La capsulitis adhesiva, también conocida como «hombro congelado», es una afección caracterizada por la inflamación aguda de la cápsula articular del hombro, que posteriormente conduce a la formación de cicatrices y un proceso de remodelación del tejido afectado. Esta respuesta inflamatoria en la cápsula articular es generalmente el resultado de una lesión en el hombro, que probablemente desencadena la activación de células cebadas (mastocitos) y la liberación de factores de crecimiento y citoquinas. Estos mediadores biológicos son fundamentales en el proceso inflamatorio y en la formación de fibrosis, contribuyendo a la restricción del movimiento articular y la pérdida progresiva de la funcionalidad del hombro.
La capsulitis adhesiva es una condición que se presenta con mayor frecuencia en personas entre los 40 y los 65 años de edad, y su prevalencia es mayor en mujeres que en hombres, especialmente en mujeres perimenopáusicas o en individuos que padecen trastornos endocrinos, como la diabetes mellitus o enfermedades tiroideas. Esta condición se asocia también con un aumento en su incidencia en situaciones de trauma en el hombro, como ocurre después de una cirugía ortopédica, o en el contexto del tratamiento del cáncer de mama, como la mastectomía. En estos casos, la cirugía o el tratamiento pueden inducir un estado proinflamatorio en la región del hombro, favoreciendo la aparición de la enfermedad.
Aunque la capsulitis adhesiva es una enfermedad autolimitada, es decir, que tiende a resolverse con el tiempo, su impacto en la calidad de vida de los pacientes es considerable, debido a la significativa discapacidad que ocasiona. La rigidez progresiva del hombro y el dolor persistente limitan de forma drástica la capacidad de realizar actividades cotidianas, afectando tanto la movilidad como la funcionalidad general de la articulación afectada. Esta condición requiere un manejo adecuado, que puede incluir tratamiento farmacológico, fisioterapia e, incluso, en casos graves, intervención quirúrgica.
Manifestaciones clínicas
Los pacientes con capsulitis adhesiva suelen presentar un dolor intenso en el hombro, acompañado de una restricción significativa en el rango de movimiento, tanto en los movimientos activos como pasivos. Uno de los signos clínicos más útiles en el diagnóstico de esta patología es la limitación del movimiento de rotación externa del hombro cuando el codo está pegado al costado del tronco, un indicio clave de rigidez capsular. La fuerza muscular suele ser normal, aunque puede percibirse disminuida debido al dolor que limita la capacidad del paciente para realizar movimientos de manera eficaz.
La evolución de la capsulitis adhesiva se divide en tres fases, cada una con características clínicas específicas: la fase inflamatoria, la fase de congelación y la fase de descongelación. En la fase «inflamatoria», que generalmente dura entre 4 y 6 meses, los pacientes experimentan un dolor intenso en el hombro, sin que se encuentren hallazgos clínicos evidentes que sugieran traumatismo, fractura o desgarro del manguito rotador. Esta fase se caracteriza por una inflamación de la cápsula articular, que provoca un dolor agudo, a menudo incapacitante, sin una causa traumática evidente.
A medida que la enfermedad progresa hacia la fase «de congelación», que también suele durar entre 4 y 6 meses, el dolor tiende a disminuir gradualmente, pero el hombro se vuelve cada vez más rígido. Esta rigidez no se acompaña de un aumento significativo en el dolor, sino que la limitación del movimiento se hace más pronunciada. El paciente experimenta una dificultad creciente para mover el hombro, lo que afecta gravemente su capacidad para realizar actividades diarias.
La fase final es la fase de «descongelación», que puede durar hasta un año. Durante esta etapa, el hombro comienza a recuperar lentamente su movilidad, a medida que el proceso de remoción de la fibrosis y la remodelación del tejido capsular avanzan. Sin embargo, incluso en esta fase, el movimiento del hombro puede seguir siendo limitado, y la recuperación total de la funcionalidad puede ser lenta y gradual.
Exámenes diagnósticos
Las radiografías estándar en proyección anteroposterior (AP), axilar y lateral de la articulación glenohumeral son herramientas diagnósticas clave para descartar otras patologías que puedan presentar síntomas similares a la capsulitis adhesiva, como la artritis glenohumeral. Esta última también se manifiesta con una limitación del rango de movimiento tanto activo como pasivo del hombro, lo que puede generar confusión clínica en el diagnóstico. Las imágenes radiográficas permiten evaluar posibles signos de daño articular, como el estrechamiento del espacio articular o la presencia de osteofitos, que son característicos de la artritis glenohumeral. Al identificar estos hallazgos, se puede confirmar que la causa de la limitación del movimiento es de origen artrósico y no relacionado con la capsulitis adhesiva.
