¿Qué es el prurito?

¿Qué es el prurito?
¿Qué es el prurito?

El prurito, o picazón, es una sensación molesta en la piel que provoca el deseo de rascarse. Esta sensación puede variar en intensidad desde leve hasta severa, y puede tener diversas causas, desde la sequedad de la piel hasta condiciones médicas más serias.

Es importante destacar que el prurito es una queja médica extremadamente común. De hecho, se estima que es aproximadamente un 40 % tan común como el dolor lumbar, lo que subraya su relevancia en la práctica clínica. Esta prevalencia tan alta hace que entender y tratar el prurito sea un desafío importante para los médicos.

El prurito crónico puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de los pacientes. Se ha comparado la calidad de vida de aquellos que sufren de prurito crónico con la de pacientes sometidos a hemodiálisis, y los resultados han mostrado que son comparables. Esto ilustra la severidad del impacto que puede tener el prurito crónico en la vida diaria de los pacientes.

Para abordar el prurito de manera efectiva, es crucial comprender su fisiopatología. Avances recientes en la investigación han revelado el papel de diversos pruritógenos, como las interleucinas-31, -4, -13 y la linfopoyetina estromal tímica, en la generación de la picazón. Esta comprensión más profunda ha llevado a avances terapéuticos que se dirigen específicamente a estos mediadores, lo que ofrece nuevas opciones de tratamiento para los pacientes.

Al evaluar a un paciente con prurito, es importante considerar una variedad de posibles causas. La piel seca es una de las causas más comunes y fácilmente tratables de picazón. Por lo tanto, es fundamental buscar este factor como primer paso en la evaluación de un paciente con prurito. Si la piel seca no es la causa, se debe investigar la presencia de una lesión cutánea primaria asociada con la picazón.

Existen numerosas enfermedades cutáneas primarias que pueden causar prurito, incluyendo la sarna, dermatitis atópica, picaduras de insectos, pediculosis, dermatitis de contacto, reacciones a medicamentos, urticaria, psoriasis, liquen plano, pemfigoide bulloso y dermatitis de fibra de vidrio. Cada una de estas condiciones tiene características morfológicas específicas que pueden ayudar en su diagnóstico y tratamiento.

Es importante destacar que el tratamiento exitoso de la enfermedad cutánea primaria generalmente resulta en el control del prurito asociado. Por lo tanto, identificar y tratar la causa subyacente es fundamental para el manejo efectivo del prurito en los pacientes.

 

Diagnóstico

Cuando el prurito persiste sin una causa evidente relacionada con una enfermedad cutánea primaria o una erupción cutánea, es crucial considerar la posibilidad de causas sistémicas subyacentes. Esto se debe a que el prurito puede ser un síntoma de una variedad de trastornos que afectan todo el cuerpo, y abordar la causa subyacente es fundamental para un manejo efectivo.

El prurito puede ser el resultado de una disfunción en diversos sistemas del cuerpo. Por lo tanto, al enfrentarse a un prurito persistente sin una causa cutánea clara, se debe realizar un análisis por etapas para investigar posibles causas sistémicas.

Entre las causas sistémicas comunes asociadas con el prurito se encuentran los trastornos endocrinos, como el hipotiroidismo, el hipertiroidismo y el hiperparatiroidismo. Estos trastornos pueden afectar el equilibrio hormonal del cuerpo, lo que a su vez puede desencadenar síntomas como el prurito.

Los trastornos psiquiátricos también pueden estar asociados con el prurito persistente. El estrés, la ansiedad y la depresión pueden desencadenar o exacerbar la sensación de picazón, y en algunos casos, el prurito puede ser un síntoma de un trastorno psiquiátrico subyacente.

Además, el prurito puede ser un signo de enfermedades más serias, como linfoma, leucemia y otros trastornos malignos internos. Estos tipos de cáncer pueden provocar una variedad de síntomas sistémicos, incluido el prurito, que a menudo es persistente y no se alivia con tratamientos tópicos.

Otras causas sistémicas de prurito pueden incluir anemia por deficiencia de hierro, infección por VIH, hipercalcemia, niveles bajos de vitamina D, colestasis (obstrucción del flujo biliar) y algunos trastornos neurológicos.

Ciertos medicamentos también pueden causar prurito como efecto secundario. Por ejemplo, los bloqueadores de los canales de calcio son conocidos por causar prurito, a veces incluso años después de haber comenzado el tratamiento. En estos casos, el prurito puede persistir durante algún tiempo después de suspender el medicamento.

 

Tratamiento

Tratamiento del prurito crónico y mala respuesta a los antihistamínicos: El prurito crónico puede ser desafiante de tratar, ya que puede estar asociado con una variedad de condiciones médicas subyacentes y no siempre responde a los tratamientos convencionales. A menudo, los pacientes experimentan poca mejoría con antihistamínicos, ya que la mayoría de los casos de prurito no están directamente relacionados con la liberación de histamina en la piel. Esto significa que los antihistamínicos, que son medicamentos diseñados para bloquear los efectos de la histamina, pueden no ser efectivos para aliviar el prurito en estos casos.

