¿Cuál es el tratamiento del impétigo?
El impétigo es una infección cutánea superficial comúnmente causada por bacterias como el Staphylococcus aureus o el Streptococcus pyogenes. El tratamiento del impétigo es crucial para prevenir la propagación de la infección y evitar complicaciones.
El remojo y el fregado son medidas básicas que pueden resultar beneficiosas, especialmente en casos donde hay acumulación de pus debajo de costras gruesas. Estas acciones ayudan a limpiar la piel infectada y a facilitar la penetración de los agentes tópicos.
Los agentes tópicos, como la mupirocina, la ozenoxacina y la retapamulina, son opciones de tratamiento de primera línea para infecciones localizadas en áreas pequeñas de la piel. Estos agentes actúan directamente sobre las bacterias presentes en la piel, ayudando a eliminar la infección.
En casos más severos o en personas inmunodeprimidas, se requiere el uso de antibióticos sistémicos. La cefalexina es un ejemplo de antibiótico oral efectivo contra el impétigo, que se administra en dosis específicas para combatir la infección.
Es importante tener en cuenta que en algunos casos el Staphylococcus aureus resistente a la meticilina asociado a la comunidad (CA-MRSA) puede causar impétigo. En estos casos, se necesitan antibióticos específicos, como doxiciclina o trimetoprimsulfametoxazol (TMP-SMZ), para tratar la infección de manera efectiva.
- Cefalexina, 250 mg por vía oral cuatro veces al día, suele ser eficaz.
- Doxiciclina, 100 mg por vía oral dos veces al día
- Trimetoprim-sulfametoxazol comprimido de doble dosis por vía oral dos veces al día.
El impétigo recurrente puede estar asociado con el transporte nasal de Staphylococcus aureus. Para abordar este problema, se pueden utilizar medidas como la rifampicina y la pomada de mupirocina intranasal, que ayudan a eliminar las cepas bacterianas resistentes presentes en la nariz.
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rifampina, 300 mg por vía oral dos veces al día durante 5 días.
- pomada de mupirocina intranasal dos veces al día durante 14 días.
Además del tratamiento farmacológico, es importante adoptar medidas de higiene y prevención para reducir la propagación del impétigo. Los baños de lejía y el uso de lejía diluida para limpiar las superficies del hogar pueden ayudar a eliminar las bacterias presentes en el ambiente y prevenir nuevas infecciones.
Es fundamental evitar compartir toallas u otros objetos personales entre los miembros del hogar para prevenir la transmisión del impétigo.
En entornos hospitalarios, donde la colonización con Staphylococcus aureus resistente a la meticilina es común, se pueden implementar medidas de descolonización como lavados con clorhexidina y aplicación de mupirocina nasal para reducir el riesgo de infección por este tipo de bacterias.
Anatomía del hígado
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