¿Qué son las infecciones anaeróbicas?

¿Qué son las infecciones anaeróbicas?
¿Qué son las infecciones anaeróbicas?

Las infecciones anaeróbicas tienden a ser polimicrobianas y los abscesos son comunes.  Los anaerobios son organismos que sobreviven y se reproducen en ausencia de oxígeno molecular. Este tipo de ambiente se encuentra comúnmente en áreas del cuerpo humano donde la circulación sanguínea es deficiente o está obstruida, como los abscesos, las heridas profundas o las cavidades corporales. En tales sitios, la disponibilidad de oxígeno es limitada, lo que crea condiciones propicias para el crecimiento de bacterias anaeróbicas.

La característica polimicrobiana de las infecciones anaeróbicas surge de la compleja interacción entre diferentes especies bacterianas. Estas bacterias pueden cooperar entre sí, proporcionando un ambiente favorable para el crecimiento y la supervivencia de otras especies. Además, la presencia de una variedad de microorganismos en un sitio de infección puede dificultar el tratamiento, ya que cada especie puede tener diferentes susceptibilidades a los antibióticos.

Los abscesos son comunes en las infecciones anaeróbicas debido a la capacidad de estos microorganismos para formar comunidades microbianas densas y encapsuladas dentro del tejido infectado. La falta de oxígeno en el centro del absceso favorece el crecimiento de bacterias anaeróbicas, lo que lleva a la formación de pus, un fluido compuesto principalmente por leucocitos muertos, bacterias, células muertas y fluido tisular.

La presencia de pus y tejido infectado malolientes en las infecciones anaeróbicas se debe a la descomposición de proteínas por parte de las bacterias anaeróbicas, que produce compuestos volátiles de azufre responsables del olor característico.

La tromboflebitis séptica y la infección metastásica son complicaciones comunes de las infecciones anaeróbicas debido a la capacidad de estos microorganismos para diseminar a través del torrente sanguíneo. La formación de coágulos sanguíneos en los vasos sanguíneos (tromboflebitis) puede facilitar la propagación de bacterias hacia otras partes del cuerpo, lo que resulta en la infección de sitios distantes (infección metastásica).

Además, la disminución del suministro sanguíneo en los sitios de infección anaeróbica puede interferir con la entrega de antimicrobianos al sitio de la infección, lo que dificulta el tratamiento efectivo de estas infecciones. La falta de oxígeno en el tejido infectado también puede reducir la eficacia de los antibióticos que dependen del metabolismo aeróbico bacteriano para ejercer su actividad antimicrobiana.

Los cultivos microbiológicos son una herramienta fundamental en el diagnóstico de infecciones, ya que permiten identificar los microorganismos responsables y determinar su susceptibilidad a los antimicrobianos. Sin embargo, los cultivos pueden arrojar resultados negativos en el caso de infecciones causadas por organismos anaeróbicos si no se recolectan cuidadosamente en condiciones anaeróbicas. Esto se debe a varias razones relacionadas con la naturaleza de los anaerobios y las condiciones necesarias para su crecimiento y supervivencia.

Los organismos anaeróbicos son sensibles al oxígeno y pueden morir o inhibirse en presencia de este gas. Por lo tanto, si los cultivos no se recolectan adecuadamente en condiciones anaeróbicas, los anaerobios pueden no crecer en el medio de cultivo o pueden ser superados por organismos aeróbicos que se desarrollan mejor en presencia de oxígeno.

Además, los anaerobios son microorganismos de crecimiento lento y pueden requerir condiciones específicas de pH, temperatura y nutrientes para crecer adecuadamente en el medio de cultivo. Si estas condiciones no se cumplen, los anaerobios pueden no ser detectados en los cultivos, lo que lleva a resultados negativos.

Es importante tener en cuenta que algunos anaerobios son microorganismos fastidiosos y pueden ser difíciles de cultivar incluso en condiciones anaeróbicas óptimas. Esto se debe a su sensibilidad a los cambios ambientales y a la presencia de sustancias inhibidoras en el medio de cultivo.

El tratamiento de estas infecciones a menudo implica una combinación de exploración quirúrgica y extirpación juiciosa del tejido infectado, junto con la administración de medicamentos antimicrobianos. La cirugía es necesaria para drenar abscesos, eliminar tejido necrótico y reducir la carga bacteriana. Los antimicrobianos se utilizan para eliminar las bacterias restantes y prevenir la recurrencia de la infección. Es crucial elegir los antimicrobianos adecuados según la susceptibilidad del microorganismo identificado en los cultivos, lo que resalta la importancia de recolectar muestras cuidadosamente y en condiciones adecuadas para optimizar la detección de organismos anaeróbicos.

 

 

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