Aplicación de cremas emolientes: Las cremas emolientes son importantes en el manejo del prurito, especialmente en casos de piel seca. Se prefieren sobre las lociones debido a su mayor contenido de aceite y capacidad para proporcionar una mayor hidratación y barrera cutánea. Se recomienda aplicarlas generosamente desde el cuello hasta los pies inmediatamente después de secarse con la toalla, ya que la piel húmeda ayuda a retener la humedad. Además, se debe aplicar nuevamente al menos una vez al día para mantener la piel hidratada y ayudar a reducir el prurito.

Tratamiento del prurito neuropático: El prurito neuropático es causado por disfunción del sistema nervioso y responde mejor a medicamentos que actúan sobre las vías neuronales. Medicamentos como la gabapentina y la pregabalina son agentes antiepilépticos que también se utilizan para el tratamiento del dolor neuropático y el prurito neuropático. Se administran en dosis específicas, como 300 mg de gabapentina por vía oral alrededor de las 4 pm y una segunda dosis de 600 mg por vía oral a la hora de acostarse, o 150 mg de pregabalina por vía oral al día.

Tratamiento combinado para casos refractarios: En casos de prurito crónico refractario, donde los tratamientos convencionales no son efectivos, se pueden intentar combinaciones de medicamentos para abordar diferentes vías de transmisión del prurito. Esto puede incluir antihistamínicos, sinequan (doxepina), gabapentina, pregabalina, mirtazapina y antagonistas opioides, entre otros, en dosis y combinaciones específicas según la evaluación del médico.

Tratamiento del prurito asociado con cáncer u otras condiciones: En casos de prurito asociado con cáncer u otras condiciones graves, se pueden utilizar medicamentos específicos como el aprepitante, que es un antagonista del receptor de neuroquinas, para aliviar el prurito. Este medicamento se administra en una dosis de 80 mg por vía oral al día durante varios días y puede ser dramáticamente efectivo para controlar el prurito en estos casos.

Tratamiento del prurito asociado con uremia, hemodiálisis y enfermedad hepática: En pacientes con prurito asociado con uremia (acumulación de productos de desecho en la sangre debido a la disfunción renal), hemodiálisis o enfermedad hepática, se pueden utilizar enfoques específicos como la fototerapia con UVB o PUVA para aliviar el prurito. Además, medicamentos como la gabapentina o la mirtazapina pueden ser útiles para controlar el prurito en la enfermedad renal crónica. Estos tratamientos pueden ser parte de un enfoque integral para abordar el prurito en pacientes con estas condiciones médicas.

 

Pronóstico

La gestión del prurito implica entender sus diversas causas y mecanismos subyacentes. A menudo, el alivio del prurito puede lograrse mediante la identificación y eliminación de factores externos y agentes irritantes que pueden estar desencadenando o exacerbando la sensación de picazón.

Cuando se trata de prurito causado por agentes externos, como productos químicos irritantes, alérgenos o ciertos materiales, la eliminación de estos factores puede resultar en un alivio completo del síntoma. Por ejemplo, evitar el contacto con detergentes fuertes, prendas de vestir que causen rozaduras o productos de cuidado personal que contengan ingredientes irritantes puede reducir significativamente el prurito en personas sensibles a estos estímulos.

En el caso del prurito asociado con enfermedades específicas de la piel, como dermatitis atópica, psoriasis o urticaria, el control efectivo de la enfermedad cutánea puede conducir a una disminución del prurito. Esto se debe a que el prurito muchas veces está directamente relacionado con la inflamación y la irritación de la piel causadas por estas condiciones. Al tratar la enfermedad subyacente y reducir la inflamación, se puede experimentar un alivio significativo del prurito.

Sin embargo, cuando el prurito acompaña a una enfermedad interna grave, como insuficiencia renal, enfermedades hepáticas avanzadas, linfoma u otros trastornos sistémicos, la situación puede ser más compleja. En estos casos, el prurito puede persistir a pesar del tratamiento adecuado de la enfermedad subyacente. Esto se debe a que el prurito puede estar mediado por mecanismos fisiopatológicos complejos que no se resuelven completamente con la terapia dirigida a la enfermedad primaria.

El prurito asociado con enfermedades sistémicas graves a menudo se considera multifactorial, con contribuciones tanto de factores locales en la piel como de factores sistémicos que afectan la sensación de picazón a nivel neurológico y bioquímico. En tales casos, el prurito puede ser resistente a diversos tratamientos y puede requerir un enfoque multidisciplinario que aborde tanto los aspectos médicos como los síntomas asociados, como el dolor o la ansiedad.

 

 

Homo medicus


Originally posted on 31 de mayo de 2024 @ 10:58 PM

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