Otitis media aguda

Otitis media aguda
Otitis media aguda

La otitis media aguda es una condición caracterizada por una infección bacteriana de los espacios del oído medio, los cuales están revestidos por mucosa y normalmente contienen aire. Esta infección puede desencadenar la acumulación de material purulento, el cual puede propagarse hacia las células de aire mastoides neumatizadas y hacia el ápice petroso de la base lateral del cráneo.

La causa habitual de la otitis media aguda suele ser una infección viral del tracto respiratorio superior, que provoca la obstrucción del conducto de la trompa de Eustaquio. Este conducto es esencial para ventilar el oído medio y equilibrar la presión interna con la del ambiente. Cuando se obstruye, se produce acumulación de líquido y moco en el oído medio, creando un ambiente propenso a la infección bacteriana secundaria.

Entre los patógenos más comúnmente implicados en la otitis media aguda se encuentran Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae y Streptococcus pyogenes. Estas bacterias pueden colonizar el oído medio inflamado y lleno de líquido, causando síntomas como dolor de oído, fiebre, irritabilidad en niños, y en algunos casos, supuración del oído.

La propagación del material purulento hacia las estructuras circundantes, como las células mastoides y el ápice petroso del cráneo, puede complicar la infección y requerir un manejo más agresivo. Es crucial el tratamiento temprano con antibióticos apropiados para controlar la infección bacteriana y prevenir la extensión a estructuras adyacentes.

 

Manifestaciones clínicas

La otitis media aguda es una condición inflamatoria que puede afectar a individuos de cualquier edad, manifestándose con una variedad de síntomas y signos característicos. Entre los síntomas más comunes se encuentra el dolor de oído intenso (otalgia), sensación de presión en el oído debido a la acumulación de líquido, disminución de la audición y frecuentemente fiebre, que puede ser de moderada a alta dependiendo de la severidad de la infección.

Los hallazgos físicos típicos incluyen enrojecimiento (eritema) y disminución de la movilidad de la membrana timpánica, que es la delgada membrana que separa el oído medio del oído externo. En ocasiones, pueden observarse burbujas en la membrana timpánica, indicativas de la acumulación de fluido detrás de ella.

En casos más graves de otitis media aguda, cuando hay una acumulación significativa de pus en el oído medio (empiema), la membrana timpánica puede abultarse hacia afuera. Este abultamiento es un signo de que la presión dentro del oído medio es alta y la membrana timpánica está bajo tensión. En tales circunstancias, la membrana timpánica está en riesgo de ruptura. La ruptura de la membrana timpánica generalmente se manifiesta con una disminución repentina del dolor (debido a la liberación de presión) seguida por la salida de pus a través del canal auditivo externo, conocido como otorrea.

Afortunadamente, con el tratamiento adecuado que suele incluir antibióticos y analgésicos, la mayoría de los casos de otitis media aguda experimentan una curación espontánea de la membrana timpánica. Esto significa que la membrana timpánica perforada se repara naturalmente con el tiempo, permitiendo que la audición vuelva a la normalidad.

 

Complicaciones

La mastoiditis aguda es una complicación de la otitis media, donde una infección bacteriana se extiende desde el oído medio hacia las células de aire mastoides del hueso mastoideo. Esta condición se caracteriza por una serie de síntomas y signos clínicos que indican la gravedad y la extensión de la infección.

Inicialmente, los pacientes pueden experimentar dolor intenso en el área afectada, que se agrava con la palpación del hueso mastoideo. El eritema postauricular, o enrojecimiento detrás de la oreja, es otro signo común, indicativo de la inflamación y la respuesta inmunitaria local. En casos más severos, puede observarse proptosis de la aurícula, donde la oreja parece desplazada hacia adelante debido a la inflamación y el edema.

La presencia de hinchazón evidente sobre el hueso mastoideo es un hallazgo importante en el examen físico, y cuando se acompaña de neuropatías craneales o hallazgos neurológicos centrales, indica una enfermedad más grave que requiere atención médica urgente.

El diagnóstico de mastoiditis aguda se realiza mediante una evaluación clínica exhaustiva y pruebas de imagen, como la tomografía computarizada (TC). La TC es crucial para visualizar la extensión de la infección y determinar la presencia de complicaciones como la coalescencia de las células de aire mastoides o la formación de abscesos de tejido blando asociados. Estos hallazgos radiológicos guían el manejo clínico y la planificación del tratamiento, que a menudo incluye antibióticos intravenosos y, en casos severos, drenaje quirúrgico del absceso.

 

Tratamiento

El tratamiento de la otitis media aguda se basa en un enfoque terapéutico que incluye el uso de antibióticos específicos junto con medidas complementarias para aliviar los síntomas y prevenir complicaciones.

El antibiótico de elección inicial para el tratamiento de la otitis media aguda es la amoxicilina, administrada a una dosis de 1 gramo por vía oral cada 8 horas durante un período de 5 a 7 días. La amoxicilina es efectiva contra los patógenos bacterianos más comunes implicados en esta infección, como Streptococcus pneumoniae y Haemophilus influenzae.

En casos donde hay resistencia conocida o la severidad de la infección requiere un espectro más amplio, se pueden considerar alternativas como el amoxicilina-clavulanato, administrado en dosis de 875/125 mg o 2 g/125 mg de liberación extendida cada 12 horas durante 5 a 10 días. Otra opción son los cefalosporinos como la cefuroxima (500 mg) o cefpodoxima (200 mg), administrados por vía oral cada 12 horas durante 5 a 7 días.

Además del tratamiento antibiótico, se pueden usar descongestionantes nasales para reducir la congestión nasal y ayudar a la ventilación del oído medio a través de la trompa de Eustaquio.

En casos de otitis media aguda recurrente, donde los episodios se repiten a pesar del tratamiento, se puede considerar la profilaxis antibiótica a largo plazo. Esto implica administrar dosis orales únicas diarias de sulfametoxazol (500 mg) o amoxicilina (250 o 500 mg) durante 1 a 3 meses para prevenir nuevos episodios.

Si la infección no responde adecuadamente al tratamiento médico convencional, o si hay una recurrencia persistente de los síntomas, puede ser necesario considerar la inserción de tubos de ventilación en el oído medio. Esta intervención quirúrgica ayuda a mantener la ventilación adecuada y prevenir futuros episodios de otitis media aguda.

En situaciones graves donde hay complicaciones como mastoiditis o meningitis asociadas con la otitis media, puede requerirse drenaje quirúrgico del oído medio mediante miringotomía, desbridamiento del mastoideo (mastoidectomía) o ambos. Estas intervenciones están reservadas para casos donde la otalgia es severa o hay riesgo de extensión de la infección hacia estructuras vecinas, lo que requiere manejo quirúrgico urgente.

 

 

 

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