¿Qué es la inmunización pasiva?

¿Qué es la inmunización pasiva?
¿Qué es la inmunización pasiva?

La inmunización pasiva implica la administración de anticuerpos preformados para proporcionar una protección inmediata, pero temporal, contra una infección o exposición a una toxina. Aunque es eficaz a corto plazo, no induce una memoria inmunológica duradera y, por lo tanto, proporciona inmunidad temporal. Este enfoque es valioso en situaciones de emergencia donde se necesita una respuesta rápida, pero no puede reemplazar la inmunización activa, que confiere inmunidad a largo plazo al estimular el sistema inmunológico.

 

inmunización pasiva

La inmunización pasiva se diferencia de la inmunización activa, como la que se logra con las vacunas, en que en lugar de estimular al sistema inmunológico para que produzca sus propios anticuerpos, en la inmunización pasiva se suministran anticuerpos preformados, ya elaborados y listos para actuar. Estos anticuerpos provienen de donantes o animales previamente inmunizados contra un patógeno específico o una toxina.

La gran ventaja de la inmunización pasiva es la rapidez de la respuesta. Los anticuerpos preformados están disponibles de inmediato y pueden neutralizar la infección de manera efectiva sin necesidad de que el sistema inmunológico los produzca, lo que lleva tiempo. Sin embargo, esta inmunidad es temporal, ya que los anticuerpos tienen una vida útil limitada en el organismo y se descomponen con el tiempo.

Un aspecto importante es que la inmunización pasiva no genera una memoria inmunológica duradera, a diferencia de la inmunización activa. Esto significa que el receptor de los anticuerpos preformados no retiene información sobre el antígeno y no está preparado para montar una respuesta inmunológica rápida en caso de futura exposición al mismo patógeno.

La inmunización pasiva tiene usos específicos en situaciones que requieren una respuesta inmediata, como en casos de picaduras de serpientes venenosas, exposición a enfermedades como la hepatitis B o el tétanos, o como tratamiento en infecciones graves como el tétanos o la rabia. La duración de la protección es limitada y puede requerir dosis repetidas en ciertos casos, especialmente en situaciones de riesgo continuo.

 

Aplicación de la inmunización pasiva

La inmunización pasiva es un enfoque crucial en la prevención y el tratamiento de enfermedades infecciosas y a menudo se utiliza en situaciones específicas en las que la inmunización activa no es factible o no ha tenido tiempo para ser efectiva. Aquí se explica ampliamente por qué la inmunización pasiva se indica típicamente para proteger a las personas inmediatamente antes de una exposición prevista o poco después de una exposición conocida o presunta a un agente infeccioso:

  • Rápida protección: La inmunización pasiva proporciona una protección casi inmediata. Esto es esencial en situaciones en las que se necesita una respuesta inmediata para prevenir o tratar una infección. En comparación con la inmunización activa, que requiere tiempo para que el sistema inmunológico genere una respuesta protectora, la inmunización pasiva actúa de inmediato al suministrar anticuerpos preformados.
  • Prevención de infecciones en situaciones de alto riesgo: En algunos escenarios, las personas pueden enfrentar un alto riesgo de exposición a agentes infecciosos. Por ejemplo, los trabajadores de la salud que atienden a pacientes con enfermedades altamente contagiosas, como la viruela o la COVID-19, pueden recibir inmunización pasiva antes de la exposición como medida de prevención.
  • Exposiciones conocidas o sospechosas: Cuando se sabe que una persona ha estado expuesta a un patógeno o existe una fuerte sospecha de exposición, la inmunización pasiva puede administrarse para neutralizar el agente infeccioso antes de que cause daño. Por ejemplo, en casos de exposición a la rabia, se administra la inmunización pasiva con anticuerpos antirrábicos para evitar que el virus se propague en el cuerpo.
  • Protección en situaciones de emergencia: La inmunización pasiva se utiliza en situaciones de emergencia, como brotes de enfermedades infecciosas, para prevenir la propagación rápida de la enfermedad. Puede ser una estrategia efectiva para proteger a las personas en riesgo.
  • Inmunodeficiencia o falta de respuesta inmunológica adecuada: En algunas personas con sistemas inmunológicos debilitados o que no responden adecuadamente a la inmunización activa, la inmunización pasiva puede ser la única opción para proporcionar protección inmediata. Esto es común en pacientes inmunocomprometidos, como aquellos que han recibido trasplantes de órganos o que están bajo tratamiento con inmunosupresores.
  • Falta de vacunas efectivas: En ciertos casos, no hay vacunas disponibles o eficaces para proteger contra un agente infeccioso específico. La inmunización pasiva puede llenar este vacío al proporcionar una forma de protección.

 

Inmunoglobulinas
  • Inmunoglobulina antitimocítica (ATG): La ATG es un suero de caballo que contiene anticuerpos policlonales y se utiliza en trasplantes de órganos para prevenir o tratar el rechazo. También se emplea en el tratamiento de ciertos trastornos autoinmunes.
  • Inmunoglobulina antirrábica: Este tipo de inmunoglobulina se administra después de una posible exposición a la rabia y se utiliza para prevenir la infección.
  • Inmunoglobulina antitético (TIG): La TIG se usa para prevenir la infección de tétanos después de heridas contaminadas. También se utiliza en situaciones de exposición al tétanos.
  • Inmunoglobulina varicela-zóster (VZIG): La VZIG se emplea para prevenir la varicela o el herpes zóster en situaciones de alto riesgo, como en personas inmunocomprometidas.
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Antitoxinas
  • Antitoxina diftérica: Se utiliza para tratar casos de difteria, una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Corynebacterium diphtheriae. La antitoxina diftérica se administra para neutralizar la toxina diftérica, que puede causar daño en el sistema respiratorio y otros órganos.
  • Antitoxina tetánica: Se utiliza para tratar infecciones de tétanos, causadas por la bacteria Clostridium tetani. La antitoxina tetánica se administra después de heridas contaminadas para neutralizar la toxina tetánica, que puede causar espasmos musculares y parálisis.
  • Antitoxina botulínica: Se emplea para tratar el botulismo, una intoxicación alimentaria causada por la bacteria Clostridium botulinum. La antitoxina botulínica se utiliza para neutralizar la toxina botulínica, que provoca debilidad muscular y parálisis.
  • Antitoxina venenosa: Se utiliza en casos de envenenamiento por picaduras de serpientes venenosas o arañas. Las antitoxinas específicas se administran para neutralizar las toxinas presentes en el veneno y reducir los efectos tóxicos en el organismo.
  • Antitoxina de escorpiones: Se utiliza para tratar envenenamiento por picaduras de escorpiones. La antitoxina específica se administra para neutralizar las toxinas presentes en el veneno del escorpión y aliviar los síntomas.
  • Antitoxina de arañas viudas negras: En casos de picaduras de arañas viudas negras, se administra una antitoxina específica para neutralizar las toxinas de la picadura, lo que ayuda a aliviar el dolor y otros síntomas.
  • Antitoxina de abejas: En situaciones de alergia severa a las picaduras de abejas, se puede administrar una antitoxina para contrarrestar los efectos de las toxinas liberadas por las picaduras y evitar una reacción alérgica potencialmente mortal.

 

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