Causas frecuentes de tos aguda y tos crónica

Causas frecuentes de tos aguda y tos crónica
Causas frecuentes de tos aguda y tos crónica

La distinción entre los síndromes de tos aguda, persistente y crónica es un paso crucial en la evaluación clínica debido a las variaciones en su etiología, tratamiento y pronóstico. Este enfoque estratificado permite una aproximación precisa y eficaz a la condición del paciente. La tos aguda, generalmente, se origina por infecciones virales del tracto respiratorio, mientras que la tos persistente puede vincularse con condiciones como el goteo posnasal crónico, el asma o la bronquitis. Por otro lado, la tos crónica está más relacionada con enfermedades pulmonares crónicas como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la fibrosis pulmonar idiopática o el cáncer de pulmón.

La identificación precisa del tipo de tos influye en las decisiones terapéuticas. Mientras que la tos aguda puede resolverse con medidas simples como el reposo y la hidratación, la tos persistente puede requerir tratamientos específicos dirigidos a la causa subyacente. Por ejemplo, el tratamiento del goteo posnasal crónico puede implicar el uso de antihistamínicos o corticosteroides intranasales, mientras que el asma puede requerir broncodilatadores o corticosteroides inhalados. El manejo de la tos crónica es más complejo e implica abordar las enfermedades subyacentes y posiblemente requerir una evaluación más exhaustiva y seguimiento a largo plazo.

La duración de la tos influye en el pronóstico y en la necesidad de una evaluación más profunda. Una tos aguda persistente puede indicar complicaciones o condiciones subyacentes que requieren una evaluación detallada. Por ejemplo, la presencia de disnea asociada con una tos prolongada puede requerir una evaluación adicional para descartar enfermedades pulmonares crónicas.

El momento y el carácter de la tos no son siempre indicativos de la causa subyacente de los síndromes de tos aguda debido a la diversidad de condiciones que pueden desencadenarla. Aunque existen ciertos patrones asociados con ciertas enfermedades, estos no son suficientes para establecer un diagnóstico definitivo. Por ejemplo, el asma con variantes de la tos puede manifestarse con tos nocturna prominente en adultos, pero esta característica no es exclusiva de esta enfermedad y puede observarse en otras afecciones respiratorias como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o la bronquitis crónica.

La pérdida del olfato o del gusto que acompaña a una nueva enfermedad de la tos puede ser específica de ciertas condiciones, pero no es sensible a la infección por COVID-19. Aunque la pérdida del olfato y del gusto se ha reconocido como un síntoma común en algunos pacientes con COVID-19, su ausencia no descarta la posibilidad de infección, ya que no todos los pacientes afectados presentan estos síntomas.

La presencia de emesis posttusiva o un whoop inspiratorio en adultos puede aumentar modestamente la probabilidad de tosferina, una enfermedad bacteriana altamente contagiosa causada por Bordetella pertussis. Sin embargo, la ausencia de tos paroxística y la presencia de fiebre pueden disminuir la probabilidad de esta enfermedad. La tosferina es más común en niños, pero puede ocurrir en adultos y puede pasar desapercibida debido a la falta de tos paroxística característica observada en los niños.

En pacientes con insuficiencia cardíaca (IC) o fiebre del heno (rinitis alérgica), así como en aquellos con factores de riesgo ocupacionales como los trabajadores agrícolas, se deben considerar causas poco comunes de tos aguda. Por ejemplo, la IC puede provocar tos nocturna debido a la acumulación de líquido en los pulmones, mientras que la exposición a alérgenos en el caso de la fiebre del heno o a agentes irritantes en el entorno laboral puede desencadenar una respuesta de tos.

 

 

Tos persistente y crónica

La tos persistente y crónica requiere una evaluación exhaustiva debido a su diversa etiología y las implicaciones clínicas que conlleva. En primer lugar, se destaca que la tos aguda, generalmente desencadenada por infecciones agudas del tracto respiratorio, tiende a resolverse en más del 90 % de los pacientes dentro de las tres semanas posteriores al inicio de la infección. Esta resolución es característica y esperada, lo que sugiere la necesidad de investigar las causas subyacentes cuando la tos persiste más allá de este período.

La tosferina debe ser considerada en casos de tos persistente o grave que persiste más allá de las tres semanas y que no ha respondido adecuadamente a la inmunización con la vacuna Tdap, especialmente en aquellos expuestos a personas con tosferina confirmada. Además, en áreas geográficas donde la prevalencia de la tosferina es alta, esta consideración es especialmente relevante, aunque la determinación precisa de su prevalencia puede ser complicada debido a las limitaciones en la sensibilidad de las pruebas de diagnóstico.

Cuando se excluyen la infección aguda del tracto respiratorio y las anomalías radiográficas torácicas, la tos persistente y crónica suele estar asociada con el goteo postnasal, el asma variante de la tos o la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), o una combinación de estas condiciones. Estas entidades son comunes y, por lo tanto, son importantes consideraciones en la evaluación diagnóstica de la tos persistente.

En aproximadamente el 10 % de los casos, la tos persistente y crónica puede ser causada por bronquitis eosinofílica no asmática. Este subtipo de tos requiere un enfoque terapéutico específico, lo que subraya la importancia de una evaluación precisa para determinar la causa subyacente de la tos persistente y guiar el tratamiento adecuado.

Además, la presencia de disnea, aunque no es comúnmente reportada en pacientes con tos persistente, puede indicar la presencia de enfermedades subyacentes como enfermedad pulmonar crónica, insuficiencia cardíaca, anemia, enfermedad pulmonar intersticial o hipertensión pulmonar. Este hallazgo justifica una evaluación adicional para identificar y abordar adecuadamente las comorbilidades asociadas a la tos persistente y crónica.

El carcinoma broncogénico es uno de los tipos más comunes de cáncer de pulmón, y su sospecha surge cuando se presentan ciertos síntomas característicos. La tos, en particular, cuando está acompañada de otros signos como la pérdida de peso inexplicada, la hemoptisis (expectoración de sangre), y fiebres con sudores nocturnos, puede ser indicativa de esta enfermedad. Es importante destacar que estas señales son especialmente relevantes en individuos con antecedentes significativos de exposición al tabaco o a ciertos agentes laborales, como el asbesto, el radón, los gases de escape de diésel y ciertos metales. Esto se debe a que estas sustancias aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón.

La presencia de una tos persistente y crónica, acompañada de un exceso de flema, puede sugerir la presencia de otras enfermedades pulmonares, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Esta asociación es aún más relevante si el paciente tiene antecedentes de tabaquismo, ya que el tabaco es uno de los principales factores de riesgo para desarrollar EPOC. Además, si la tos crónica se asocia con antecedentes de neumonía recurrente o complicada, puede indicar la presencia de bronquiectasia, una condición caracterizada por la dilatación irreversible de los bronquios.

En el proceso diagnóstico, las radiografías de tórax desempeñan un papel fundamental para evaluar posibles anomalías estructurales y para identificar la presencia de tumores pulmonares, lo que puede ayudar a confirmar o descartar la sospecha de carcinoma broncogénico.

Una tos crónica acompañada de sequedad en los ojos puede ser un indicio del síndrome de Sjögren, una enfermedad autoinmune que afecta las glándulas productoras de saliva y lágrimas, entre otras estructuras. Finalmente, una tos seca y persistente puede ser el primer síntoma de fibrosis pulmonar idiopática, una enfermedad pulmonar intersticial crónica de causa desconocida que se caracteriza por el endurecimiento y cicatrización del tejido pulmonar, lo que dificulta la respiración.

 

 

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