¿Cómo surge la disnea?

¿Cómo surge la disnea?
¿Cómo surge la disnea?

La disnea es una “experiencia subjetiva de incomodidad respiratoria que consiste en sensaciones cualitativamente distintivas cuya intensidad es variable. Tal experiencia se debe a interacciones entre múltiples factores fisiológicos, psicológicos, sociales y ambientales, y puede inducir respuestas fisiológicas y conductuales secundarias”.

La disnea es un síntoma que sólo puede percibir la persona que lo experimenta y por tanto ella misma lo notifica. En cambio, los signos de trabajo de la respiración aumentado, como taquipnea, uso de músculos accesorios y retracciones intercostales, pueden ser percibidos por un explorador.

La disnea es un síntoma frecuente. Es una causa común de consultas en el servicio de urgencias. El grado de disnea puede predecir los resultados cardiopatías y neumopatías crónicas.

Puede deberse a diversas causas pulmonares, cardiacas y neurológicas subyacentes, y la dilucidación de síntomas específicos puede lograr identificar una causa específica o un mecanismo desencadenante de la disnea.

Los mecanismos subyacentes de la disnea son complejos, ya que pueden originarse en diferentes sensaciones respiratorias contribuyentes. Es probable que un estado patológico específico pueda producir la sensación de disnea a través de varios mecanismos
subyacentes.

La disnea puede surgir en diversas vías, entre ellas la emisión de señales aferentes del sistema respiratorio al sistema nervioso central, señales eferentes del sistema nervioso central a los músculos respiratorios, y sobre todo cuando hay discordancia en la señalización integradora entre estas dos vías, denominada “discordancia eferente-reaferente”.

Las señales aferentes estimulan al sistema nervioso central (tronco del encéfalo o corteza) e incluyen en especial:

  • Quimiorreceptores periféricos en el cuerpo carotídeo y el arco aórtico y quimiorreceptores centrales en el bulbo raquídeo que se activan por hipoxemia, hipercapnia o acidemia, y que pueden producir una sensación de “falta de aire”.
  • Mecanorreceptores en las vías respiratorias superiores, los pulmones (incluidos los receptores de distensión e irritación y los receptores J) y la pared torácica (incluidos los husos musculares como los receptores de la distensión y órganos tendinosos que regulan la generación de fuerza) que se activan cuando aumenta la carga de trabajo por un estado patológico que produce una
    mayor resistencia de las vías respiratorias, lo cual puede relacionarse con síntomas de constricción torácica o menor distensibilidad
    pulmonar o de la pared torácica.
  • Otras señales aferentes que desencadenan la disnea en el sistema respiratorio pueden originarse por reacciones de receptores vasculares pulmonares a cambios en la presión de la arteria pulmonar y el músculo esquelético ( denominados metaborreceptores) que perciben al parecer los cambios del entorno bioquímico.

Las señales eferentes se propagan desde el sistema nervioso central (corteza motora y tronco del encéfalo) hasta los músculos respiratorios, y también se transmiten por la descarga resultante a la corteza sensorial que subyace a las sensaciones de esfuerzo respiratorio (o “trabajo de la respiración”) y tal vez contribuya a las sensaciones de “falta de aire”, sobre todo en respuesta a un aumento de la carga ventilatoria en un estado patológico.

El temor o la ansiedad puede acelerar la disnea al exacerbar la alteración fisiológica subyacente como reacción a una mayor frecuencia respiratoria o un trastorno del patrón respiratorio.

Algunos de los pacientes puede tener causas multifactoriales de la disnea.  Las causas en el sistema respiratorio comprenden:

  • enfermedades de las vías respiratorias.
  • trastornos del parénquima.
  • alteraciones que afectan la pared torácica.
  • enfermedades que afectan la vasculatura pulmonar.

Los trastornos que afectan al sistema cardiovascular y que pueden presentarse con disnea son:

  • procesos que alteran la función del hemicardio izquierdo.
  • procesos patológicos que lesionan al pericardio.

Otros trastornos subyacentes de la disnea son:

  • anemia.
  • pérdida de la condición física
  • procesos psicológicos como la ansiedad.

Una proporción sustancial de los enfermos puede tener disnea persistente pese al tratamiento del proceso subyacente, o bien es posible que no exista un proceso específico identificado causante de la disnea.

 

 

 

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