¿Cuáles son los tipos de neoplasias traqueales?
La neoplasias traqueales aunque son poco comunes, la mayor parte de neoplasias traqueales primarias son carcinomas epidermoides y están relacionados con el tabaquismo; y carcinomas quísticos adenoides.
Los carcinomas epidermoides y los carcinomas quísticos adenoides representan casi 75% de todas las neoplasias traqueales. El 35% restante comprende los carcinomas microcíticos, adenocarcinomas, linfomas y otros.
Desde el punto de vista clínico, los tumores traqueales se manifiestan con tos, disnea, hemoptisis, estridor o síntomas de invasión de estructuras contiguas (como el nervio laríngeo recurrente o el esófago).
El dato radiológico más común del cáncer traqueal es la estenosis traqueal, que se encuentra en sólo 5% de los casos. Con tumores diferentes a los carcinomas epidermoides, los síntomas pueden persistir por meses porque los tumores tienen tasas de crecimiento lentas.
La etapa de presentación es avanzada, con casi 50% de los pacientes con enfermedad en etapa IV. La supervivencia a cinco años para todas las neoplasias traqueales es de 40%, pero disminuye a 15% para los individuos con enfermedad en etapa IV.
El carcinoma epidermoide a menudo se manifiesta con metástasis a los ganglios linfáticos regionales y con frecuencia no es susceptible de resección al momento de la presentación. Su conducta biológica es similar a la del carcinoma epidermoide del pulmón.
Los carcinomas quísticos adenoides, un tipo de tumor de la glándula salival, suelen crecer lento, se diseminan por vía submucosa y tienden a infiltrar sobre las vainas nerviosas en la pared traqueal. Aunque crecen en forma lenta, los carcinomas quísticos adenoides son malignos y pueden diseminarse a los ganglios linfáticos regionales, pulmón y hueso.
Diagnóstico y tratamiento
La valoración y tratamiento de pacientes con tumores traqueales incluye tomografía computarizada de cuello y tórax y broncoscopia rígida.
El broncoscopio rígido permite la valoración general de las vías respiratorias y del tumor; también permite el desbridamiento o la ablación
con láser del tumor para proporcionar alivio de la disnea. Si se considera que el tumor es susceptible de resección completa, el tratamiento preferido para estos tumores es la resección primaria y anastomosis.
Hasta 50% de la longitud de la tráquea puede ser extirpada con anastomosis primaria. La mortalidad posoperatoria, que ocurre hasta en 10% de los pacientes, se asocia con la longitud de la resección traqueal, el uso de liberación laríngea, tipo de resección y el tipo histológico del cáncer.
Los factores relacionados con mejoría de la supervivencia a largo plazo incluyen la resección completa y el uso de radiación como tratamiento auxiliar en el caso de resección incompleta.
Por su radiosensibilidad, a menudo se administra radioterapia en el posoperatorio después de la resección de carcinomas quísticos adenoides y de carcinomas epidermoides
La supervivencia a cinco y 10 años es mucho mejor para el carcinoma quístico adenoide que para el cáncer traqueal. Para pacientes con tumores no susceptibles de resección, la radioterapia puede administrarse como tratamiento primario para mejorar el control local, pero rara vez es curativo.
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