El virus herpes simple 8 causa sarcoma de Kaposi

El virus herpes simple 8 causa sarcoma de Kaposi
El virus herpes simple 8 causa sarcoma de Kaposi

El virus del herpes humano 8 (HHV-8), también conocido como virus del herpes asociado al sarcoma de Kaposi (KSHV), ha sido identificado como la causa principal de todas las formas de sarcoma de Kaposi. Esta asociación se ha establecido mediante numerosos estudios epidemiológicos, moleculares y clínicos que han demostrado la presencia del virus en muestras de tumores de sarcoma de Kaposi. A continuación, profundizaremos en los aspectos clave que respaldan esta afirmación y luego discutiremos la disminución de la incidencia del sarcoma de Kaposi asociado al SIDA y las características del sarcoma de Kaposi crónico.

Estudios epidemiológicos han demostrado una fuerte correlación entre la infección por HHV-8 y el desarrollo de sarcoma de Kaposi. Se ha observado que los pacientes con esta neoplasia tienen una alta prevalencia de infección por HHV-8 en comparación con la población general. Además, se ha identificado la presencia del genoma viral de HHV-8 en las células tumorales de sarcoma de Kaposi mediante técnicas de biología molecular, confirmando así su papel causal en la oncogénesis de esta enfermedad.

HHV-8 posee varios genes que codifican proteínas con funciones oncogénicas, las cuales están involucradas en la proliferación celular, la inhibición de la apoptosis y la angiogénesis, todos procesos que contribuyen al desarrollo y progresión del sarcoma de Kaposi. Entre estas proteínas se incluyen la vCyclin, vFLIP, vIL-6, entre otras, que interactúan con las vías de señalización celular para promover la supervivencia y el crecimiento celular descontrolado.

En el contexto del VIH, la inmunosupresión asociada con la enfermedad contribuye a un aumento en la replicación del HHV-8 y a la reducción de la respuesta inmune del huésped contra el virus. Esto conduce a una mayor incidencia de sarcoma de Kaposi en pacientes infectados por VIH. Sin embargo, con la introducción de la terapia antirretroviral altamente activa (TARAA), que mejora la función inmunológica al suprimir la replicación del VIH, se ha observado una disminución significativa en la incidencia de sarcoma de Kaposi asociado al SIDA.

En pacientes con VIH que reciben TARAA y tienen altos recuentos de células CD4 y bajas cargas virales, el sarcoma de Kaposi crónico puede desarrollarse. En este contexto, el sarcoma de Kaposi tiende a ser indolente y localizado, similar a la forma endémica de la enfermedad. Sin embargo, en algunos casos, puede manifestarse de manera clínicamente agresiva. La presencia de sarcoma de Kaposi al inicio de la terapia antirretroviral está asociada con el síndrome inflamatorio de reconstrucción inmune del sarcoma de Kaposi, una complicación que puede tener un curso especialmente agresivo en pacientes con enfermedad visceral.

Características

El sarcoma de Kaposi, una neoplasia vascular multifocal, se caracteriza por la proliferación anormal de células endoteliales y la formación de lesiones cutáneas y viscerales. Esta enfermedad está estrechamente asociada con la infección por el virus del herpes humano 8 (HHV-8), también conocido como virus del herpes asociado al sarcoma de Kaposi (KSHV). La patogénesis del sarcoma de Kaposi implica una serie de procesos complejos, incluida la expresión de genes virales oncogénicos y la interacción con el sistema inmunológico del huésped.

Las lesiones cutáneas y mucosas características del sarcoma de Kaposi se presentan típicamente como placas o nódulos rojos o morados. Estas lesiones pueden ser planas o elevadas y están asociadas con la extravasación de glóbulos rojos y la proliferación de vasos sanguíneos anormales. Además, se puede observar un edema marcado en áreas afectadas, resultado de la permeabilidad vascular aumentada inducida por la proliferación de células tumorales y la inflamación local.

El sarcoma de Kaposi también puede afectar el tracto gastrointestinal, lo que puede resultar en sangrado gastrointestinal. Para detectar la presencia de sangre en las deposiciones y evaluar el compromiso del tracto gastrointestinal, se pueden realizar análisis de sangre fecal oculta.

En el caso del sarcoma de Kaposi pulmonar, los pacientes pueden presentar síntomas respiratorios como dificultad para respirar, tos, hemoptisis o dolor en el pecho. Sin embargo, en algunos casos, la enfermedad puede ser asintomática y solo detectarse mediante radiografías de tórax de rutina. Para confirmar la presencia de lesiones pulmonares, pueden realizarse pruebas adicionales como la tomografía computarizada (TC) de tórax o la broncoscopia, esta última indicada para obtener muestras de tejido para biopsia.

En pacientes asintomáticos con lesiones cutáneas o mucosas localizadas, el sarcoma de Kaposi a menudo no se busca ni se trata activamente, especialmente si no hay evidencia de compromiso visceral. En estos casos, el seguimiento clínico regular puede ser suficiente para monitorear la progresión de la enfermedad y determinar la necesidad de intervención terapéutica.

 

 

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