Cuando el organismo se encuentra en alcalosis, la secreción tubular de iones de hidrógeno debe ser muy baja para que de esta forma el bicarbonato filtrado se resorba por completo.
A su vez cuando el organismo se encuentra en acidosis, la secreción tubular de iones de hidrógeno debe ser alta lo que provoca una reabsorción de todo el bicarbonato filtrado y a la vez deja iones de hidrógeno suficientes combinarse con amortiguadores, lo que contribuye con más bicarbonato nuevo que es vertido a la sangre.
Las principales señales homeostáticas que influyen en la secreción tubular de iones de hidrógeno son: la presión arterial del dióxido de carbono y el pH arterial.
El incremento de la PaCO2, durante la acidosis respiratoria incrementa la secreción de iones de hidrógeno. La disminución de la PaCO2, como sucede durante la alcalosis respiratoria ocasiona que la secreción de iones hidrógeno disminuya.
Los efectos sobre la secreción de iones hidrógeno no dependen de las características intrínsecas de la molécula de CO2, sino a los de la presión arterial de Dióxido de carbono (PaCO2) alterada sobre el pH intracelular renal.
Las membranas tubulares son permeables al CO2, un aumento de la Pco2 arterial produce un incremento equivalente de la Pco2 dentro de las células tubulares.
El incremento de la PaCO2 en el interior de las células, origina un incremento en la producción de iones de hidrógeno y bicarbonato a partir de agua y CO2, elevando a su vez la concentración intracelular de iones de hidrógeno y la tasa de secreción de iones de hidrógeno.
Un pH extracelular disminuido actúa directamente sobre las células tubulares, disminuyendo también el pH intracelular, lo que estimula la secreción de iones de hidrógeno. El aumento del pH extracelular aumenta el pH en el interior de las células.
El aumento de la secreción de iones de hidrógeno eleva la concentración de bicarbonato del plasma y en consecuencia restablece la normalidad del pH plasmático.
Cuando el pH es bajo debida a la concentración de bicarbonato baja, el bicarbonato producido gracias a la secreción de iones hidrógeno, restablece la concentración normal y en consecuencia, el pH.
