La Peste: manifestaciones clínicas

La peste es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Yersinia pestis. Esta patología ha marcado la historia humana, siendo responsable de pandemias devastadoras a lo largo del tiempo. La peste puede presentarse en varias formas clínicas, siendo las más comunes la peste bubónica, septicémica y neumónica.

• Peste Bubónica:
  • Es la forma más conocida y caracterizada por la inflamación de los ganglios linfáticos, formando protuberancias dolorosas conocidas como bubones. Estos bubones suelen localizarse en áreas como las axilas, ingles y cuello. La transmisión a los humanos ocurre principalmente a través de picaduras de pulgas infectadas que han parasitado roedores portadores de la bacteria.
• Peste Septicémica:
  • En esta forma, la bacteria Yersinia pestis se disemina a través del torrente sanguíneo, afectando diversos órganos y tejidos. Puede resultar de la progresión de la peste bubónica o ser primaria. La septicemia puede llevar a complicaciones graves y, si no se trata, puede ser fatal.
• Peste Neumónica:
  • Esta forma de la enfermedad afecta los pulmones y puede ser la consecuencia de la progresión de la peste bubónica o la inhalación directa de gotitas respiratorias de una persona infectada. La peste neumónica es particularmente grave debido a su capacidad de propagación rápida de persona a persona y puede ser letal si no se trata rápidamente.

Manifestaciones clínicas de la peste

Yersinia pestis, agente causal de la peste

La peste, causada por Yersinia pestis, se manifiesta con un inicio súbito y sintomatología severa, siendo una enfermedad potencialmente letal. La presentación clínica de la peste se caracteriza por una serie de síntomas distintivos que reflejan la agresividad del patógeno y su capacidad para afectar múltiples sistemas del cuerpo.

• Síntomas Generales:
  • La enfermedad se inicia abruptamente, marcada por fiebre alta, malestar generalizado, taquicardia, cefalea intensa, delirio y mialgias graves. Estos síntomas generales indican una respuesta sistémica severa del cuerpo ante la infección.
• Compromiso Respiratorio:
  • Si la infección se extiende a los pulmones, se manifiesta con taquipnea, tos productiva, esputo teñido de sangre y cianosis. La presencia de estos síntomas indica una neumonía asociada a la peste, una forma grave de la enfermedad que puede evolucionar rápidamente.
• Signos de Meningitis:
  • Se pueden observar signos de meningitis, lo que sugiere que la bacteria ha alcanzado el sistema nervioso central. Estos signos pueden incluir rigidez en el cuello, sensibilidad a la luz y alteraciones en el estado mental.
• Manifestaciones Locales en el Sitio de Inoculación:
  • En el sitio de inoculación, puede aparecer una pústula o úlcera, indicando la entrada de la bacteria en el cuerpo. También puede observarse linfangitis, marcada por la inflamación de los vasos linfáticos, señalando la diseminación de la infección.
• Afectación de Ganglios Linfáticos:
  • Los ganglios linfáticos axilares, inguinales o cervicales muestran un aumento de tamaño, volviéndose hipersensibles. En algunos casos, los ganglios pueden supurar y drenar, evidenciando la respuesta inflamatoria del sistema linfático ante la invasión bacteriana.
• Diseminación Hematógena y Toxicidad:
  • Con la diseminación hematógena, el paciente puede volverse tóxico y comatoso en poco tiempo. La presencia de manchas purpúricas en la piel, conocidas como “peste negra”, es un signo distintivo y refleja la septicemia asociada a la infección.
• Neumonía Primaria y Gravedad:
  • La neumonía primaria por peste se manifiesta como una neumonitis fulminante, con esputo sanguinolento y espumoso. Esta forma de la enfermedad es particularmente letal y requiere un inicio rápido del tratamiento para mejorar las posibilidades de supervivencia.

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