Desencadenantes de la respuesta inflamatoria sistémica

La respuesta inflamatoria es una reacción del sistema inmunológico ante una lesión o infección, cuyo objetivo es proteger el cuerpo y promover la curación. La respuesta inflamatoria es una respuesta compleja y multifactorial que implica la activación de diferentes células y la producción de múltiples mediadores.
La liberación local o sistémica de moléculas «relacionadas con los patógenos» o «relacionadas con la lesión» es uno de los principales desencadenantes de la respuesta inflamatoria. Estas moléculas incluyen, entre otras, los patrones moleculares asociados a patógenos (PAMPs), los patrones moleculares asociados al daño (DAMPs) y los mediadores proinflamatorios.
Los PAMPs son moléculas asociadas a patógenos, como las bacterias, los virus o los hongos, que son reconocidas por los receptores del sistema inmune, como los receptores tipo toll (TLRs) y los receptores nucleares, entre otros. La unión de los PAMPs a sus receptores activa una serie de vías de señalización que llevan a la producción de mediadores proinflamatorios, como las citocinas, los quimiocinas y los factores de crecimiento.
Por otro lado, los DAMPs son moléculas endógenas que se liberan como resultado de la lesión tisular, la necrosis celular o la inflamación crónica. Estos DAMPs incluyen proteínas intracelulares como la histona y la actina, proteínas extracelulares como el ácido úrico y la ATP, y fragmentos de matriz extracelular como el ácido hialurónico. Al igual que los PAMPs, los DAMPs son reconocidos por los receptores del sistema inmunológico y activan las mismas vías de señalización proinflamatorias.
Los mediadores proinflamatorios producidos durante la respuesta inflamatoria incluyen citocinas como el TNF-α, la IL-1β, la IL-6 y la IL-12, quimiocinas como la IL-8 y el MCP-1, y factores de crecimiento como el factor de crecimiento de los fibroblastos (FGF) y el factor de crecimiento derivado de las plaquetas (PDGF). Estos mediadores tienen múltiples efectos en diferentes células del sistema inmune, incluyendo la activación de células inflamatorias como los neutrófilos, los macrófagos y las células dendríticas, la inducción de la migración celular y la proliferación celular, y la regulación de la expresión génica.
En conjunto, la liberación de moléculas relacionadas con los patógenos o con la lesión y la activación de las vías de señalización proinflamatorias movilizan los recursos necesarios para el restablecimiento de la homeostasis. La respuesta inflamatoria es un proceso importante para proteger el cuerpo y promover la curación, pero cuando es excesiva o inadecuada puede causar daño tisular y contribuir a la patogénesis de enfermedades inflamatorias crónicas.