfunción cardíaca inducida por sepsis, se puede considerar la administración de dobutamina, un inotrópico, para mejorar la función cardíaca y el gasto cardíaco.
  • Corticosteroides: En algunos casos de sepsis, especialmente cuando la hipotensión no responde adecuadamente a la reanimación con líquidos y vasopresores, se puede considerar el uso de corticosteroides. Sin embargo, ya no se recomienda la prueba de estimulación con corticotropina (ACTH) para guiar la decisión de administrar corticosteroides.
  • Terapia de apoyo: Además de las intervenciones específicas para la sepsis, se deben proporcionar medidas de soporte general. Esto puede incluir estrategias de ventilación según el protocolo ARDSnet para pacientes con síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), control de la glucemia para mantener niveles de glucosa en sangre en el intervalo de 140-160 mg/dL, terapia de reemplazo renal para la insuficiencia renal, profilaxis para úlceras por estrés y profilaxis para trombosis venosa profunda (TVP).

El manejo de la sepsis debe ser realizado en un entorno hospitalario, preferiblemente en una unidad de cuidados intensivos (UCI), y requerirá la coordinación y colaboración de un equipo multidisciplinario. El monitoreo continuo, la evaluación y el ajuste de la terapia son esenciales para optimizar los resultados y mejorar las tasas de supervivencia en pacientes con sepsis.

 

 

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