Además, las radiografías son útiles para descartar otras afecciones que pueden presentar una clínica similar, como la tendinitis calcificante. Esta es una condición inflamatoria aguda en la que se desarrollan depósitos de calcio en los tendones del hombro, particularmente en el tendón del manguito rotador. Los depósitos de calcio son fácilmente visibles en las radiografías como áreas radiopacas dentro del tejido blando, lo que permite diferenciarlas de otras patologías. La tendinitis calcificante, a pesar de que también causa dolor y limitación en el rango de movimiento, tiene un mecanismo patológico diferente, centrado en la calcificación de los tendones, lo cual es evidente en las imágenes.
Sin embargo, la capsulitis adhesiva se diagnostica principalmente de manera clínica, basándose en la historia del paciente, los síntomas típicos de dolor intenso y rigidez, y la limitación progresiva del movimiento en las tres direcciones principales de la articulación del hombro. Aunque las radiografías y otras pruebas de imagen pueden ser útiles para descartar otras enfermedades que puedan simular la capsulitis adhesiva, esta última no requiere un trabajo diagnóstico extenso. Los hallazgos radiológicos suelen ser normales en la capsulitis adhesiva, y el diagnóstico definitivo se realiza observando la progresión de los síntomas y la respuesta a los tratamientos conservadores. De hecho, la capsulitis adhesiva es una condición autolimitada que, con el manejo adecuado, generalmente sigue un curso predecible y no requiere intervenciones diagnósticas complejas.
Tratamiento
Durante las fases «inflamatoria» y «de congelación» de la capsulitis adhesiva, el tratamiento farmacológico con medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINEs) y la fisioterapia son fundamentales para ayudar a mantener el rango de movimiento del hombro, a pesar de la rigidez y el dolor que caracterizan estas fases. Los AINEs tienen un efecto analgésico y antiinflamatorio que puede reducir la intensidad del dolor y controlar la inflamación en las primeras etapas de la enfermedad, lo que facilita la rehabilitación y la movilización de la articulación. A su vez, la fisioterapia es crucial en estas fases para evitar la atrofia muscular y preservar la funcionalidad articular. Los ejercicios de estiramiento y fortalecimiento ayudan a contrarrestar la rigidez progresiva y mantener la mayor amplitud de movimiento posible.
En cuanto a los tratamientos farmacológicos, existe evidencia que respalda el uso de inyecciones de corticosteroides intraarticulares o de prednisona oral en el manejo de la capsulitis adhesiva, especialmente en las fases iniciales. Un metaanálisis mostró que la inyección de corticosteroides intraarticulares proporcionó un alivio del dolor superior al de los AINEs durante las primeras 8 semanas de tratamiento. Sin embargo, después de este período, no se observaron diferencias significativas en el rango de movimiento ni en la intensidad del dolor entre los pacientes que recibieron corticosteroides y los que tomaron AINEs. Estos hallazgos sugieren que el beneficio de los corticosteroides es principalmente a corto plazo, y la diferencia en la eficacia se diluye con el tiempo, un patrón que también ha sido observado en otros estudios no controlados.
Además, un estudio específico demostró que el tratamiento con 30 mg diarios de prednisona durante 3 semanas mostró una mejoría en los síntomas a las 6 semanas, pero sin un beneficio adicional a las 12 semanas. Esto sugiere que, si bien los corticosteroides pueden ofrecer alivio del dolor a corto plazo, su impacto en la recuperación funcional a largo plazo es limitado.
Durante la fase «de congelación», aunque el dolor puede disminuir, la rigidez persiste, lo que hace que la efectividad de los medicamentos antiinflamatorios disminuya. En esta etapa, el tratamiento tiende a centrarse más en la fisioterapia para mejorar la movilidad de la articulación. En la fase «de descongelación», los síntomas suelen resolver gradualmente por sí solos, sin necesidad de intervenciones farmacológicas agresivas, ya que el proceso de remodelación del tejido articular va favoreciendo la recuperación.
En cuanto a los tratamientos quirúrgicos, estos son raramente necesarios y generalmente se reservan para los casos más graves o persistentes de capsulitis adhesiva. Entre las opciones quirúrgicas disponibles, la manipulación bajo anestesia y la liberación artroscópica son procedimientos que pueden ser efectivos para liberar la cápsula articular adherida, pero se indican solo cuando los tratamientos conservadores no han tenido éxito y los síntomas interfieren significativamente con la calidad de vida del paciente. Sin embargo, la mayoría de los pacientes experimentan una recuperación sustancial sin necesidad de cirugía, ya que la enfermedad suele seguir un curso autolimitado, resolviéndose de manera espontánea con el tiempo.

Fuente y lecturas recomendadas:
- Alsubheen SA et al. Effectiveness of nonsurgical interventions for managing adhesive capsulitis in patients with diabetes: a systematic review. Arch Phys Med Rehabil. 2019;100:350. [PMID: 30268804]
- Cho CH et al. Treatment strategy for frozen shoulder. Clin Orthop Surg. 2019;11:249. [PMID: 31475043]
- Leafblad N et al. Adhesive capsulitis. Phys Med Rehabil Clin N Am. 2023;34:453. [PMID: 37003663]