Profilaxis postexposición contra VIH
La profilaxis postexposición (PEP) con combinaciones de medicamentos antirretrovirales se ha consolidado como una intervención vital en la prevención del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) después de exposiciones ocupacionales y no ocupacionales. Este enfoque terapéutico, respaldado por una sólida base de evidencia científica, se utiliza ampliamente debido a su capacidad para reducir significativamente el riesgo de transmisión del VIH en aproximadamente un 80%.
La PEP se prescribe tanto después de exposiciones ocupacionales, como aquellas que ocurren en el entorno laboral de atención médica, como después de exposiciones no ocupacionales, que pueden incluir relaciones sexuales sin protección con una pareja VIH positiva, agresiones sexuales o uso compartido de agujas contaminadas. La aplicación de la PEP en estos contextos es crucial para reducir la probabilidad de establecer una infección por VIH.
El fundamento de la efectividad de la PEP radica en la combinación de medicamentos antirretrovirales que se administran después de la exposición al VIH. Estos medicamentos, que incluyen fármacos como tenofovir disoproxilo, emtricitabina, y otros inhibidores de la transcriptasa inversa y la proteasa del VIH, actúan suprimiendo la replicación del virus en las células infectadas y previniendo la propagación de la infección en el cuerpo.
La PEP debe iniciarse dentro de las 72 horas posteriores a la exposición al VIH para maximizar su eficacia. Este período crítico se basa en la ventana de tiempo durante la cual el VIH puede establecerse en el organismo después de la exposición. Iniciar el tratamiento dentro de este marco temporal reduce la carga viral y la replicación del VIH, lo que disminuye significativamente la probabilidad de que el virus se establezca y cause una infección crónica.
Es importante destacar que la efectividad de la PEP está estrechamente relacionada con la adherencia al régimen de medicamentos prescrito y el cumplimiento estricto del protocolo de tratamiento. La interrupción o el retraso en la administración de la PEP pueden comprometer su eficacia y aumentar el riesgo de infección por VIH.
Anatomía del hígado
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